El padecer de ansiedad tras la muerte de un familiar es una reacción totalmente fisiológica y no debe catalogarse como patológica a corto plazo. Si a medida que pasa el tiempo los síntomas no disminuyen o incluso aumentan, sería aconsejable una valoración psiquiátrica para considerar la posiblidad de psicoterapia o medicación.
Independientemente de eso, las palpitaciones frecuentes deben ser valoradas por un especialista cardiólogo, para descartar la presencia de una patología estructural de base para, una vez aclarado este punto, enfocarse de lleno en el tratamiento del cuadro ansioso-depresivo.