Pues no puedo estar más de acuerdo con tu médico. Algunos piensan que los médicos saben poco de arritmias y extrasístoles y por eso tratan de quitarles importancia, engañando en plan "mentira piadosa" a sus pacientes. Cuando me operé de mis taquicardias por el método de ablación, pude observar que todo el equipo clínico que me atendió, sabía muy bien lo que se traía entre manos. Os puedo asegurar que, órganos como el hígado y el páncreas, son mucho más complejos que el corazón. Al fin y al cabo, se trata sólo de una bomba que difunde la sangre a nuestro cuerpo. El problema radica en que pensemos que tiene que comportarse como un reloj de precisión con esa cadencia de tic-tac, mecánica, eterna e infalible. Somos organismos VIVOS, y nuestro corazón se adapta a las exigencias de nuestra rutina diaria: en un atleta en competición latirá más frecuentemente y, por ello, no hablaremos de taquicardia; en una persona en reposo, latirá más pausadamente y, por ello, no hablaremos de bradicardia; y en personas agitadas, bajo el efecto de alguna sustancia o, simplemente, porque su estructura nerviosa pericárdica es especialmente sensible, experimenta saltos en los latidos (extrasístoles). Todo NORMAL, no estamos a punto de sufrir un infarto, ni una angina de pecho, ni nada parecido. A lo más, si nos obsesionamos mucho, podemos sufrir una lipotimia, inducida por el terror psicológico; o más a largo plazo, amargarnos la vida pensando que somos diferentes, deprimirnos y encerrarnos en un círculo cada vez más estrecho y agobiante. Hay que romper esa cadena, dejar a nuestro corazón que trabaje con su propio ritmo y mantener la mente ocupada en asuntos más constructivos y gratificantes. Lo demás son pamplinas... Seguro que si tuviéramos alguna dolencia de más importancia, dejaríamos de escuchar obsesivamente los latidos de nuestro corazón.
Venga! mucho ánimo y saludos a todos.