Enfermedades respiratorias y embarazo
Autor: Dra. Juana M. Prado Pérez | Publicado:  26/07/2010 | Ginecologia y Obstetricia , Neumologia | |
Enfermedades respiratorias y embarazo .1

Enfermedades respiratorias y embarazo

Dra. Juana M Prado Pérez. (1)
Dra. Selene Soler Leoto.
Yenier Jiménez Hernández.

1. Autor Principal. Doctora en Medicina. Especialista 1 grado en Ginecología y Obstetricia. Profesor Instructor.

Universidad de las Ciencias Médicas de Cienfuegos

Asma Bronquial y Embarazo

El asma está presente en un 4 – 7% de las mujeres embarazadas. El curso del asma durante el embarazo es variable, un tercio permanece estable, otro tercio mejora y el resto empeora.

Las mujeres asmáticas tienen un mayor riesgo de hipertensión arterial gestacional, preeclampsia, hiperémesis dravídica, placenta previa, hemorragia vaginal y parto inducido y/o complicado. (1)

El asma está caracterizada por una inflamación crónica de la vía aérea, con aumento de la reactividad bronquial ante numerosos estímulos y que es parcialmente reversible, es una de las enfermedades más comunes que se presenta como complicaciones durante el embarazo. El episodio asmático severo durante el embarazo puede llevar a complicaciones serias para la madre y el feto. Si es manejado apropiadamente, la madre y el bebé no deben tener resultados significativamente diferentes de los embarazos de madres no asmáticas.

La mujer embarazada presenta cambios fisiológicos respiratorios como son la hiperventilación y disnea. Algunas complicaciones pulmonares pueden pasar inadvertidas si los signos y síntomas de enfermedad son sutiles y se confunden con los cambios fisiológicos. El asma exacerbada durante el embarazo puede provocar morbimortalidad materna y fetal y el manejo es similar a la paciente no embarazada. (2)

Cambios fisiológicos Respiratorios durante el embarazo.

Durante el primer trimestre del embarazo hay un aumento del volumen corriente (VC), producido por un mecanismo de hiperventilación debido a la acción de la progesterona, que aumenta la sensibilidad del centro respiratorio al CO2 por un lado, y por otro estimula directamente el centro respiratorio.

La gasometría arterial de una gestante muestra un aumento de la PO2 (99-106 mm/Hg), un descenso de la PCO2 (26-3 mmHg) y un aumento del PH (7.42-7.46)

Esta alcalosis respiratoria fisiológica de la mujer gestante debe tenerse en cuenta a la hora de la interpretación de una gasometría arterial durante una crisis asmática ya que una PO2 menor de 70 mmHg en la embarazada representa una hipoxemia grave y una PCO2 mayor de 35 mmHg indican un fallo respiratorio agudo. (3)

Otra consecuencia de la hiperventilación es la disnea que se produce durante el inicio del embarazo en un 60-75% de las embarazadas. Este tipo de disnea típica del primer trimestre, así como la disnea producida al final del embarazo como consecuencia de la elevación del diafragma por el crecimiento uterino, son fisiológicas y deben diferenciarse de la disnea asmática.

Otra modificación fisiológica que se produce es la disminución del volumen de reserva espiratoria (VRE) y del volumen residual (VR) hasta del 20%, lo que conlleva una disminución de la capacidad residual funcional (CRF). Estos cambios pueden atribuirse a la elevación del diafragma y la modificación del tórax por el crecimiento uterino.
Otro cambio fisiológico que se produce en las vías respiratorias es una congestión nasal vascular que da lugar a hemorragias nasales y congestión nasal.

Este efecto se cree debido por un lado a la acción de los estrógenos que aumentan el volumen circulatorio y por otro, a la acción vasodilatadora de la progesterona.

A pesar de la disminución del volumen de reserva espiratoria (VRE) y de la capacidad residual funcional (CRF), la Capacidad Vital (CV) y la capacidad pulmonar total (CPT) no cambian de forma significativamente durante el embarazo, esto se consigue gracias a un aumento de la movilidad de las costillas ya que estas amplían su ángulo de inserción, pasando de 68° a 103° con lo que aumentan el diámetro transverso del tórax cuya circunferencia a su parte inferior crece entre 5 y 7 cm.

El aumento de la progesterona relaja la musculatura lisa, incluida la musculatura bronquial y produce bronco dilatación. Este efecto beneficioso sobre el asma tiene como contrapartida la relajación de la musculatura lisa del esfínter esofágico inferior, lo que favorece el reflujo gastroesofágico, una de cada tres embarazadas lo padecen. Esta es una de las cusas que gatilla, las exacerbaciones de asma, especialmente nocturna. Asimismo según Tan y Col, la alteración de la respuesta de los receptores adrenérgicos como resultado de la circulación de progesterona pueden contribuir al empeoramiento del asma (4).

Efecto del Asma sobre el Embarazo

El asma, especialmente la más grave o la peor controlada, puede incrementar la morbi-mortalidad tanto materna como fetal. Estudios revisados demuestran que las mujeres asmáticas embarazadas tienen tres veces más riesgo de sufrir hiperémesis dravídica, dos veces más de tener hemorragia uterina, así como de sufrir mayores estancias hospitalarias y un riesgo mayor de pre eclampsia, placenta previa y de sufrir una cesárea. (5)

Hipoxia.

Como resultado del asma mal controlada y de las exacerbaciones podría contribuir al bajo peso al nacer, la preeclampsia, los abortos espontáneos y la placenta previa en embarazadas asmáticas. La reducción de la presión parcial de O2 (pO2) es un signo de asma severo y pequeños descensos de la pO2 pueden generar serios efectos sobre el feto. La hipoxia podría ser responsable del retardo del crecimiento intrauterino en aquellas embarazadas que han sido hospitalizadas por exacerbaciones de su asma durante el embarazo.

Placenta

El flujo placentario estaría reducido en las mujeres con asma moderada y severa, pero se mantiene normal en el asma. El flujo plasmático reducido determinaría el descenso de la llegada de nutrientes y de O2 al feto, contribuyendo así al retardo el crecimiento intrauterino y al bajo peso al nacer.

La placenta produce 11 B – hidroxiesteroide deshidrogenasa tipo 2 que protege al feto del exceso de corticoides maternos. En la embarazada asmática se verifica disminución de esta enzima, lo que genera aumento de corticoides maternos (cortisol) con la consiguiente supresión del eje hipofisario-suprarrenal del feto determinando que como consecuencia se favorece el retardo del crecimiento intrauterino y el bajo peso al nacer.

También se observo descenso del estriol plasmático en el cordón umbilical. Los fetos masculinos parecen no ser afectados por el asma materno o el uso de corticoides, lo que sugiere la posibilidad de que la regulación de los glucocorticoides y de los mecanismos inmunes dependan del sexo tanto en embarazadas asmáticas como en embarazadas no asmáticas.


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