Frecuencia de valores elevados de hemoglobina glicosilada (HbA1c) en muestra aleatoria de donantes de sangre neoespartanos
Autor: Tany Fonseca-Pérez | Publicado:  14/08/2009 | Endocrinologia y Nutricion , Hematologia y Hemoterapia | |
Frecuencia valores elevados hemoglobina glicosilada (HbA1c) donantes de sangre.1


Frecuencia de valores elevados de hemoglobina glicosilada (HbA1c) en muestra aleatoria de donantes de sangre neoespartanos.

 

Tany Fonseca-Pérez y Elvis F. Pérez.

 

Introducción

 

La hemoglobina glicosilada (HbA1c) es producto de una reacción lenta, no enzimática e irreversible, entre la hemoglobina y la glucosa sanguínea. Esta reacción está directamente relacionada con las concentraciones de glucosa en sangre y la vida media de los eritrocitos (120 días). En condiciones normales, la hemoglobina glicosilada refleja la glucemia media del organismo durante los 2-3 meses anteriores al análisis. La fracción glicosilada más importante de la hemoglobina es la HbA1c (Yue y col., 1982).

 

La determinación de hemoglobina glicosilada viene siendo  empleada desde hace aproximadamente 30 años para el control de salud de los diabéticos (Jeffcoate, 2004; Lind y col., 2009). La diabetes mellitus es un síndrome metabólico caracterizado por el aumento de la glucemia por encima de los niveles normales (70 a 100 mg/dl en ayunas y/o 200mg/dl PP.), lo que induce a alteraciones en diversos órganos como ojos, riñón, nervios, corazón y vasos sanguíneos. Un buen control de la glucemia, facilitado mediante el análisis de la HbA1c,  es esencial en la prevención de las complicaciones diabéticas, tales como las alteraciones microvasculares y neurológicas a largo plazo (DCCT Study Group, 1993; DCCT Study Group, 1995; UK Prospective Diabetes Study (UKPDS) Group, 1998; International Expert Committee).

 

Existen dos tipos principales de diabetes. La diabetes tipo 1, antiguamente llamada insulino-dependiente o diabetes juvenil,  es una enfermedad autoinmune que se caracteriza por la destrucción de las células Beta, productoras de insulina en el páncreas. Por consiguiente, las personas con diabetes tipo 1 apenas producen o no producen insulina y deben recibirla ya sea mediante inyecciones periódicas o una bomba, para poder seguir con vida. La diabetes tipo 1, suele diagnosticarse principalmente en niños y adultos jóvenes.

 

La diabetes tipo 2, antiguamente llamada insulino-independiente, es diagnosticada principalmente en adultos y abarca aproximadamente el 90% de los casos. El desarrollo de diabetes tipo 2 viene definido por la resistencia a  la insulina y la disfunción de las células Beta pancreáticas. Las personas con diabetes tipo 2 no consiguen utilizar la insulina que producen de manera eficaz. En muchos casos consiguen controlar su afección mediante dieta y ejercicio. Sin embargo, a veces es necesario utilizar medicación oral, y en algunos casos incluso insulina (DCCT, 1995).

 

Más recientemente se ha demostrado la utilidad del análisis de hemoglobina glicosilada, no sólo en el control glucémico del diabético, sino en el diagnóstico mismo de la diabetes mellitus (Edelman y col., 2004; Sung y Rhee, 2007; Kim y col., 2008; Dilli y col., 2008; The International Expert Comittee, 2009). Esto obedece principalmente a que la hemoglobina glicosilada ofrece mayor estabilidad pre-analítica y menor variabilidad biológica, que las mediciones puntuales de glucosa en sangre. En este sentido, se estableció como umbral para el diagnóstico de diabetes mellitus el valor de 6,5% de HBA1c  (International Expert Committee, 2009), asociado a una sensibilidad de 81.8% y una especificidad de 84.9% (Kim y col., 2008). Por otra parte, cuatro estudios realizados en no diabéticos para la determinación de la gama de valores normales, arrojaron valores casi idénticos: media (SD), 5.1 (0.5)%, 4.9 (0.3)%, 5.0 (0.4)%, y 5.0 (0.3)%, en conjunto, estos estudios definieron consistentemente una gama no diabética de 4,0 – 6,0% de HbA1c  (Bash y col., 2008). Los valores ≥6,0% pero <6,5% corresponden a un alto riesgo de progresión a diabetes (International Expert Committee).

 

Para el control glucémico en los diabéticos, generalmente los porcentajes son cotejados del siguiente modo: 7% o menos equivale a un excelente control del azúcar en sangre; 7.1% a 8%, buen control; 8.1% a 9.0%, control regular y 9.1% o más alto, mal control. Si el valor de HbA1c se encuentra  por encima del 9%, es señal de una diabetes mal controlada, con alto riesgo de complicaciones asociadas. (DCCT Study Group, 1993; DCCT Study Group, 1995).

 

La diabetes mellitus tiene una incidencia variable entre las poblaciones a nivel mundial. Sin embargo, se ha reportado un incremento general de la frecuencia poblacional de diabetes tipo 2, en las últimas décadas. Este incremento se atribuye a los cambios en el estilo de vida (sedentarismo) y alimentación de la población a nivel mundial, entre otros factores.

 

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el número de personas que sufren diabetes en todo el mundo subió de 30 a 171 millones entre 1985 y el año 2000 y se estima que un 4,6% de los adultos de más de 20 años están afectados. La OMS prevé que la prevalencia de la diabetes entre la población adulta alcance un 6,4% para el año 2030. Aunque poblaciones de países desarrollados puedan presentar aún mayores incrementos.  Tal es el caso de la provincia de Ontario en Canadá para la que se estima que más del 10% de la población adulta sufrirá diabetes para el año 2010.

 

Un importante porcentaje de afectados por diabetes, desconocen su condición y por ende no están bajo tratamiento alguno hasta que las alteraciones avanzan y se hacen evidentes. Para el año 2002, se estimó que en Venezuela existían cerca de 1,7 millones de diabéticos, de los que más del 50% ignoraban que tenían la enfermedad (Fundación Antidiabética Rotary Club de Caracas, 2002). De acuerdo a esta cifra y considerando que la población venezolana para el 2001 era de aproximadamente 23,5 millones de habitantes (Instituto Nacional de Estadísticas, 2001), puede estimarse que la frecuencia de diabéticos en Venezuela para el 2002 era de  aproximadamente 7,2%. Esta cifra es bastante superior a la de 4,4% que había sido reportada por Pérez Carrillo y col., en 1997, obtenida mediante encuesta a la población mayor de 30 años del centro del país.

 

En la población neoespartana se estima existen al menos 30.000 diabéticos de los cuales están registrados sólo 4.000. Esto equivale a una prevalencia de aproximadamente 5,5%. Al igual que para el resto del país, se estima que un 50% de los afectados desconocen su condición de diabéticos (Cedeño y col., 2009, comunicación personal).

 

Objetivos:

 

  • Cuantificar los valores de HbA1c, mediante cromatografía líquida de alta presión (HPLC), en cada una de las muestras colectadas.
  • Estimar la frecuencia de valores elevados de  HbAc1 en la población neoespartana autóctona, sin diagnóstico previo de diabetes mellitus.


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