¿Cómo puedes tener tanto tiempo para poder escribir, contestar,preguntar, añadir, cooperar, volver a preguntar, volver a contestar, opinar, ayudar, en este foro...?. Estoy alucinado, accidentado de sentir cómo tus huellas digitales se erosionan golpeando el teclado para resucitar una esperanza o un consejo que desemboque en ella; llevas mensajes como para sonrrojar al mayor Hudson cuando, asediado por los sioux en Fort Quepacha, mandó a su mejor jinete, Little Rock, a buscar ayuda al Séptimo de Caballería, ya que el sexto iba por detrás, y el octavo por delante. El pobre Little Rock pudo salir del fuerte a "toda hostia" mientras era jaleado por los que sabianse seguros, y sabian que de Little Rock, en cuanto saliese en busca de ayuda, la cabellera le iba a durar 2, 3 minutos, un cuarto de hora... pero siempre y cuando, la persona que permanecíese tras su arco observando a su presa, en este caso a Little Rock, una miopía transitoria, moscas volantes, una extra sheriff, una picadura de serpiente cascabel o un retortijón intestinal fuese capaz de hacer tiritar su pulso y que aquella flecha, destinada a cabecear en la espalda de Little, fuese a parar a la cola de una ardilla, a la cornamenta de una ciervo, al colmillo de un lobo, a la cilíndrica gabardina de un roble americano o a una de las patas de un cienpiés (¿O ciempiés..?). Little, a lomos de su caballo Esquivando, espoleaba las costillas del mismo intentando sacar su máximo rendimiento para poder llevar a cabo su misión: Llegar a Fort Help para buscar ayuda, enviar hombres para amedrentar a los pobres indios que asediaban un Fort ubicado en tierra india, poblado de rostros pálidos y de cajas y cajas de whisky para curar las posibles heridas que pudieran adornar su bendita piel, o para anodadar el miedo que les invadía en cuanto se sabían observados por ojos arapajoes, siux, cheyennes o cualquier par de ojos pegados a seres que danzaban todas las noches alrededor de una hoguera tatareando: "¡heyyyyy chumba la paellaaa, heyyyy chumba la paellaaaa...!". Y, bueno, no sé exactamente como he desembocado en el Oeste, hablando de Little, del Séptimo (esdrújula...), del indio miope, o de la cilíndrica gabardina que abriga a ese roble, que muchos años después, abrigará a esos caldos que nos alegran la vida, y aceleran nuestro pulso, y propician que la parturienta nos sorprenda con dos, tres o incontables extras que cabalgan a lomos de nuestra erosionada confianza.
Sé de buena tinta, y cómo no, de buena pluma, que Little acabó invadido de extras en cuanto su caballo Esquivo, frenó en seco, aunque había llovido la noche anterior, y su cuerpo aparcó a solo escasos metros de un gran oso Grizzly: la "operación Help" había fracasado, y lo sentía por sus compañeros y no por él mismo mientras el osito devoraba su cuerpo vaquero..., Esquivo se la piró, regresó al Fort Quepacha y a las pocas semanas, acabó desmenuzado en unos cuantos pucheros para que los rostros pálidos pudiesen alimentarse, antes de que el hambre les hiciera pensar en su compañero de guardia como carne a la plancha, a la brasa, cocido, marinado, poco hecho, en el punto... en el punto de mira de las tribus indias que rodeaban el Fort y que sabían que Little descansaba en el cálido estómago de un Grizzly. Solo tenian que esperar, la falta de agua, el aumento de extras (no de las pelis...), falta de comida, falta de munición para poder suicidarse, falta de caballeria para estofados, o de compañeros sospechosos de picar entrehoras de muslos, sobacos, nalgas u orejas de compañeros recien fallecidos: la morgue De Fort Quepacha se había convertido en el McDolald´s mas joven de la historia...

Perdonad, pero se me ha ido la olla, y de preguntar por el envío masivo de mensajes de Pambuk al foro, y de como dispone de tanto tiempo... he acabado entre indios, Oklahoma, Missouri, ositos comilones, y pobres soldados asediados que mataban el tiempo haciendo carpaccio del soldado Briggs, o de su caballo Porfanó.

Lo siento si a alguien le ha molestado, pero algunas veces, escribo sin reflexión, lo que me sale, sin saber porqué sí, o porqué nó.

Pambuk, besitos, Santy idem, y pregunta: ¿Dalia existe...?