La enuresis nocturna es, sin duda, uno de los problemas pediátricos que más alteran el equilibrio familiar. La palabra enuresis proviene del termino griego enourein, que viene sencillamente a significar:” vaciar la vejiga”, de manera que ello condiciona pese a todo, un juicio interpretativo demasiado amplio y ambiguo. En el ámbito de la atención primaria interesa, por encima de cualquier otro tipo y máxime para cumplir con el objetivo de su tratamiento, la enuresis monosintomática o enuresis nocturna primaria la que puede definirse como la emisión involuntaria de orina al menos dos noches por mes a partir de los cinco años de edad, límite establecido para la obtención del control vesical en ausencia de defectos congénitos o adquiridos del tracto urinario.
En el siglo XVI Paúl de Agree expresó que se producía la enuresis por relajación de los músculos vesicales. No fue sino hasta el siglo XIX, con el surgimiento de la pediatría como especialidad que, se le da valor a los factores orgánicos en la etiología de este síntoma y con el de la psiquiatría se profundizó en los aspectos psicológicos sugiriendo nuevos métodos de tratamiento. La enuresis infantil nocturna es un trastorno que ha preocupado mucho a la sociedad desde tiempos muy remotos.