Hay dos tipos de tumores hepáticos que se tratan con ablación por radiofrecuencia: el carcinoma hepatocelular, que es un cáncer primario de hígado, y el cáncer de colon diseminado al hígado (metástasis). Muchos pacientes con un tumor maligno del hígado no son buenos candidatos para la cirugía porque el tumor está diseminado o es inaccesible, o porque hay otras enfermedades que hacen que la operación sea particularmente peligrosa. En otros casos, habría que extirpar tanta cantidad del órgano que no quedaría suficiente tejido para realizar las funciones del hígado. Para muchos pacientes la ablación por radiofrecuencia es una opción de tratamiento viable y eficaz.

Algunos tumores del hígado que no han respondido a la quimioterapia o que han vuelto después de la cirugía inicial se pueden tratar con ablación por radiofrecuencia. Si hay varios nódulos tumorales, se pueden tratar en una sesión o más. En algunos casos la ablación por radiofrecuencia hace posible la operación porque elimina varios tumores pequeños que están demasiado diseminados para extirpar quirúrgicamente. En general la ablación por radiofrecuencia es más eficaz si los tumores tienen un diámetro de menos de dos pulgadas (5 cm). La ablación por radiofrecuencia se puede usar para tratar tumores más grandes, pero los resultados no son tan buenos. La ablación por radiofrecuencia en general no se usa para tratar tumores hepáticos si hay un cáncer activo fuera de este órgano.