Allá por el año 1.977, ya ha llovido, tenía que examinarme de la prueba de Selectividad. Yo era un buen estudiante, había sacado buenas notas y estaba acostumbrado a sentir la tensión previa a un exámen. Me tuve que desplazar en autobús desde mi pueblo a la capital. En pleno viaje, tuve una crisis de extrasístoles frecuentes y empecé a perder la compostura: nerviosismo, sudor frío, desorientación, disnea. Difícilmente podía ocultar ante mis compañeros lo mal que me encontraba. Cuando llegamos, me sentía totalmente desconcertado y lo que es peor, en pésimas condiciones para hacer un exámen. Suspendí la prueba, pero como se hacía la nota media con la que llevaba del Bachillerato, pude entrar por los pelos en la Facultad. Aquella falsa enfermedad, llamada PANICO, estuvo a punto de costarme la carrera... Un abrazo Vicky.