Supongo que te refieres a la alergia a la proteína de la leche y a la intolerancia a la lactosa, son cosas muy diferentes y aunque pueden compartir algún síntoma, lo cierto es que no es difícil diferenciarlas.

La principal diferencia es que la intolerancia a la lactosa solo suele provocar síntomas digestivos, gases, dolor de tripa y diarrea son los más comunes aunque también puede provocar dolor de estómago, naúseas y estreñimiento.

Cuando se tiene intolerancia a la lactosa, en general se pueden seguir consumiendo lácteos sin lactosa, sin embargo si se tiene alergia a las proteínas de la leche no se pueden consumir lácteos de origen animal.

Los síntomas de la alergia a las proteínas lácteas suelen ser picor de boca y/o garganta, sarpullidos, picazón generalizada, dificultad para respirar, bajada de la tensión arterial, rinitis, ojos llorosos,... a veces también se presentan síntomas digestivos y a veces hay una reacción alérgica grave que se llama anafilaxia (inflamación de las vías respiratorias) que puede poner en riesgo la vida, en esos casos hay que acudir a urgencias para que pongan el tratamiento correspondiente para salir de esa crisis alérgica.