En efecto, son muchos los prejuicios referidos a estas enfermedades y no es fácil hablar de estos temas con otras personas sin correr determinados riesgos. Aún hoy están vivas esas ideas preconcebidas. Por eso, quizá, entre otras razones surgieron las asociaciones de pacientes y familiares, donde estos últimos llevan la voz cantante, todo sea dicho.
Entiendo ahora que hayáis recurrido a una clínica privada para atender a tu madre. Desgraciadamente hay profesionales que se lavan las manos, no sé si por exceso de trabajo o defecto de interés en el trabajo que hacen. Sin embargo, yo sigo defendiendo los hospitales públicos, sobre todo después de una experiencia desafortunada en una cara clínica privada.
Estas enfermedades, por lo general, son crónicas, y en el mejor de los casos desaparecen los síntomas, pero la mayor parte de los pacientes tienen que conformarse con mejorías parciales, que les permiten tener una mejor calidad de vida. Para esto un gran obstáculo es la falta de conciencia de la enfermedad, que es tan frecuente en la esquizofrenia, pero no sólo en ella. Recuerdo que existe un libro titulado "No necesito ayuda. No estoy enfermo", publicado por un psicólogo con un hermano que padece esquizofrenia, donde se intenta orientar a las familias que cuentan con un miembro afectado por esta enfermedad u otras semejantes. Se dice que esa carencia es un síntoma más del trastorno mental. Desconozco si el libro es verdaderamente útil y alcanza su meta, porque no lo he leído.
Un saludo.