Está claro que los gases influyen, así como los nervios. De hecho, los cardiólogos normalmente nos dicen que fuera el café y las bebidas con gas y seguro que a personas que tengan pocas extras les puede desaparecer el problema suprimiendo estos productos. En mi caso no es así. Hace años que dejé de tomar cafés, coca-colas, bebidas con gas... y las extras siguen ahí. Eso sí, los nervios agravan el problema, pero yo sigo sin relacionarlo con nada.