Abuso sexual infantil. Enfoque bioetico del maltratador
Autor: Dr. Nahim A. Pérez Ortiz | Publicado:  13/08/2009 | Etica, Bioetica. Etica medica. Etica en Enfermeria , Medicina Forense y Legal , Pediatria y Neonatologia | |
Abuso sexual infantil. Enfoque bioetico del maltratador.3

En ningún momento la dedicación al paciente infantil abusado no justifica la falta de atención adecuada al agresor del mismo. Si consideramos que hasta cierto punto el abusador también es un enfermo con características especiales, entonces dedicaremos una buena parte de nuestra atención al él, hasta donde sea posible, orientando bien el diagnostico del agente etiológico y de los posibles contribuyentes al hecho del abuso sexual; sobre todo si sabemos que hay factores fuera de la misma persona que lo hagan agredir sexualmente a los menores y un ejemplo bien citado es aquel de que posiblemente el actual maltratador fue abusado sexualmente también cuando era niño.

 

Tomando en cuenta éste principio todo agresor infantil debe recibir en honor a la justicia las condiciones y sanciones que particularmente, cada caso individual característico, lo merezca, en virtud de las normativas socio-culturales y legales de cada región.

 

Desde el punto de vista del Principio de Beneficencia y bajo la premisa médica de hacer el bien y proporcionar salud, un maltratador en el caso del abuso sexual infantil impone, como cuando es llevado a una mesa de cirugía algún malhechor o antisocial, independiente de su condición social, incluso legal, debe ser evaluado con los mismos principios de la profesión médica y como lo refiere la Dra. Sánchez de la Cruz, “podemos deducir que al ser los adolescentes el mayor número de abusadores, esto pueda ser debido a la impetuosidad de esta edad y el despertar de la sexualidad con bombardeo publicitario de la misma, aunado a una pobre o carente educación sexual; de igual forma podemos pensar que los abusadores en edad madura pudieron estar condicionados por el ocio y pobre grado de instrucción”. (12).

 

En el contexto de este principio todos los abusadores sexuales infantiles, entre otras características, son tributarios de función médica benéfica, vistos como un paciente y abordado como tal para recibir todos los beneficios de la ciencia médica, en sus diversas especialidades, incluido el despistaje de infecciones de trasmisión sexual, que dado sus hábitos sexuales no bien establecidos, son en la mayoría de los casos promiscuos y portadores hasta asintomáticos de estas enfermedades.

 

COMENTARIO Y REFLEXIÓN:

 

La bioética como toda una ciencia, una vez que se empieza a conocer y a aprender por lo menos algo de su contenido, de sus principios, de sus alcances, de su amplio campo, sobre todo en medicina y más específicamente en Pediatría, se redescubre una forma de pensar diferente. Cuando se aborda un tema como el del maltrato sexual infantil en relación al maltratador, aunque se haga difícil, se impone un cambio de paradigma. Muchas veces, ni siquiera al paciente pediátrico, por múltiples razones, no se le puede brindar la mejor atención posible y en este caso que tiene implicaciones sicológicas, socio-culturales y legales, cuyo manejo debe ser interdisciplinario, para el agresor mucho menos.

 

Saber que existe otro punto de vista para abordar este tema en pediatría, como un bioeticista, y sobre el tema que nos atañe en esta ocasión plantea dos reflexiones inmediatas: La primera, sobre el comportamiento hasta ahora que se ha realizado cada vez que nos ingresa un niño maltratado, cuando creíamos que nuestra labor también era la de hacer juicios a priori sobre el hecho tan abominable como un niño abusado sexualmente y condenar al responsable, aunque sea familiar o allegado del paciente. Segunda: cambiar de actitud frente al agresor y tener presente que además de lo que representa por el delito cometido, es una persona que merece nuestra atención como profesionales, con respeto, consideración, que debe ser evaluado y tratado como cualquier otra persona. Con el mismo interés científico para proporcionarle la ayuda requerida, incluso como una línea amplia de investigación médica.

 

Además de las oficinas de denuncias de Maltrato Infantil, deberían establecerse oficinas de denuncias de maltratadores, para la atención de los mismos y contar en el seno de las Instituciones Hospitalarias, así como la oficina de registros de nacimientos, una de asuntos médico-legales, de orientación social y cultural para ellos y para los pacientes en general.

 

Sobre el valor de la vida humana cito a Antonio Cruz: Dios la valora de otra manera porque es imagen suya. Por medio del concepto “imagen de Dios”, el Creador desea manifestar al ser humano que éste posee una profunda dignidad. El hombre y la mujer no son el simple producto del azar, como afirma el determinismo materialista. La vida humana no es sólo un montón de moléculas que juegan a las leyes de la física y química. Pero tampoco somos ángeles caídos, superhombres o semidioses, como ciertas concepciones míticas han propuesto a lo largo de la historia. Ni ángeles, ni bestias. Tan sólo personas con dignidad de hombres por ser reflejo de lo divino. Ensalzar a la criatura humana hasta el nivel de Dios no es cristiano, pero envilecerla y degradarla a la posición del gusano o la ameba, tampoco lo es.

 

Bibliografía:

 

1.    Besten, B. ABUSOS SEXUALES EN LOS NIÑOS. Barcelona, España. Empresa Editorial herder S. A. Colección Resortes. 1997, p 17 –119.

2.    Molina, C.L., Carrera-Tarazona, G., Gamboa, A. G., Urdaneta –Morales, A., Valero, J., Urdaneta-Contreras, A y Urdaneta-Carruyo, E., OTRA FORMA DE VIOLENCIA COTIDIANA: EL MALTRATO A LA NIÑEZ, Ponencia del II Congreso Iberoamericano y del Caribe sobre “Bioética, Axiología y Derechos Humanos” y I Seminario Internacional sobre “Desafíos éticos en un mundo global”, Tema central: “La vida en el límite”. Memorias. Mérida, Febrero, 2002, p 183 – 6.

3.    Udaneta Carruyo, E. LA NEGACIÓN DE LOS DERECHOS DE LOS NIÑOS EN UN MUNDO GLOBALIZADO, Ponencia del II Congreso Iberoamericano y del Caribe sobre “Bioética, Axiología y Derechos Humanos” y I Seminario Internacional sobre “Desafíos éticos en un mundo global”, Tema central: “La vida en el límite”. Memorias. Mérida, Febrero, 2002, p 74 – 85.

4.    Cruz, A., BIOÉTICA CRISTIANA, Una propuesta para el tercer milenio. Editorial clie. 1999. p: 16,17, 22-24, 50, 56, 314, 317.

5.    Paradise, J. VALORACIÓN MÉDICA DEL NIÑO QUE HA SUFRIDO ABUSO SEXUAL. Clínica pediátrica de Norteamérica. Vol. 4/1990. El niño maltratado. Mcgraw-Hill Interamericana Editores S. A. México. 1990. p: 889 – 911.

6.    Sirotnak, A, P., Grigsby, T., Krugman, R. D., MALTRATO FÍSICO INFANTIL, Ped. Rw. E. P. Vol. 26, No. 2 – Abril 2005, p: 50 – 65.

7.    Asociación Venezolana para una Educación Sexual Alternativa, AVESA. Congreso de la República, Comisión Bicameral para los Derechos de la Mujer. (1997) Programa de Atención a Víctimas de Violencia Sexual. Cartillas para la educación y reflexión. Tema: ABUSO SEXUAL INFANTIL. Caracas, AVESA.

8.    Pérez, N., “ABUSO SEXUAL INFANTIL: CRISIS ÉTICA DE NUESTRA CULTURA”, Monografía presentada al Curso Doctoral: Filosofía, Ciencia y Salud, Universidad de Carabobo. Abril 2008.

9.    Pérez, N. y Chirinos, R., ABUSO SEXUAL EN NIÑOS: INCIDENCIA EN EL HOSPITAL “DR. ADOLFO PRINCE LARA” DE PUERTO CABELLO, EN LOS AÑOS DE 1990 A 1999. Tesis de ascenso, Universidad de Carabobo. Mayo, 2000.

10.  González, E., Martínez, V., Leyton, C., Bardi, A., CARACTERÍSTICAS DE LOS ABUSADORES SEXUALES. rev sogia 2004; 11(1): 6-14

11.  Emans, S. J. H., Laufer, M. R., Goldstein, D. P., GINECOLOGÍA EN PEDIATRÍA Y LA ADOLESCENTE, McGraw-Hill Interamericana Editores, cuarta ed. 2000. Cap. 20, Abuso Sexual, p: 579-613.

12.  Sánchez de la Cruz, B., GINECOLOGÍA INFANTO-JUVENIL. Abuso sexual En Sánchez de la C. Editora. Editorial Ateproca. Caracas. 1997 p: 123 – 140.

 


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