bueno, yo vivo pendiente de mi latido. Por supuesto que hace muchos años que no duermo del lado izquierdo, ni boca abajo. Y muchos días subo a casa en ascensor, aunque lo odio, para evitar las tropecientas extras seguidas que me dan después. Y lo de tomarme el pulso, también. El miedo lo tengo instalado siempre que tengo una racha mala y aunque procuro acordarme de todo lo que me han dicho mis médicos, siempre hay alguna dudilla o sospecha de que tenga algo que no han sabido diagnosticar (este es el verdadero pánico de mi vida). En fin, que somos todos igualitos.

besos