Esclerosis multiple. Diagnostico genetico
Autor: Juan Carlos Zuil Escobar | Publicado:  8/03/2008 | Rehabilitacion y Fisioterapia , Genetica , Neurologia | |
Esclerosis multiple. Diagnostico genetico.2

El diagnóstico de la esclerosis múltiple es fundamentalmente clínico (13). Se utilizan los criterios de diseminación en el tiempo y en el espacio, además de la resonancia magnética, el estudio del líquido cefalorraquídeo y los potenciales evocados. Será importante realizar un diagnóstico diferencial, en el cual se incluirán patologías infecciosas e inflamatorias del sistema nervioso central y lesiones cerebrales fundamentalmente.

 

El pronóstico de la enfermedad estará determinado por el tipo del que se trate, y, consecuentemente, con su sintomatología y grado de discapacidad. A pesar de ello, se puede dar un  patrón evolutivo (14), por el cual, durante los primeros ocho, el 50% de los pacientes tienen limitada su deambulación; durante los primeros quince años, el 50% de los pacientes necesita ayudas para caminar y al cabo de treinta años, el 50% se encuentra recluido en su casa.

 

La supervivencia se sitúa entre los 25 y 30 años, dependiendo de la evolución y tipo. Para valorar la evolución de la enfermedad se han desarrollado varias escalas, siendo la más utilizada la desarrollada por Kurtzke en 1983, la Expanded Disability Status Scale, la cual valora sistema piramidal, cerebelo, tronco, función vesical e intestinal, sensibilidad, función visual y mental, además de valorar la capacidad de deambulación (15).

 

En el tratamiento a realizar se va a distinguir entre el realizado en el brote agudo y el tratamiento de mantenimiento. En el primero se utilizan fundamentalmente glucocorticoides, los cuales aceleran el ritmo de recuperación de los brotes, aunque no está demostrado que incidan en el grado de recuperación. Durante el tratamiento de mantenimiento son varios los fármacos utilizados, destacando los interferones. Son eficaces en el tratamiento, disminuyendo en 30% el número de brotes, en 50% la intensidad de los mismos, así como la progresión de la enfermedad (16).

 

El objetivo del presente estudio es realizar una revisión sobre las distintas causas y sus métodos diagnósticos genéticos implicados en el desarrollo de la esclerosis múltiple.

 

Material y métodos

 

Se ha realizado una búsqueda bibliográfica en las siguientes bases de datos: Genetests, OMIM y Medline. Como palabras clave en las búsquedas se han utilizado “multiple sclerosis”, “genome”, “gene” “diagnosis”, así como la localización de diversos genes (“6p21”, etc.).

 

Los criterios de inclusión para los artículos seleccionados han sido:

Idioma inglés.

Estudios realizados con humanos y animales.

Estudios realizados a partir de 1990.

 

Señalar que los artículos incluidos hacen referencia a genes implicados en la aparición de la esclerosis múltiple o a métodos de diagnóstico genético empleados en la misma. Además, se han incluido algunas referencias anteriores a 1990, debido a su importancia para el desarrollo de la revisión.

 

Resultados

 

Después de realizar la revisión bibliográfica, se han incluido en el estudio 30 referencias, las cuales cumplen los criterios arriba señalados. Los artículos seleccionados hacen referencia a las causas genéticas implicadas en la aparición de la esclerosis múltiple y a los métodos de diagnóstico genético empleados.

 

Discusión. Causas

 

Se trata de una enfermedad de etiología desconocida (17), de origen multifactorial. Existen varias hipótesis sobre el origen de la enfermedad, que es considerada como una respuesta del sistema inmunológico ante una infección, la cual provoca una respuesta autoinmune. Parece claro que la esclerosis múltiple presenta un componente genético. Así, hay que destacar el hecho de que la presencia de esclerosis múltiple es entre 10 y 50 veces mayor en familias que en la población general (18). A esto hay que añadir que en gemelos monocigotos la frecuencia de aparición de la esclerosis múltiple es del 40%, frente al 4% de gemelos dicigóticos (19). Esto se ve reforzado por el hecho de que los hijos adoptados de pacientes que tienen la enfermedad tienen el mismo riesgo de padecer la enfermedad que el resto de la población.

 

También hay que señalar que existe una mayor frecuencia de la enfermedad en población blanca, existiendo, además, ciertas etnias con resistencia a la misma, como los maoríes, los lapones o los gitanos búlgaros (20). A este respecto, es importante mostrar la hipótesis descrita por Poser, según la cual la esclerosis múltiple se produciría en población escandinavas, que, a través de sus incursiones durante la Edad Media, llegaron a Francia, Gran Bretaña y España. Posteriormente, por medio de los movimientos emigratorios del siglo XIX, llegarían a Estados Unidos (21). A pesar de todo esto, también existen ciertas evidencias que hacen pensar en la influencia de otros factores. Así, destaca la existencia de una mayor prevalencia en mujeres que en hombres, a lo que hay que unir el hecho de que su aparición ha variado a lo largo de periodos cortos de tiempo, encontrándose aumentos y disminuciones (22). Incluso se han descrito epidemias, las cuales tuvieron lugar en Islandia y las islas Feroe, durante la Segunda Guerra Mundial. Esto pone de manifiesto la posibilidad de ciertos factores ambientales en el desarrollo de la esclerosis múltiple, lo cual se ve reforzado por la constatación de la existencia de un periodo de susceptibilidad a contraer la enfermedad, entre los 10 y 15 años de edad, existiendo un periodo de latencia de 18-20 años (23).

 

Otro posible factor causal a tener en cuenta es la influencia viral. Aunque no se ha encontrado ningún virus en tejido de esclerosis múltiple, sí que existen ciertos datos epidemiológicos que apoyan esta teoría. Destacan el virus del sarampión, el del herpes zoster y el de la varicela, entre otros. Además, se ha observado que la presencia de estados febriles puede provocar una exacerbación de la sintomatología (24). Por tanto, se puede afirmar que la esclerosis múltiple es una patología multifactorial, en la cual existiría una base genética, a la cual se sumarían una serie de factores ambientales, dando lugar al desarrollo de la patología.

 

Diagnóstico genético

 

El origen multifactorial de la enfermedad hace que sea difícil la búsqueda del gen o genes implicados en la misma. Destaca que algunos autores consideran que no se trataría de un único gen, sino de la interacción de varios genes independientes (25). El hecho de que la enfermedad se produce debido a una alteración del sistema inmunitario, de modo que los linfocitos T, macrófagos y anticuerpos atacan a la sustancia blanca del sistema nervioso central, es una de las razones por las que muchos estudios se han centrado en la influencia de los genes responsables de la respuesta inmune. A este respecto hay que señalar que el mayor determinismo genético ha sido asignado al complejo mayor de histocompatibilidad (CMH), el cual presenta la localización 6p21, conteniendo alrededor de 4 millones de pares de bases (26). El complejo mayor de histocompatibilidad (CMH) es un conjunto de genes que desempeña un papel muy importante en el reconocimiento de células propias del organismo, lo que permitiría diferenciarlas de agentes patógenos. Es, por tanto, una pieza clave en las reacciones inmunológicas a los antígenos proteicos. Si no funciona de forma correcta, se producirían respuestas autoinmunes. Cabe destacar que se han encontrado hasta 150 alelos para algunos de los loci del HLA.


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