El píloro se puede dañar por multitud de causas. En mi caso concreto, lo tengo permanentemente abierto como consecuencia de una antigua ulcera en el píloro por el lado del duodeno, y la cicatriz de la ulcera lo ha dejado deformado y en consecuencia abierto. Se ve perfectamente en la endoscopia. Al quedar abierto, se produce un reflujo de sales biliares hacia el estómago, dañando la mucosa gástrica y produciendo la gastritis. Con el tratamiento que me ha puesto el medico de aparato digestivo, voy mejorando poco a poco, porque curar una gastritis es un proceso lento.