En nuestro país las grandes epidemias de meningoencefalitis son causadas por enterovirus específicamente por Echo y menos frecuentemente coxackie.(3)
Las meningoencefalitis bacteriana a pesar de presentar una menor incidencia poseen una importancia evidente ya que para su evolución satisfactoria requiere de un manejo muy cuidadoso.
De los 8 casos de MEB solo 3 fueron por gérmenes no precisados se aislaron un meningococo, un neumococo, una gemella, un aerocco y un enterobacter.
Observándose un mejor diagnóstico microbiológico en los últimos años así como el impacto vacunal con una reducción considerable de las menigoencefalitis por Neisseria Meningitidis de 71 casos reportados en el período prevacunar 1983-1988 se redujo a 4 casos por año (1988-2004). El último fallecido por meningitis meningocócica en nuestra provincia ocurrió en 1990 y el último paciente reportado con meningoencefalitis por Haemophilus Influenzae tipo B fue en junio del 2000. (10)
En la tabla 2 nos muestra la morbilidad de los S N I en nuestra unidad de Cuidados Intensivos, ingresando en el 2005 40 pacientes con este diagnóstico (7,9 %) con un diagnóstico al ingreso de 28 pacientes con MEB de estos 21 en niños menores de un año y 12 MEV. Al egreso solo 8 pacientes con el diagnóstico de MEB y 32 virales, con un diagnóstico etiológico preciso de 5 de estos, mejorando considerablemente la interpretación de cada caso, en el año 1983 se reporto solamente un 39,2 % como virales, elevándose a 90,9 % en el 2004. En el 2004 hubo 21 MEB solo en 5 de ellas no se precisó el germen causal.
La alta morbilidad y mortalidad por infecciones del SNC ha originado la aparición de técnicas de diagnóstico rápido en el LCR para establecer el diagnóstico diferencial en las distintas formas causales de meningoencefalitis con el fin de garantizar una terapéutica precoz y disminuir la tasa de letalidad causada por estas (11).
Uno de los aspectos que más influyo en la emisión primaria del diagnóstico de MEB en 28 pacientes fue la edad del paciente la mayoría menores de 2 meses, de estos 11 recién nacidos y la temida enfermedad.
Es importante señalar el diagnóstico precoz de la enfermedad antes de las primeras 48 horas de comenzados los síntomas ( 92,1%).
Las complicaciones más frecuentes (tabla 3) fueron de acidosis metabólica encontrada en 14 pacientes, seguidas de sepsis severa en el 15%, shock sépticos y disfunción multiorgánica en el 10% de los pacientes. Solo en 2 pacientes se observo síndrome de distress respiratorio agudo (ARDS) coagulación intravascular diseminada (CID), alteraciones de pares craneales y miocarditis y en el 2,5 %, empiema subdural, diarreas, anemias y psicosis orgánica, esto es en relación solamente a los pacientes ingresados en UCIP, observándose una reducción de las complicaciones precoses gracias al diagnóstico temprano y al tratamiento oportuno para mejorar las condiciones del paciente en el nivel primario de atención.
La tabla 4 muestra como el 7,9% de los pacientes ingresados en nuestra sala correspondió al S.N.I de los 90 pacientes reportados críticos el 5% correspondió al S.N.I, el 8,2% fue reportado grave. De ellos el 4,3% recibió ventilación mecánica, el 8,1% sufrió de sepsis severa y el 8,3% presento shock séptico y del total de fallecidos uno correspondió al S.N.I ocurriendo en un niño de 2 meses de edad inmunodeprimido que presenta un MEB a gemella.
Analizando la letalidad según agentes infecciosos (tabla 5) la gemella presentó un 100% de letalidad, germen que no es frecuente aislarlo en el líquido cefalorraquídeo, pero que en este caso se presentó en una paciente menor de 1 año riesgo e inmunocomprometido.
El bajo índice de mortalidad por esta enfermedad obedece a los grandes esfuerzos realizado por todo el personal de salud pública y especialmente a la ardua labor desempeñada por los pediatras de nuestro hospital.
En Cuba el germen que ocasiona mayor letalidad en las MEB es el estreptococus pneumoniae seguido del haemophilus influenzae, disminuyendo considerablemente en los últimos 20 años la letalidad por Neisseria meningitidis (10).
El período comprendido entre 1983 y el 2005 ha disminuido la tasa de mortalidad infantil por MEB considerablemente por ejemplo (tabla 6) en el periodo 1983-1987 fallecieron 51 niños con una tasa del 0,94, en el 1988-1992 37 fallecido con una tasa de 0,68, 8 fallecidos en el periodo 1993-1997 con una tasa de 0,14, 7 fallecidos en el periodo 1998-2002 con una tasa de 0,12 en el 2003 4 fallecidos con una tasa de 0,37 y un fallecido en el 2004 e igual cifra en el 2005.
En nuestro país ha ocurrido una disminución de la morbimortalidad según agente etiológico, las cuales están muy por debajo de los indicadores establecidos internacionalmente. (12). Los dos últimos pacientes reportados con el diagnóstico de meningoencifalitis por haemophilus influenzae tipo B fueron en junio del 2000 y el otro enero del 2004 (10).
En nuestro hospital encontramos una reducción de la estadía hospitalaria y por tanmnto de los costos por enfermedad, de las horas escuelas perdidas por los niños y de las horas trabajo pérdidas por los padres. EN MEV la estadía hospitalaria se ha reducido de 5,2 en 1983 a 1,5 en el 2002 al tener en cuenta el ingreso domiciliario. Garantizando una mejor calidad de vida de los pacientes mediante una rehabilitación adecuada de cada caso y la reducción de las secuelas motoras, sensoriales, convulsivas y mentales (repercusión social) (10).
Conclusiones
La meningoencefalitis virales constituyen la causa más frecuente de S.N.I en el niño (96,6%), presentado una alta tasa de morbilidad el grupo de edades entre 5 y 14 años.
El 7,9% de los pacientes ingresados en la Unidad de Cuidados Intensivos correspondió al S.N.I, de estos solo el 5,5% fue reportado de crítico y el 4,3% recibió ventilación mecánica.
Reducción de la morbilidad por MEB siendo los menores de un año los más afectados.
Las complicaciones más frecuentemente encontradas fueron la acidosis metabólica y la sepsis severa con una reducción de las complicaciones precoses dados por el diagnóstico temprano.
La gemella presento un 100% de la letalidad con una reducción importante de la mortalidad infantil de 51 pacientes fallecidos en el período 1983-1987 (tasa 0,9) a un paciente en 2005 para una tasa de 0,08 por cada 1000 nacidos vivos.