Ayer se me presentó en mi consulta un caso un tanto curioso y que me tiene desconcertado, es el que sigue:

Según me hizo ver y pude reconocer, por la documentación que me aportó, este hombre pertenecía a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, estando asignado a misiones de captación de información en países en los que el Estado español tienen intereses. Por circunstancias de la vida, sufrió los efectos del contraespionaje de los servicios secretos del país en el que operaba y comenzó a sentirse perseguido, tenía sospechas más que fundadas de que se le grababan las conversaciones telefónicas, de que se le controlaban las comunicaciones postales y no digamos las virtuales, como la de internet. En ciertas ocasiones, le habían intentado echar de la carretera de diversas formas: desinflándole las ruedas, produciendo cortes en las mismas, para que al ir circulando reventaran, invadiendo su carril cuando adelantaba, haciendo que estallaran los neumáticos de traílers al adelantarlos, simulando accidentes en la carretera.
Además al ingerir alimentos tanto en establecimientos privados como en su domicilio, enfermaba, lo que le hacía sospechar que era envenenado y drogado.
Le hacían llegar mensajes con términos que él había empleado en alguna ocasión o según sus manifestaciones de sus gustos personales, de diversas formas, en los periódicos que solía leer, en las cadenas de radio que comúnmente escuchaba o por la televisión.
Sospechaba que en el vehículo suyo habían colocado micrófonos ocultos, debido a que, actos que sólo él conocía y que se llevaron a cabo en el mismo, parecían aparecer de inmediato en los mensajes antes comentados.
Se le estropeaban las cosas con una facilidad pasmosa. Le desaparecían cosas y se volvía loco buscándolas por todos sitios y luego aparecían en sitios que antes había mirado.
Mientras que aquellas prendas o efectos personales de los que no se separaba no se estropeaban ni desaparecían.
Le aparecía de forma espontánea sangre en las maquinillas de afeitar o en la vaselina, sin haber sido utilizada esta última.
Él decía que se estaba volviendo un paranoico, que le parecía que todo el mundo podía ser un agente de los servicios secretos opuestos y que temía por su vida.

No sé qué diagnosticar, creo que el más apropiado sería el de transtorno esquiz007.

¿Qué os parece?