Empatia y desgaste profesional en enfermeras del area de salud mental y psiquiatrica
Autor: MSc. José Sánchez Delgado | Publicado:  26/10/2009 | Enfermeria , Psiquiatria | |
Empatia y desgaste profesional en enfermeras del area de salud mental y psiquiatrica.2

La atención de enfermería, en salud mental, atraviesa un proceso de innumerables desafíos: que deviene del cambio de paradigma, del modelo de asilo por el modelo psico - social. Esta transformación se inició en el Brasil en la década los setenta, en medio de un movimiento político llamado Reforma Psiquiátrica, la cual tuvo por objetivo implementar servicios extra - hospitalarios con énfasis en la asistencia del sujeto, en pro de la superación del servicio psiquiátrico como un espacio de separación, de tutela o de aislamiento 8, 9.

 

Dentro del contexto del servicio psiquiátrico, el rol de enfermería era la mayor parte de veces el de asistente, observando y registrando el comportamiento de los pacientes, vigilando y censurando a los enfermos mentales. Siendo también parte de sus funciones el cuidado directo: medidas de higiene y de comodidad, administración de medicamentos, medidas de seguridad, vestuario y alimentación del paciente. Actualmente, la enfermería debe utilizar el vínculo terapéutico como una de las principales herramientas de trabajo. Este proceso de ayuda al sujeto psiquiátrico implica que el profesional debe poseer conocimiento teórico asociado a la capacidad de comunicación (como ya se mencionó) y de autoconocimiento del enfermero, lo cual exige algunos requisitos básicos: capacidad de amar, empatía por el otro, capacidad técnica, científica y conciencia crítica 9, 10, 11.

 

La relación enfermera(o) - paciente se debe caracterizar como una relación de interés común que requiere que la (el) enfermera(o) sea competente, responsable socialmente, colaborador interdisciplinario y que posea parámetros éticos-legales. Las principales herramientas de enfermería psiquiátrica son la comunicación, la empatía y el autoconocimiento profesional. Este último, es el primer paso para una mejor comprensión del otro, así como percibir los propios sentimientos, sensaciones y emociones 9, 12.

 

Gran parte del trabajo con personas enfermas implica una cierta carga emocional; el contacto con el dolor, la angustia, el deterioro, los temores, la pérdida afectiva, la confusión y la muerte. El profesional de enfermería tiene que utilizar mecanismos de defensa o estrategias de afrontamiento adecuadas para conciliar la necesaria relación de empatía y el cuidado de su propia salud mental, evitando la identificación inadecuada con las problemáticas del paciente o la familia. Se corresponde con la búsqueda de la distancia emocional adecuada. El exceso de carga emocional mal tramitada conduce a la saturación y a un mecanismo defensivo masivo que comporta la desvinculación emocional y la deshumanización de la asistencia 13.

 

Según la Asociación Mexicana para Ayuda Mental en Crisis, al romperse el delicado balance entre la mente, las emociones, la psicofisiología y las relaciones interpersonales, el ser humano que ayuda a otros, está en riesgo de padecer y desarrollar el Síndrome del Desgaste Profesional por Empatía 4.

 

El desgaste emocional ha sido definido por Navarrete y Arellano, (1999) como un “Síndrome de agotamiento o pérdida de energía, experimentado por los profesionales, cuando se sienten sobrepasados por los problemas de los demás”. También llamado burnout “es el resultado de excesivos esfuerzos por alcanzar alguna expectativa poco realista, impuesta por uno mismo o por los valores de la sociedad” 14, 15.

 

El Síndrome de Desgaste Profesional suele ser caracterizado como un estado de decaimiento físico, emocional y mental evidenciado por cansancio, sentimientos de desamparo, desesperanza, vacío emocional y actitudes negativas hacia el trabajo, la vida y la gente, además de baja autoestima, sentimientos de inferioridad, ineficacia e incompetencia 13, 15.

La conceptualización de Maslach y Jackson (1981), acerca del síndrome de desgaste profesional abarca tres dimensiones:

 

  1. Agotamiento emocional: el trabajador siente que sus recursos afectivos han sido superados por el estrés producido por el contacto diario con las personas que reciben directamente su servicio.
  2. Despersonalización: el trabajador desarrolla sentimientos negativos hacia las personas con quienes trabaja, que se traducen en comportamientos y actitudes acordes a esos sentimientos.
  3. Baja realización personal: el trabajador evalúa de forma negativa su labor, lo cual afecta su auto-concepto, su auto-estima y las relaciones con los demás 16.

 

Es así como el desgaste profesional se define como el profundo estado de agotamiento presentado por las enfermeras, producto del trabajo intenso con los pacientes y de la postergación de las necesidades personales. Acompañado de agotamiento emocional, despersonalización y baja realización personal.

 

Cuando los profesionales de salud empiezan a sentirse irritables, aumentan las ausencias laborales, baja la calidad de atención, presentan disturbios del sueño y otros síntomas, que pueden inducirlos al consumo de alcohol, a la automedicación con psicofármacos o al consumo de drogas ilegales se ven afectados por el Síndrome Burnout. Esta problemática no está limitada al centro laboral, sino también repercute en el entorno familiar y en las relaciones interpersonales en general 16, 17.

 

Actualmente la empatía es catalogada como una cualidad indispensable para lograr una adecuada comunicación con el paciente, tanto por parte de los médicos como de las enfermeras. Se considera empático al profesional que posee una elevada productividad y expresividad verbal, así como la capacidad para entender y permanecer concentrado ante los mensajes del paciente; sin embargo esta capacidad puede colocar al profesional de salud en una condición de identificación profunda con el sufrimiento de los pacientes, haciéndolo susceptible de comenzar a mostrar síntomas de desgaste emocional.

 

El presente trabajo tuvo como objetivo analizar los niveles de empatía y del síndrome de desgaste profesional en enfermeras del área de salud mental y psiquiátrica del Hospital “Dr. Victorino Santaella Ruiz” de Los Teques.

           

MATERIALES Y MÉTODOS

 

El diseño de investigación fue no experimental, de campo y transversal, apoyado en una investigación de tipo descriptiva.

 

La población estuvo conformada por un total de 12 Profesionales de Enfermería que laboran en los tres turnos del Servicio de Psiquiatría del Hospital “Dr. Victorino Santaella Ruiz” de Los Teques; la muestra estuvo conformada por 10 enfermeras.

 

Se utilizó como técnica la encuesta y como instrumentos cuatro cuestionarios: Para la medición de la variable Empatía, se utilizó la Escala de Empatía Médica de Jefferson en su versión al español, en su versión HP (modificado). Este contiene 20 ítems, con escala tipo Likert, cuyas respuestas poseen siete puntos: desde 1= fuertemente en desacuerdo hasta 7= fuertemente de acuerdo.

 

Para medir el Desgaste Emocional, se utilizó el Inventario de Síndrome de Desgaste Profesional (MBI), elaborado por Maslach y Jackson (1981) y adaptado a la población española por Moreno, Oliver y Aragoneses (1991). Dicha versión está conformada por 22 reactivos escritos en formato tipo Likert de cinco puntos, donde el sujeto valora la frecuencia con la que experimenta la situación descrita en cada ítems, mediante un rango de 7 adjetivos que van desde “nunca” a “diariamente”.

 

Para el Estrato Socio Económico, se utilizó el método Graffar Méndez Castellano (1994), el cual tiene cuatro dimensiones, que miden la profesión del jefe de la familia, el nivel de instrucción de la madre, la fuente de ingreso y las condiciones de alojamiento, que justifican una clasificación en cinco estratos sociales claramente diferenciados como, estrato I: clase alta; estrato II: clase media alta; estrato III: clase media baja; estrato IV: clase obrera con pobreza relativa y estrato V: pobreza crítica o estructurada.

 

Las variables socio demográficas consideradas fueron incluidas en un cuestionario que contenía los datos de sexo, edad, nacionalidad, nivel educativo, estado civil, religión, antigüedad en el trabajo, número de horas que dedica  a la atención de usuarios del área psiquiátrica y la atención psicoterapéutica que recibe.

 

Con respecto a la validez y confiabilidad de los instrumentos, la Escala de Empatía Médica de Jefferson, en su versión HP, fue traducida y validad para aplicarse en español, por Mohammadreza Hojat et al, encontrándose un coeficiente de alfa de cronbach de 0,74.18. La modificación consistió en adaptar las preguntas al ámbito de la enfermería específicamente, lo cual, prácticamente, no modifico su contenido ni su intencionalidad.

 

Así mismo, el cuestionario de Síndrome de Desgaste Profesional de Maslach (MBI); fue validado para la población venezolana por Silvana D’ Anello K en el año 2002. 19, 20

 

Para los cuestionarios de Graffar - Méndez Castellano (1994), no fue evaluada la validez y confiabilidad por tratarse de un instrumento estandarizado, el cual ya fue evaluado y estandarizado para Venezuela. 21


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