Pues por experiencia te puedo decir que dormir poco lleva a las extras inexorablemente, al menos en mi caso. Lo peor es que por motivos de trabajo tengo que pasar por ese trance con muchísima frecuencia. En mi caso, el disparate se produce cuando por fin llego a la cama, en ese momento y durante el proceso de relajación previo al sueño, el corazón hace lo que le da la gana. No funcionan ni la respiración profunda ni la búsqueda de posturas que en otros casos me alivian ni cualquier otro de los trucos que nos solemos buscar, así que espero pacientemente a que pasen y a mumú.
Por cierto, Santy, veo que en otro mensaje aludes a la relación de las extras con el ayuno... pues esta causa y la anterior son los dos mejores detonantes de mis extras, aunque en el caso del ayuno, son mucho más suaves y llevaderas pero, eso sí, continuas y pertinaces.

Saludos,

Carlos.