Los pacientes con Insuficiencia Renal Crónica presentan factores de riesgos que los llevan al daño cardiovascular en un periodo de tiempo a corto, mediano y largo plazo, lo que en muchas ocasiones necesitan de atención especializada o de tratamiento de las mismas, siendo en ocasiones motivo estas de ingresos en los servicios de nefrología.
Generalmente el tratamiento y la evolución de los pacientes que cursan con insuficiencia renal crónica (IRC) son enfocados hacia los signos y síntomas físicos y parámetros de laboratorio obviando el impacto que tiene la enfermedad en el entorno psicosocial del individuo. Por lo tanto, es necesario realizar un enfoque integral en la terapéutica de estos pacientes que incluya la calidad de la vida (CV).