Cuando se intenta medir el estado de salud de la población se toman como indicadores sus aspectos negativos; es decir la perdida de la misma, utilizando para ellos la estadísticas de morbilidad y mortalidad, dentro de los cuales esta ultima adquiere gran importancia científica porque mediante ella, se analiza críticamente las causas que motivaron el fallecimiento de los enfermos ingresados y/o tratados en determinado centro hospitalario, lo cual ayuda a establecer pautas para mejorar la atención de los pacientes mediante la intervención medica oportuna y eficaz.
A lo largo del siglo XX las enfermedades crónicas no transmisibles han pasado de manera progresiva a ocupar los primeros lugares en cuanto a importancia sanitaria y social. La Diabetes Mellitus, la cual atribuye su nombre a los griegos Apolunio y Demetrio del siglo II a.n.e. es el trastorno endocrino más común encontrándose en estos momentos entre las primeras 10 causas de muerte en el país con una tendencia al incremento de su prevalencia, proporcionalmente al envejecimiento de la población.