Los síntomas más frecuentes que permiten la detección de este efecto indeseable, son la fiebre y la odinofagia. En estos casos, es importante una actuación rápida, retirando el fármaco y tratando la infección secundaria a esta situación con antibioterapia. Más debatido el uso de G-CSF para una más rápida recuperación de las cifras de neutrófilos. Ya que la mayor morbimortalidad relacionada con antitiroideos es debida a este efecto secundario, sería conveniente informar al paciente de su posible aparición y de los síntomas por los que debería acudir rápidamente a un médico para su detección y tratamiento precoz.