Factores de riesgo asociados a sindrome metabolico en escolares y adolescentes con sobrepeso u obesidad
Autor: Dr. Javier Ascanio | Publicado:  14/12/2009 | Pediatria y Neonatologia , Endocrinologia y Nutricion | |
Factores de riesgo sindrome metabolico escolares y adolescentes con sobrepeso u obesidad .2

Diferentes estudios evidencian la aparición y abrupto repunte del síndrome metabólico en la población joven en la última década. Utilizando el criterio del NCEP/ATPIII, la prevalencia en adolescentes (12-19 años) en los Estados Unidos de América de síndrome metabólico con Índice de Masa Corporal (IMC) < percentil 85 (no obesos) fue de 10%, mientras que en sujetos con Índice de Masa Corporal (IMC) > percentil 95 (obesos), fue de 33% evidenciándose un aumento. En otro sentido, en niños de 10 años, la prevalencia fue de 8%-12% en no obesos y de 34%-41% en obesos 18. Rodríguez y col. 20, determinaron la prevalencia de síndrome metabólico según el NCEP/ATPIII en 965 niños y adolescentes entre 10-18 años en México. La prevalencia de obesidad fue de 28%, la disminución de HDL-c 20%, hipertrigliceridemia 10%, hiperglicemia 8% y se encontró hipertensión arterial (HTA) en un 7%. La prevalencia de síndrome metabólico reportada fue de 6,5%. 

 

Son cada vez más numerosas las publicaciones sobre la presencia del síndrome metabólico durante la infancia, sin embargo, debido a las variaciones del crecimiento y desarrollo durante las primeras etapas de la vida, ha sido problemático el establecimiento de criterios unificados de síndrome metabólico en niños y adolescentes.

 

Múltiples estudios han utilizado criterios propios para su diagnóstico. El estudio de cohortes de familias de Quebec, utilizó como marcadores los pliegues cutáneos, en sustitución de la circunferencia abdominal 21; mientras que un estudio en niños de Hungría, remplazó la circunferencia abdominal por el porcentaje de grasa corporal 22. Otros investigadores, han modificado los criterios del NCEP-ATP III, para adaptarlos a niños y adolescentes. En el año 2003, en el Hospital de niños de Boston, Cook y col. 16, estudiaron la prevalencia de síndrome metabólico en 2430 adolescentes con edades entre 12 y 19 años, hicieron el diagnóstico de síndrome metabólico, ante tres de los siguientes criterios análogos a los del NCEP-ATP III: circunferencia abdominal y tensión arterial > percentil 90 para sexo, edad y talla, triglicéridos (TAG) > 110 mg/dl; glicemia en ayunas > 110 mg/dl y niveles de HDL-c < 40 md/dl. El síndrome metabólico se encontró en 28,7% de los obesos, contra 6,8% en aquellos con sobrepeso y 0,1% en los de peso adecuado. La prevalencia fue 4,2% con predominio en varones (6,1%). Con base en el estimado de peso poblacional, aproximaron que 910.000 adolescentes de EE.UU. padecen síndrome metabólico.

 

En el 2004 Ferranti y col. 23 realizaron un estudio con el mismo grupo y modificaron los criterios de Cook y col. Se tomó como punto de corte el percentil 75 para la circunferencia abdominal según sexo y edad, TAG > 100 mg/dl y HDL-c < 50 mg/dl, modificando este valor a < 45 mg/dl en los varones con edades comprendidas entre 15 y 19 años. El estudio incluyó 1960 adolescentes de 12-19 años en EE.UU. y concluyeron que 1 de cada 10 cumplían sus criterios para síndrome metabólico, e infirieron que aproximadamente 31,2% de los adolescentes con sobrepeso u obesidad en EE.UU. poseen síndrome metabólico.

 

En agosto de 2008 Seo y col. 24 en Corea, tomaron una muestra nacional representativa de 3431 niños con edades comprendidas entre los 10 y 19 años y concluyeron que la prevalencia de síndrome metabólico según los criterios de Cook fue de 5,3% y según Ferranti de 14%.

 

La variabilidad en los criterios planteados ha producido dificultad al realizar comparaciones de prevalencias entre poblaciones y más aun, entre naciones. Por ello, recientemente fue emitido un comunicado de un panel conformado por múltiples asociaciones y comités americanos presididos por la Asociación Americana del Corazón y Ateroesclerosis, quienes recomiendan para niños y adolescentes americanos el uso de criterios por grupos etarios 25.

 

A pesar de estos avances, aún no ha sido bien caracterizado el síndrome metabólico en cuanto a implicaciones clínicas o criterios diagnósticos adaptados a las poblaciones latinoamericanas más jóvenes; sin embargo, en el ámbito nacional, Paoli y col. 26 en el año 2006 propusieron una adaptación de los criterios del NCEP-ATP III para Venezuela y consideraron como parámetros diagnósticos los siguientes: valores de TAG séricos > 110 mg/dL, HDL-c < 40 mg/dL, glicemia en ayunas > 100 mg/dL, tensión arterial sistémica ≥ percentil 97 (según edad y sexo) y la obesidad fue determinada por Índice de Masa Corporal (IMC)  > al percentil 97 según la edad. Basados en estos criterios, Lozada y col. 27 en el 2008 estudiaron la prevalencia del síndrome metabólico en 88 adolescentes con edades entre 12 y 17 años. La prevalencia de síndrome metabólico fue 13,6%; el criterio más frecuentemente alterado fue la concentración de HDL-c (61,4%), seguido por hipertrigliceridemia (28,4%), hiperglicemia (26,1%), obesidad (10,2%) e hipertensión arterial (HTA) con 5,6%. Demostrando una asociación estadísticamente significativa entre la presencia de cada criterio y el síndrome metabólico.

 

Aunque el síndrome metabólico ha pasado a ser el centro de muchos trabajos internacionales, en Venezuela, según la revisión bibliográfica realizada, son pocos los estudios que describen y establecen la presencia de estas alteraciones metabólicas en los primeros años de la vida, por esta razón, se plantea la necesidad de determinar la prevalencia de los factores de riesgo asociados a síndrome metabólico en estudiantes con sobrepeso u obesidad de una unidad educativa pública ubicada en Tinaquillo, Estados Cojedes, Venezuela, en el año 2009; distribuir la muestra en estudio de acuerdo a sexo, edad, nivel socioeconómico de su grupo familiar, determinar la presencia de antecedes familiares, el diagnóstico nutricional, glicemia capilar y perfil lipídico en ayunas y relacionar las variables en estudio.

 

En vista de la epidemia de obesidad en niños y adolescentes, es de vital importancia establecer el desarrollo de estrategias de pesquisa y tratamiento de síndrome metabólico; todo esto justifica la búsqueda de factores de riesgo cardiometabólico en la población joven con exceso de peso, con fines preventivos y de detección e intervención temprana, basados en criterios adaptados para nuestra población, mientras se definen los criterios definitivos internacionales.

 

Materiales y métodos

 

El presente estudio fue de tipo correlacional, transversal y no experimental. La población estudiada estuvo representada por todos los estudiantes de educación primaria y básica de la E.B.N.B Simón Bolívar en Tinaquillo, Estados Cojedes, Venezuela, en el año 2009.

 

 La muestra fue no probabilística e intencional, integrada por 20 estudiantes de ambos sexos con sobrepeso u obesidad.

 

Se definieron como criterios de inclusión: estudiantes de ambos sexos, con sobrepeso u obesidad según IMC de acuerdo a sexo y edad según las pautas establecidas por FUNDACREDESA 28, pertenecientes a cualquier estrato socioeconómico.

 

Criterios de exclusión: se excluyeron estudiantes portadores de patologías crónicas de base y aquellos con un peso adecuado o bajo para su edad.

 

Se cumplió con las normas de las buenas prácticas clínicas establecidas por la Organización Mundial de la Salud para los trabajos de investigación en los seres humanos y la declaración de Helsinki, ratificada en la 52º Asamblea General de Edimburgo 2000 29.

 

La investigación fue realizada previo consentimiento de los representantes (Anexo Nº 1) y se realizó en cuatro fases, la primera consistió en la aplicación de una encuesta (Anexo N˚ 2), la cual estuvo validada por expertos en el área, en ella se evaluaron las siguientes variables: antecedentes familiares directos de diabetes mellitus tipo 2 (DM2), obesidad o sobrepeso. La estratificación social de las familias se realizó según la escala de Graffar modificado para Venezuela por el Dr. Hernán Méndez Castellano 30.

 

En la segunda fase, se procedió a realizar la evaluación antropométrica. Se obtuvo el peso de los estudiantes a través de una balanza calibrada marca Health-o-Meter, tomando en cuenta la metodología establecida por el Programa Biológico Internacional que se describe en el Manual de Antropometría de FUNDACREDESA 28. Los sujetos fueron pesados con ropa ligera, sin calzado y se registró el peso en kilogramos. Posteriormente se midieron la talla y la circunferencia abdominal. La estatura fue tomada en posición de pie, utilizándose una cinta métrica metálica graduada en cm y mm, apoyada sobre una superficie vertical plana y firme, haciendo coincidir el cero con el plano horizontal (piso).


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