ufff, barry,

no sabes la cantidad de veces que he pensado "ésto no es normal". Es dificil convencerse de que no tenemos nada grave cuando el corazón late como si tuviesemos un castillo de fuegos artificiales dentro. Una sale del cardiólogo tan convencida, con esa frase que tanto deseamos oir: "usted no tiene nada" y ese estado de gracia dura hasta la primera crisis de extras y entonces te preguntas "cómo no voy a tener nada?, este hombre no sabe lo que yo siento".

es complicado. Alguien escribió aquí que la gente no-extrasistólica no se siente el corazón, no es habitual que uno sienta sus latidos, y nosostros nos hemos hipersensibilizado hasta el punto de estar todo el día pendientes. Mi vida gira alrededor de esta patología y todo lo condiciona. Cuando estoy mal, me da miedo hasta mover el más mínimo músculo y me voy replegando sobre mí misma muerta de miedo. Al final, moriré de miedo y no de extras, jajajaja...

afortunadamente, desde este verano procuro que mi miedo no condicione mi vida y voy a nadar con mis extras, salgo a andar con mis extras, quedo con mis amigos y mis extras... Porque el miedo no sirve para nada, salvo para amargarte la vida y amargar la de quienes amamos.

un beso para ambos.

santy