Educacion para la salud y drogas
Autor: MSc. Ester Soto Soto | Publicado:  11/06/2009 | Medicina Familiar y Atencion Primaria , Medicina Preventiva y Salud Publica , Enfermeria , Otras Especialidades | |
Educacion para la salud y drogas.4


Prevención       

 

Conforme Bulacio y otros (1988), la palabra prevención designa la acción de prever. El prefijo “pre” significa antes, aquí en sentido cronológico, temporal “Ver” implica la mirada. Prevención implica “ir a los hechos antes que estos ocurran”. Por otro lado, la Comisión Nacional contra el uso ilícito de las drogas (Conacuid, 2004), plantea que la prevención significa estar capacitado y dispuesto a evitar los riesgos y las consecuencias que un problema pueda producir.

Además, es el proceso mediante el cual el ser humano, individual o colectivamente, se interesa y adquiere en su formación la capacidad para anticiparse a los problemas con respuestas creativas y ajustadas a la realidad a fin de evitarlos. Esto hace que se enfatice la prevención como una herramienta fundamental con la que evitar o retrasar el abuso de drogas.

 

En este orden de ideas, la Fundación de Ayuda Contra la Drogadicción (1997), señala que los objetivos más importantes de la prevención son: “Educar a los individuos para que sean capaces de mantener relaciones responsables contra las drogas. Modificar aquellas condiciones del entorno socio cultural que favorezcan el aprendizaje del comportamiento del uso de drogas. Ofertar alternativa válida ante el problema” (p. 32). Entonces, se puede afirmar que, la prevención es la alternativa válida ante el problema, si la entendemos como el conjunto de acciones y medidas tendentes a evitar que el hecho se produzca o aumente.

 

También, según la forma en que se aborde el consumo de drogas, se pueden distinguir dos modalidades de prevención, específica e inespecífica. La modalidad inespecífica se centra en programas generales de la salud, alternativas de ocio y tiempo libre, fomento de los servicios sociales, otros. Es decir, a través de diferentes propuestas, se intenta potenciar actividades que son positivas en sí mismas, y de las que se puede esperar que ayuden a disminuir conductas insanas respecto al consumo de drogas.

 

Ahora bien, la modalidad específica viene conformada por el conjunto de estrategias que se enfocan de una manera directa y manifiesta a la cuestión “drogas”. De acuerdo con la Fundación de Ayuda Contra la Drogadicción (1997), se distinguen tres niveles de prevención en función de la relación que el consumidor establece con la sustancia, se distinguen: “Primaria, con respuestas de acción antes de que la persona tenga contacto con la droga. Secundaria, acciones dirigidas a colectivos donde ya se ha detectado el uso de drogas. Terciaria, alude al tratamiento y a la rehabilitación” (p. 34).

 

Es obvio entonces, que el nivel primario de prevención protege la salud con el fin de evitar el problema relacionado con el consumo de drogas, el nivel secundario intenta que no se originen adicciones o consumos problemáticos y el nivel terciario es el responsable de paliar las consecuencias asociadas al consumo e impide el aumento del problema. Ahora, la educación para la salud está direccionada a fortalecer actuaciones del primer nivel de prevención para promover comportamientos favorables a la salud.

 


Reflexiones   

 

  1. La educación para la salud es una disciplina colateral a la promoción de la salud y a la prevención de la enfermedad en todos sus niveles y acompaña a la persona, individual y grupalmente, a lo largo de toda su vida.
  2. La educación para la salud en torno a la drogodependencia tiene funciones que incluyen desde la detección precoz hasta la rehabilitación. No obstante, lo más interesante son los esfuerzos encaminados a evitar la adicción. Las actividades suelen ir dirigidas a la juventud y a la adolescencia, cuando en realidad, según indica la evolución de los porcentajes de edad de inicio, se debería prestar más atención a los chicos y chicas de entre ocho y diez años, ya que es ésta la edad de mayor riesgo de contacto.
  3. El educar a la familia sobre las características y el alcance de los problemas que genera el tráfico y el consumo de drogas, llevará a fortalecer los valores de responsabilidad, solidaridad, convivencia y reforzar los aspectos inherentes a la lucha contra las drogas.
  4. Las drogodependencias no son sólo un problema sanitario, sino que, fundamentalmente, son un problema social, por lo que serán necesarias en la lucha contra las drogas, intervenciones sociales y políticas, basadas en valores, las cuales no deberán incidir sólo sobre la persona, sino también sobre el conjunto de la sociedad.
  5. Es importante el trabajo en equipo entre las comunidades, las escuelas y la familia para detener el uso y abuso de las drogas, o por lo menos, disminuir su consumo o proteger los espacios y a los grupos sanos, donde no ha llegado.  

 

 

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