Hola Ana:
Tengo que decirte que a mí me parecía imposible ignorar las extras, sobre todo cuando se tienen por miles y son muy perceptibles. Pero leyendo los testimonios de personas de este foro me he convencido rápidamente de que SE PUEDE.
De hecho, aunque acabo de conocer el foro hace muy pocos días, inmediatamente me he puesto a ello y, créeme, da resultado. No puede decirte que haya dejado de sentirlas, pero el asumirlas como algo normal hace que las sensaciones físicas que me provocan (embotamiento de la cabeza durante el día, enorme agitación en el pecho durante la noche, llegando a dificultar el ritmo normal de respiración) no añadan desasosiego alguno a mi estado de ánimo (bueno, todavía un poquito sí, peo todo se andará)
Creo que me ha hecho mucho bien, como le contaba a Santy hace unos días, empaparme del ambiente de normalidad con que se tratan en este foro las extras. En la soledad con que hasta ahora he llevado el problema, era incapaz de afrontarlas así.
Bueno y para intentar ayudar de forma práctica, te contaré un pequeño truco que a mí me funciona en muchas ocasiones para cortar las extras de raíz cuando están muy "impertinentes". Lo descubrí metido en el tubo de un equipo de resonancia magnética, donde tuve que pasarme casi 3 horas para realizar una prueba que suele hacerse en 15 o 20 minutos. ¿La causa? Pues que las dichosas extras no cesaban y en esas condiciones no podían tomar imágenes de mi corazón. A lo que iba, metido en ese tubo era consciente del problema que las extras estaban ocasionando para el buen fin de la prueba, por lo que hacía de todo para intentar controlarlas, percatándome entonces de que si respiraba algo más fuerte de lo normal, alargando la inspiración y utilizando para ello el vientre, en muchas ocasiones las cortaba. No podía impedir que se iniciaran las salvas, pero sí podía detener un gran número de ellas. Eso permitió que, aunque fuera invirtiendo un tiempo muy superior al normal, la prueba pudiera terminarse, aunque con un resultado sub-óptimo (válido de todas formas)
No sé si eso puede funcionar con otras personas, pero supongo que de lo que se trata es de conocer mejor nuestro cuerpo e intentar dominarlo en la medida de lo posible.
Así pues, Ana, si quieres, puedes...
Saludos cordiales,
Carlos.