Me alegro de que a lo largo del tiempo que llevas padeciendo de ésto, hayas comprendido muchos de los mecanismos fisiológicos que propician la aparición de los extrasístoles; y lo más importante, has aprendido a convivir con ellos. Yo creo que cada persona tiene un punto débil en su organismo, donde se focalizan todas sus vivencias y emociones. En nuestro caso, el órgano "diana" es el corazón, o mejor dicho, el complejo entramado nervioso que lo rodea y lo atraviesa. De esa forma, somos susceptibles de padecer estas alteraciones en la conducción de los estímulos eléctricos, que son también los que generan el ritmo cardíaco. Pero en un corazón sano, su funcionalidad no se verá comprometida ni a corto, medio o largo plazo. En cuanto a lo de la anestesia, lo primero que te deseo es que nunca haya motivos para que te la pongan y, llegado el caso, no te quepa duda de que tu organismo la depurará en un cien por cien, y los extrasístoles que puedas tener durante la reanimación, no pasarán de ser una simple anécdota.
Muchos ánimos.