Debido al aumento de la incidencia y prevalencia de la enfermedad crónica del riñón, los médicos de familia deben estar preparados para dar atención a este grupo poblacional. La diabetes mellitus y la hipertensión arterial figuran como las causas más importantes de esta entidad; por lo tanto, estos factores de riesgo deben ser controlados y los pacientes deben ser seguidos atentamente para la detección precoz de cualquier señal de daño renal. Se recomienda la realización de cribaje en base al filtrado glomerular renal (GFR) y la presencia de proteinuria.