Cuando en los foros vi por primera vez este tema, me conmovió, ya que si bien no es una enfermedad mortal o grave es altamente dolorosa desde el punto de vista social.
Luego al adentrarme en este tema vi que era una enfermedad que afectaba a muchas personas y que muchas de ellas estaban desesperadas y aún también hablaban del suicidio.
Ya que la medicina tradicional no tiene ninguna solución para ella, solo algunos paliativos.
Por ello imbuido de la “furia curandis” que a veces me atrapa, intervine en esos foros con la sana intención de informarlos gratuitamente de que esta enfermedad es fácilmente curable realizando una combinación adecuada de los alimentos.
Pero a diferencia de la respuesta que habitualmente tengo cuando intervengo en foros de otras enfermedades, en ésta no obtuve la más mínima respuesta.
Y entonces me pregunté que sucedía que personas tan desesperadas no prestaban atención a mis simples (o a veces no tanto) indicaciones dietéticas.
Ya que yo no les pedía que fueran vegetarianos, ni mucho menos, sino que simplemente les informaba que hay ciertas combinaciones de alimentos que producen el olor pútrido de las heces y cuando es acentuado, de toda la piel.
Y me respondí que justamente estas personas que padecían esta enfermedad combinaban los alimentos exageradamente mal y no tenían la más mínima intención de cambiar su dieta.
Pero esa es la solución.
Y no significa privarse de todas las comidas, sino simplemente aprender a combinarlas.
Cuando esto se realiza, no solo la piel, sino las mismas heces no tienen olor pútrido.
También es harto conocido que cuando uno ingiere una comida de aroma fuerte o aún un cigarrillo de marihuana o tabaco, este aroma se transmite a través de la piel y el sudor. El ejemplo más extendido es el del ajo, que por más que uno se lave los dientes varias veces y no abra la boca, se sigue transmitiendo olor a ajo.
El intestino delgado, esos 7 metros de “tripas” como lo llamamos los argentinos, es un órgano de extraordinaria importancia. Cosa que no me canso de repetir pues es el eslabón perdido entre lo que decían los médicos (como Hipócrates) hace 2000 años y también los médicos naturistas modernos y la medicina tradicional.
Es decir que lo que comemos es la raíz de la enorme mayoría de las enfermedades.
Para la medicina china los órganos tienen funciones globalizadas y por lo tanto el intestino delgado, que tiene la función primordial de regular su propio epitelio (o piel), y decidir de esa manera lo que entra o no entra al organismo, regula todos los epitelios del organismo, a saber:

● Regula el epitelio propiamente dicho, o la piel de todo el organismo. Y de esta manera comunica a la piel, a través de la red de meridianos, la situación de putrefacción que experimenta.
● Regula el epitelio de la nariz y produce rinitis, sinusitis, etc.
● Regula el epitelio de los bronquios y produce bronquitis, asma, etc.
● Regula el epitelio de los vasos sanguíneos o endotelio y produce problemas circulatorios, várices, ateromas, etc.
● Regula el epitelio de las mamas y produce displasia, nódulos benignos y luego malignos (el 80% de los cánceres son de origen epitelial).
● Regula el epitelio de los glóbulos rojos y produce anemia.
● Regula el epitelio de los huesos o periostio y produce artritis, etc.
● Regula el epitelio de la retina y produce retinitis, desprendimientos, maculopatías, etc.

Es decir su influencia en el organismo y en toda la patología es enorme.
La dieta que propongo incluye casi la totalidad de los alimentos naturales y permite que los intestinos se recuperen rápidamente, y por supuesto también mejoran todas las dolencias que dependen de ellos.
Y por supuesto el olor corporal a heces fecales. No me quiero extender sobre las razones bioquímicas (las biofísicas las explican muy ampliamente la red de meridianos de la medicina china), por que tienen la Tabla de Combinación de Alimentos para guiarse. Pero al menos les voy a dar un mínimo ejemplo para que se comprenda un poco mejor. (Hay muchos otros).
Cuando ingerimos carne u otra proteína animal se requiere para digerirlas una acidez fuerte en el estómago.
En cambio cuando comemos algún cereal como pan o arroz, etc. se requiere una acidez muy pequeña (es decir un pH ligeramente ácido). Ahora bien cuando comemos estas dos cosas juntas (Carne con pan, o arroz con pollo, etc.), los cereales se encuentran con una acidez mucho mayor de la que requieren para digerirse, por lo que se acelera su degradación química.
Y en lugar de degradarse hasta los hidratos de carbono simples (Glucosa, galactosa, etc.), que son los que requiere el organismo, continúan hasta una molécula más pequeña que es el ácido acético, liberando en esa transformación una molécula de anhídrido carbónico que junto a otros va a constituir los gases
Esto es uno de los distintos ejemplos de malas combinaciones que producen el olor corporal a heces fecales.
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