HOla Ruchi.
PUes no sé que decirte. Las malditas extras suelen desaparecer al realizar ejercicio vigoroso, aunque después de realizar éste puedan venir algunas (a mí me ha pasado).
Personalmente cuando me asusté más en toda mi vida (con motivo de las extras) fue un día, tras desayunar, aparqué mi coche y me fui a andorrear mi pueblo para leer contadores de luz. No llevaba ni 100 metros andando cuando me sobrevino un violento extrasístole. A los tres metros otro...y a los otros tres metros otro más. Me asusté muchísimo y dejé de andar en el acto. Me senté en un banquito un minuto, con la mano en el pecho y la cara desencajada, mientras los transeúntes me miraban con estupor.
Seguí andando, pero en la dirección del Centro de Salud, a ritmo frenético y sobresaltado por los extras, que no me dejaban en paz (ya estaba nerviosísimo). Sólo fue ENTRAR por la puerta del Centro, sentarme, y estuve una hora esperando mi turno. NO me dio ni una extrasístole.
Llegó mi turno. Me examinaron. Me conectaron a monitor para ver mi corazón. Todo perfecto. Insistí tanto en que me sobrevenían las extrasístoles al hacer ejercicio moderado que me dieron el monitor, lo cogí con las dos manos (lleno de electrodos que me conectaban a éste) y me mandaron a pasear por el pasillo.
Estuve trotando por el mismo una media hora, para que me sobreviniera algún extra y el monitor lo reflejara. NADA. No había manera. Imaginad la cara de la gente al ver un tío de 28 años a paso ligero por un pasillo de urgencias, desnudo de cintura para arriba y sosteniendo un monitor de 15 kilos conectado al pecho por electrodos, correteando para demostrar a los médicos que SÍ tenía extrasístoles...
Pero nada. A casa. Entonces tomé una buena decisión:Ir al psiquiatra y referirle mi atribulada vida con las extras. Fue la mejor decisión que he tomado en mucho tiempo. Con las pastillas que me recetó, no solo remitieron muchísimo las extras, sino que me ayudó a comprender que su origen era nervioso y no por un comportamiento anómalo de mi corazón.
Verás, Ruchi, te he endosado este ladrillo en parte por placer y también para decirte que, tras cinco años con extrasístoles, a veces el intentar seguir su patrón de aparición es casi IMPOSIBLE. A veces aparecen haciendo ejercicio moderado, otras haciendo deporte, otras tumbado en tu sofá e incluso dando una conferencia.
Por ello, yo recomiendo a todo el mundo a quien le han diagnosticado un corazón SANO pero sigue padeciendo extrasístoles una visita al psiquiatra. Aunque no nos gusten los medicamentos, ciertamente los necesitamos a veces...y es muy probable que puedas llegar a la tranquilizadora conclusión de que el problema radica en nuestra mente, y no en nuestro travieso corazón.
Si puedes, haz hueco y ve a ver uno. De todas formas, no intentes buscarle mucha lógica a las extrasístoles: las puñeteras no siguen ningún orden. Bueno, sí, aparecen siempre para fastidiar...
Muchos ánimos Ruchi. Besos