Me parece muy buena la iniciativa de Marisa. Aquí nos apoyamos en nuestros malos días, nos contamos nuestras vicisitudes y nos abrimos a otras personas, pero ni siquiera sabemos quiénes son o al menos cómo se llaman.
Además, no sólo veo que este foro está algo flojo en representación masculina, sino que además los que habemos no somos muy lanzados. Pues enmendemos algo esa cuestión.
Mi nombre es Carlos.
Resido en un lugar que me deja por un lado a Santy y a Claudia, mientras que en el opuesto tengo a Pambuk y a Marisa. Vamos que estoy en medio del Atlántico, concretamente en las Islas Canarias.
Tengo ya un buen puñado de años, cuarenta y largos, pero desde que cumpli los treinta estoy en los taytantos.
Trabajo en la industria aunque soy licenciado en Derecho.
Nací casado con la persona más maravillosa de este mundo, con la que he tenido tres hijos, en una abanico de edades muy amplio (por cierto, he asistido a todos los partos y han sido los momentos más grandes de mi vida... cómo envidio a las mujeres...)
Mi vida transcurre dedicada a mi familia, al deporte (la práctica, que no la mera visión) y a mi trabajo.
Mi salud siempre ha estado marcada por extraños padecimientos. Desde procesos alérgicos agresivos, pasando por afecciones hepáticas y por alteraciones del sistema nervioso, hasta llegar ahora a tener un corazón algo loco. Todas esas anomalías llegaron y se fueron sin que los médicos sepan cómo ni por qué, así que no pierdo la esperanza de que las extras me abandonen algún día, o al menos que se conformen con hacerse notorias muy de cuando en cuando.
Mientras tanto, ahí están, pero ya llevo unas semanas enfrentándome a ellas y me va muy bien. Que sí, que siguen ahí, pero que no me amargan ni un sólo día más de mi vida. Tal vez por eso, tengo la sensación de tener menos, pues es posible que no prestarles atención nos lleve a percibirlas en menor medida.
No quiero terminar sin pedir a Bormas que nos deleite con mayor frecuencia con sus mensajes, muy buenos tanto en estilo como en contenido. Ánimo, que además de rosas rojas y negras existen otras amarillas, blancas e incluso azules. Probablemente exista un color para cada día, pero tenemos que lograr que nuestros días sean del color de las rosas que nos gustan... o de cualquier otra flor multicolor y sin espinas :-)
Saludos cordiales,
Carlos.