La Medicina Intensiva en la Era de la Bioetica
Autor: Dra. Odila L. Quirós Viqueira | Publicado:  8/11/2007 | Etica, Bioetica. Etica medica. Etica en Enfermeria , Cuidados Intensivos y Cuidados Criticos | |
La Medicina Intensiva en la Era de la Bioetica.3

No es extraño que estemos enfrentados a una lucha en el plano moral, y que la fuente de conocimientos y de sentido moral que aportan las clases y grupos progresistas, que recoge y elabora la ética, se hace imprescindible para enfrentar las ideas y estilos de vida enajenantes, y nos compele a actualizarnos en esos ideales de progreso para poder usarlos en la búsqueda de soluciones al agotamiento político, económico y moral del individualismo irracional que ha generado el régimen de privatización extremo y el individualismo que dirige los derroteros de la humanidad desde la consolidación de los monopolios que dio inicio a la fase imperialista de la sociedad burguesa

 

Los profesionales con posiciones revolucionarias ante los problemas, ante lo caduco y ante lo nuevo, deben tomar posiciones frente a la bioética, al estilo de lo que ha predicado Fidel desde los inicios de la Revolución, ante la posibilidad de que los enemigos de la Revolución ocuparan los espacios en cualquier manifestación de la lucha ideológica y social, cuando dijera: la calle tiene que ser de los revolucionarios. Los espacios y el debate en bioética, también tienen que estar ocupados por el pensamiento revolucionario. Más aún, cuando desde esta disciplina se pueden enfrentan los problemas globales, los problemas entre norte y sur, los de las masas desposeídas, los del tercer mundo, entre derechos y deberes, los de la vida, la muerte, la salud y la felicidad

 

Tanto la bioética como la ética médica comparten funciones orientadoras, normativas y prescriptivas, las cuales se encargan de diferenciarlas de la ética como ciencia, que no se limita a una profesión ni a una época y que los conocimientos que delimita los estructura en categorías que puedan interactuar con el pensamiento filosófico y en conceptos generales que permitan interactuar con las éticas particulares o aplicadas, así como con las demás ciencias y las disciplinas humanísticas

 

La Bioética y sus principios: Sus cuatro principios se han transformado en herramientas  imprescindibles a la hora de tomar decisiones.


Beneficencia.

 

Es el principio moral del médico, lo principal es el bien del enfermo, de la humanidad, incluye no hacer daño. Se expresa esencialmente en el respeto al enfermo.

 

La beneficencia, procurar lo mejor para el enfermo como tal y como lo entiende la medicina. Admitir la condición de prevenir el mal innecesario. Este término tiene entre sus acepciones las de la realización y la promoción activa del bien, la protección de los intereses en un sentido más amplio.

 

 

Autonomía.

 

Entiende los valores y creencias del enfermo como la principal consideración en la determinación de la responsabilidad del médico en la asistencia de los enfermos; si los valores del enfermo se enfrentan directamente con los de la medicina, la responsabilidad médica estriba en respetar y facilitar la autodeterminación en la toma de decisiones:

 

- Tener la libertad de elegir.

- Tener la capacidad de fijar una posición propia con respecto a determinado hecho.

- Poder asumir la responsabilidad de los propios actos.

 

 

La justicia.

 

La atención a la salud debe ser igual sin distinción de personas ni barreras económicas o sociales de ningún tipo.   

 

La sociedad se ha vuelto celosa en el control de los recursos destinados a la salud,  exige que se  invierta en objetivos donde se pueda obtener mayor beneficio y al mismo tiempo, sean gestionados no solo con criterios de eficacia, sino también de eficiencia, es decir, alcancen resultados óptimos con el menor costo. La equidad y la eficiencia constituyen hoy, por tanto, imperativos éticos del Principio de Justicia.

 

 

No maleficencia.

 

La sociedad exige que los procedimientos diagnósticos y terapéuticos respeten escrupulosamente el equilibrio riesgo / beneficio y no causen daño físico ni psíquico.

 

Situaciones que se presentan diferentes en los Servicios de Cuidados Intensivos:

 

La relación Médico - Enfermo: este contacto habitualmente se establece cuando se realiza la historia clínica y posibilita no solo conocer la expresión semiológica de la enfermedad si no también una aproximación a sus características psicológicas, que son fácilmente percibidas por el médico experimentado y que facilitan una relación más cordial y humana. En las UCI (Unidad de Cuidados Intensivos) esto no ocurre, el enfermo llega de urgencia, en una situación que requiere mejorar o restaurar funciones alteradas que representan una amenaza vital y el enfermo no puede trasmitir sus sensaciones, por lo que puede ser el comienzo de una relación impersonal y la información es obtenida atreves de la familia, el contacto es a través de intermediarios, no siempre adecuadamente informados sobre la idiosincrasia del enfermo. A este hecho se suma que lo mas importante en este momento es restaurar funciones vitales con el objetivo de ganar tiempo para que actúen otras medidas terapéuticas o de recuperación espontánea, lo que hace centrar todos los esfuerzos en los aspectos puramente biológicos y los valores ocupen un lugar secundario, además en estos servicios no se actúa de manera personal si no que se realiza el trabajo en equipos lo que también frena la relación médico-enfermo.

 

Existe también una tendencia generalizada que dificulta aún más las relaciones personales y es la tendencia a considerar al enfermo por su localización (el paciente de la cama tal) o por el proceso orgánico (el del Distrés, o el que tiene el Fracaso Multiorgánico) más que por su identidad personal.

 

Los Valores del enfermo en las UCI: este enfermo se encuentra en estado crítico, su vida está amenazada, y está en un ambiente inhóspito, con ruidos procedentes de los monitores, rodeado de gente que le resulta extraña, y con la que casi siempre tiene dificultades para comunicarse, separado de su ambiente familiar y en ocasiones de la familia y de sus objetos personales. Además sometidos a procedimientos agresivos (catéteres, sondas, etc.), que constituyen fuente de incomodidades y no están exentos de riesgos. Si a esto añadimos la dependencia, incluso para las funciones más elementales, como respirar y alimentarse, dibujaremos un cuadro que se puede comparar con una moderna cámara de torturas.

 

Sin embargo todo el mundo está de acuerdo en que el enfermo critico conserva todos sus derechos durante la estancia en las UCI. Es más, al tratarse de un sujeto tan débil, sus derechos deben ser los más protegidos y estos son los siguientes:

 

Derecho a ser tratado con dignidad.

Derecho a que sus creencias sean respetadas.

Derecho a la privacidad y confidencialidad.

Derecho a la información.

Derecho a consentir o rechazar el tratamiento.

 

El hacer compatible estos derechos con el cuadro antes mencionado constituye uno de los imperativos éticos primordiales de la medicina critica.

 


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