Características
clínicas de ancianos con neumonía adquirida en la comunidad.
Autores:
-
Dr. Iván Sergio Iván Reyes Salazar, Especialista de primer grado en
Medicina Interna. Hospital General Santiago de Cuba. Profesor instructor
de medicina interna. Facultad No. 2. ISCM SC.
- Dra. Milagros Vásquez Guash, Especialista de primer grado en Medicina
Interna. Hospital General Santiago de Cuba.
- Dra. Iliana Reyes Salazar, Especialista en Medicina General Integral.
Master en Asesoramiento genético. Policlínico Docente José Martí.
Santiago de Cuba.
- Dr. Jorge Carlos Gola Salazar, Especialista de primer grado en Medicina
Interna. Hospital General Santiago de Cuba.
- Lic. Norka Álvarez Puig, Profesora de bioestadística y computación.
Facultad No. 2. ISCM SC.
- Dra. Mariela Venzant Massó, Especialista en ginecología y obstetricia.
Hospital Materno Sur. Mariana Grajales. Santiago de Cuba
Introducción:
La neumonía comunitaria
del anciano, además de ser un problema sanitario importante por su
frecuencia, tiene unas características peculiares que la diferencian, en
cuanto a su pronóstico, factores de riesgo y etiología, de la neumonía
aparecida en la población más joven. Tradicionalmente se ha considerado
la edad avanzada un factor de mal pronóstico en la evolución de
cualquier neumonía
Se define como neumonía adquirida en la comunidad, la inflamación
pulmonar con compromiso del territorio alveolar de origen infeccioso,
adquirida en la comunidad, en pacientes que no están hospitalizados o
viviendo en instituciones especiales; también se precisa como tal en
aquellos pacientes ingresados con neumonía, en los cuales la enfermedad
se presentó antes del segundo día de ser hospitalizado
En Canadá, 12 de cada 1000 habitantes mayores de 60 años son
diagnosticados anualmente con esta entidad. España tiene un
comportamiento similar mostrando cifras de 15,4 casos/1.000
habitantes/año para los sujetos con edades comprendidas entre los 60 y
los 74 años, y de 34,2 casos/1.000 habitantes/año para los individuos
mayores de 75 años. Estados Unidos muestra cifras similares, al igual que
otros países del mundo (1,2).
Las tasas de mortalidad, al igual que la incidencia, se incrementan con la
edad de los enfermos, pudiendo ser de alrededor de un 40 % entre los
mayores de 60 años, como se expresa en un trabajo multicéntrico
realizado en España (3). Esto se explica, entre otras posibilidades, por
el hecho de que en ellos existen algunas enfermedades subyacentes que
aumentan el riesgo de padecer de neumonía adquirida en la comunidad, y
una vez que concomitan ambas, las probabilidades de fallecer por esta
entidad son más altas. Dentro de esas afecciones se encuentran las
neoplasias, hepatopatías crónicas, diabetes mellitus, insuficiencia
cardiaca congestiva, insuficiencia renal crónica y enfermedad
cerebrovascular, que por diferentes mecanismos van a favorecer la
infección del tracto respiratorio inferior; además, la extensión de las
lesiones radiográficas van a ser más extensas en estos pacientes, y
tendrán una menor respuesta al tratamiento médico.
En Cuba, a pesar de todos los logros obtenidos en el campo de la salud,
las neumonías en su totalidad ocupan la quinta causa de muerte, y la
primera entre las enfermedades infecciosas, con tasas que han oscilado
entre los 30 y 45 fallecidos por cada 100 000 habitantes anualmente en los
últimos 30 años; así mismo, durante el 2001 fue la primera causa de
muerte en pacientes ingresados en instituciones de salud con un
comportamiento similar tanto la incidencia y mortalidad que lo visto en
otros pises del mundo(4).
Las circunstancias condicionantes del peor pronóstico de la neumonía del
anciano parecen estar en relación no tanto con la edad en sí misma, sino
con la aparición de complicaciones que, como la hipoxemia, la
insuficiencia renal, el shock o el fracaso multiorgánico, son más
frecuentes en las personas mayores. En este sentido apunta el
metaanálisis publicado recientemente por Fine et al (5). De acuerdo con
estos autores, la mortalidad se relacionaría con circunstancias como el
hecho de ser varón, padecer enfermedades concomitantes como diabetes
mellitus, neoplasias o alteraciones neurológicas, tener hipotensión
arterial sistólica (< 100 mmHg), taquipnea (> 30
respiraciones/min.), hipotermia (< 37 °C) o dolor torácico, o bien
presentar bacteriemia, leucopenia o afectación multilobar en la
radiografía de tórax.
Con lo anteriormente expresado decidimos realizar un estudio para mostrar
algunas características clínicas y epidemiológicas de los pacientes
ancianos ingresados en el Servicio de Medicina Interna del Hospital
General Santiago de Cuba.
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