TRATAMIENTO PERSONALIZADO PARA LOS TRASTORNOS EN ANOREXIA Y LA BULIMIA. www.hipnologiaclinica.com

Las alteraciones graves del apetito se agrupan en tres categorías: el rechazo de mantener el peso mínimo normal (anorexia nerviosa), el comer en exceso para luego purgarse (bulimia nerviosa) y el comer en exceso sin purgarse (bulimia). La bulimia es el consumo de grandes cantidades de comida en un corto período de tiempo acompañado por sentimientos de pérdida del control. La purga es la autoinducción de vómitos o el mal uso de laxantes, diuréticos o enemas para eliminar la comida del cuerpo.

Anorexia nerviosa

La anorexia nerviosa es un trastorno caracterizado por una distorsión de la imagen corporal, un miedo extremo a la obesidad, el rechazo de mantener un peso mínimo normal y, en mujeres, la ausencia de períodos menstruales.

Cerca del 95 por ciento de las personas que sufren este trastorno son mujeres. Generalmente comienza en la adolescencia, a veces antes y menos frecuentemente en la etapa adulta. La anorexia nerviosa afecta primordialmente a las personas de clase socioeconómica media y alta. En la sociedad occidental el número de personas con este trastorno parece aumentar.

La anorexia nerviosa puede ser leve y transitoria o grave y duradera. Se han comunicado tasas letales tan altas como del 10 al 20 por ciento. Sin embargo, como los casos leves pueden no ser diagnosticados, nadie sabe exactamente cuántas personas tienen anorexia nerviosa o qué porcentaje muere de ella.

Su causa es desconocida, pero los factores sociales parecen importantes. El deseo de ser delgado es algo muy frecuente en la sociedad occidental y la obesidad se considera poco atractiva, insana e indeseable. Incluso antes de la adolescencia, los niños están al tanto de estas actitudes y dos tercios de todas las adolescentes siguen regímenes o adoptan otras medidas para controlar su peso. Sin embargo, sólo un pequeño porcentaje de estas niñas desarrollan anorexia nerviosa.

Síntomas

Muchas de las mujeres que más tarde desarrollan anorexia nerviosa son meticulosas y compulsivas, con unas metas muy altas de realización y éxito. Los primeros indicadores de la inminencia del trastorno son la creciente preocupación por el régimen y el peso corporal, incluso entre aquellas que ya son delgadas, como lo son la mayoría de las personas con anorexia nerviosa. La preocupación y la ansiedad se intensifican a medida que adelgazan. Incluso cuando llega a la emaciación, la persona declara que se siente obesa, niega tener algún problema, no se queja de ausencia de apetito o pérdida de peso y en general se resiste al tratamiento. La persona no suele acudir al médico hasta que los familiares la llevan.

Anorexia significa “ausencia de apetito”, pero las personas con anorexia están de hecho hambrientas y preocupadas por la alimentación, estudiando regímenes y calculando calorías; acumulan, esconden y malgastan deliberadamente la comida; coleccionan recetas y cocinan platos elaborados para otros.

El 50 por ciento de las personas con anorexia nerviosa ingiere una cantidad excesiva de comida y a continuación se provocan el vómito o se administran laxantes o diuréticos. La otra mitad simplemente restringen la cantidad de comida que toman. La mayoría también hace un exceso de ejercicio para controlar el peso.

Las mujeres dejan de menstruar, a veces antes de haber perdido mucho peso. Se registra tanto en varones como en mujeres una pérdida de interés sexual. Típicamente tienen una frecuencia cardíaca lenta, presión arterial baja, baja temperatura corporal, hinchazón de tejidos por acumulación de líquidos (edema) y pelo fino y suave o bien excesivo vello facial y corporal. Las personas con anorexia que se adelgazan mucho tienden a mantener una gran actividad, incluyendo la práctica de programas de ejercicio intenso. No tienen síntomas de deficiencias nutricionales y están sorprendentemente libres de infecciones. La depresión es habitual y las personas con este trastorno mienten acerca de cuánto han comido y esconden sus vómitos y sus hábitos alimentarios peculiares.

Los cambios hormonales que resultan de la anorexia nerviosa incluyen valores de estrógenos y de hormonas tiroideas marcadamente reducidos y concentraciones aumentadas de cortisol. Si una persona llega a estar gravemente desnutrida, es probable que sean afectados todos los órganos principales. Los problemas más peligrosos son los relacionados con el corazón y con los líquidos y los electrólitos (sodio, potasio, cloro). El corazón se debilita y expulsa menos sangre. La persona puede deshidratarse y tener tendencia al desmayo. La sangre puede acidificarse (acidosis metabólica) y los valores de potasio en la sangre pueden descender. Vomitar y tomar laxantes y diuréticos puede empeorar la situación. Puede producirse una muerte súbita debido a la aparición de ritmos cardíacos anormales.

Bulimia nerviosa

La bulimia nerviosa es un trastorno caracterizado por episodios recidivantes de apetito voraz seguidos por una purga (vómitos autoinducidos o empleo de laxantes o diuréticos o ambos), regímenes rigurosos o ejercicio excesivo para contrarrestar los efectos de las abundantes comidas.

Al igual que en la anorexia nerviosa, las personas que tienen bulimia nerviosa son, en general, mujeres; están profundamente preocupadas por su figura y peso corporal y pertenecen a un nivel socioeconómico medio y alto. Aunque la bulimia nerviosa ha sido considerada como una epidemia, solamente un 2 por ciento de las mujeres universitarias, consideradas como el grupo de mayor riesgo, son verdaderamente bulímicas.

Síntomas

La ingestión excesiva (un consumo rápido e impulsivo de cantidades relativamente grandes de comida acompañado de un sentimiento de pérdida del control) es seguida de un intenso sufrimiento y de la toma de laxantes, un régimen riguroso y un ejercicio excesivo. La cantidad de comida consumida de una vez puede ser bastante grande o no ser mayor que una comida normal. Un estrés emocional a menudo desencadena la ingestión excesiva, que generalmente se hace en secreto. Una persona debe tener excesos alimentarios dos veces por semana para diagnosticársele bulimia nerviosa, pero pueden suceder con mayor frecuencia. Aunque las personas con bulimia expresan su preocupación de ser obesas y unas pocas lo son, su peso tiende a fluctuar alrededor de la normalidad.

Los vómitos autoinducidos pueden erosionar el esmalte dental, agrandar las glándulas salivales de las mejillas (glándulas parótidas) e inflamar el esófago. Los vómitos y las purgas pueden disminuir los valores de potasio en la sangre, ocasionando ritmos cardíacos anormales. Se han comunicado muertes súbitas tras la ingestión repetida de grandes cantidades de ipecacuana para inducir los vómitos. En raras ocasiones se ha producido una rotura gástrica en personas que han ingerido cantidades excesivas de alimento.

Comparadas con las personas que tienen anorexia nerviosa, las que tienen bulimia nerviosa tienden a ser más conscientes de su comportamiento y sienten remordimientos o culpabilidad. Son más propensas a compartir sus preocupaciones con el médico u otro confidente. Generalmente estas personas son más extravertidas y más propensas a un comportamiento impulsivo, como el abuso de drogas o de alcohol y a la depresión manifiesta.

Ingestión excesiva de comida

La ingestión excesiva de comida es un trastorno caracterizado por el consumo exagerado de alimento que no es seguido de una purga.

En este trastorno, las comidas excesivas contribuyen a una ingestión excesiva de calorías. A diferencia de la bulimia nerviosa, la ingestión excesiva de comida ocurre principalmente en personas obesas y se hace más frecuente a medida que el peso aumenta. Las personas que presentan ingestión excesiva de comida tienden a ser de más edad que las que tienen anorexia o bulimia nerviosas y la proporción de hombres es mayor (casi la mitad).

Síntomas

Las personas que tiene este trastorno sufren por esta causa. Cerca del 50 por ciento de las personas obesas que tienen este trastorno están deprimidas, frente a sólo el 5 por ciento de las personas obesas que no lo presentan. Aunque este trastorno no produce las alteraciones físicas que pueden ocurrir en la bulimia nerviosa, representa un problema para una persona que está intentando perder peso.