Caracterizar el nivel de conocimiento sobre la practica del ejercicio fisico que poseen los adultos mayores
Autor: Dr. David Rafael Abreu Reyes | Publicado:  25/02/2010 | Geriatria y Gerontologia | |
Nivel de conocimiento sobre practica de ejercicio fisico que poseen los adultos mayores .2

En Venezuela investigaciones realizadas significan que llama la atención, y busca una reflexión, de lo que ha significado la actividad física-deportiva en el desarrollo evolutivo del hombre en su devenir histórico, s bien en la actualidad hay un reconocimiento general de todo lo que puede aportarle al ser humano la práctica sistemática de actividades físico-deportivas y muy especialmente en la niñez y juventud, las sociedades actuales se encuentran ante la difícil disyuntiva de estar viviendo en una etapa en que hay cada vez más industrialización y automatización que se acompaña de una actividad laboral con mínima movilidad, en espacios con aire acondicionado, y con tendencia al agotamiento de la actividad nerviosa superior, a partir de esta realidad, hay que aceptar que las formas de vida actuales hacen cada vez un uso más limitado de las funciones de adaptación y preparación del organismo, en detrimento del buen funcionamiento de órganos y sistemas.

 

Lo anterior planteó una urgente toma de conciencia que convierta a las actividades físicas deportivas bien reguladas y dosificadas en un valioso recurso para el hombre del presente, permitiéndole contrarrestar las consecuencias nocivas de una vida sedentaria.

 

Mucho más se puede decir al respecto, sin embargo, lo más importante es plantear una interrogante a los adultos mayores para el 2030 en adelante:

 

Serán éstos, ciudadanos con los mismos problemas y riesgos de salud que los adultos mayores de hoy, o serán adultos mayores activos, que por su quehacer físico sistemático, presenten otra realidad, hasta ahora insospechada para nuestra cultura occidental, es muy difícil determinar cuando comienza el periodo del desarrollo humano conocido habitualmente como tercera edad, los expertos en la evolución del hombre no se ponen de acuerdo respecto al momento en que se inicia la vejez, ya que va a depender de numerosos factores que inciden en la vida que se ha llevado: alimentación, actividad, profesión, acontecimientos vividos, forma de afrontarlos, etc. de ahí que podamos afirmar que la edad cronológica no define el envejecimiento a pesar que nuestra sociedad parece que se acepta como punto de comienzo de esta etapa de la vida el momento correspondiente a la jubilación, tanto si se es o no trabajador activo, situándose ésta en torno a los 65 años.

 

Con el paso de los años el cuerpo experimenta cambios que afectan de manera distinta a cada persona, por una parte al envejecer, el cuerpo se transforma adquiriendo una nueva imagen, aumentan las arrugas, el pelo se vuelve gris, el peso varía etc. por otra hay una disminución de ciertas facultades, cansancio prematuro, olvidos etc. pero esto no significa que se esté enfermando, al contrario, hay que vivir esta etapa de manera positiva, como algo natural, conviviendo con este proceso de manera saludable y optimista.

 

Al llegar a esta época de la vida las personas pueden encontrar el tiempo necesario para realizar actividades que se han postergando por falta de tiempo o por la necesidad de centrar la atención y el esfuerzo en responsabilidades de las que ahora se encuentran liberadas. De todos es conocido que padres muy rígidos con sus hijos se convierten en abuelos permisivos.

 

Es el relevo en las responsabilidades que impone la organización social a los adultos activos, lo que permite a muchas personas manifestarse de una manera más natural, y en muchos casos con un mayor componente humano, al llegar a la vejez, saber sacarle partido a estas oportunidades de desarrollo personal que nos ofrece ir cumpliendo años compensa, a veces con creces, el cambio físico que conlleva el paso del tiempo.

 

Hay que tener muy clara la diferencia entre los signos de la vejez y de la enfermedad, aunque no existen recetas para la eterna juventud, hay aspectos que se pueden controlar y que permitirán continuar con una vida activa, envejeciendo de una manera apacible y poco traumática.

 

El primer mensaje que se debe hacer llegar a las personas de más edad es que deben mantenerse activos en su vida cotidiana. Muchas personas tienen una forma vida dinámica sin necesidad de participar en programas de ejercicios formales, a través de los quehaceres diarios, tales como trabajos domésticos (ir de compras, cocinar, limpiar, etc.), se puede mantener un nivel adecuado de actividad, es conveniente potenciar ocupaciones simples como jardinería, paseos diarios, hay que luchar, en la medida en que se pueda, contra la inactividad, es evidente que un estado saludable tanto de cuerpo como de espíritu, favorece un envejecimiento apacible.

 

Aunque la capacidad física disminuye con la edad, el grado de la reducción en la actividad física también se relaciona, en muchos casos, con falta de apetencia o estímulos debido a condicionantes sociales, hay que incidir en la generación de estímulos como medio de disminuir la degradación física prematura, la actividad física además de comportar beneficios para el individuo también los comporta para la sociedad por la reducción de costes en sanidad y cuidados asistenciales.

 

En términos generales, el ejercicio físico moderado no comporta riesgos a las personas de edad, el problema suele originarse en el entendimiento de lo que para cada cual supone la moderación. es evidente que la sobreestimación de las propias capacidades, la competitividad o el intentar mantener un tono físico similar al de otras épocas pasadas puede comportar serios peligros que deben ser tenidos en cuenta.

 

Los riesgos del ejercicio físico en esta época de la vida se sitúan principalmente en dos ámbitos: En primer lugar existe un riesgo cardiovascular, en segundo lugar hay que valorar la existencia de osteoporosis ya que esta enfermedad, que se caracteriza por una disminución de la masa ósea, hace que los huesos afectados sean más porosos y se fracturen con mayor facilidad que un hueso normal. Si se tiene el aparato locomotor frágil pequeños traumatismos pueden convertirse en lesiones de gran importancia, realizando un examen previo, es el médico en primer lugar el que debe evaluar a través del historial médico de la persona y de una exploración física minuciosa, la capacidad para realizar ejercicio físico.

 

La eficacia de estos exámenes médicos debe contemplarse en una adecuada relación costo/rendimiento, ya que es imposible realizar todas las pruebas que pudieran detectar patología. Ningún protocolo es totalmente satisfactorio. Se trata de adaptar, según el interrogatorio y el examen físico, los diferentes estudios complementarios que pudieran ser necesarios. En general todas las alteraciones que ocurren en el anciano como parte del proceso de envejecimiento, del estilo de vida sedentario o como resultado de enfermedades crónicas, deben ser exploradas cuidadosamente antes de prescribir un programa de ejercicio. 

 

Con frecuencia, al evaluar el grado de forma física, se encuentran reducciones significativas de la aptitud física con respecto a personas más jóvenes, aunque los mayores que han realizando ejercicio toda su vida, pueden presentar una elevada capacidad. hay numerosos estudios realizados en atletas de edad avanzada, tanto varones como mujeres, donde se han encontrado marcadas diferencias fisiológicas cuando se comparan con personas no entrenadas de la misma edad, se recomienda que la periodicidad de los reconocimientos médicos sea, como mínimo, dos veces al año y siempre que se presente alguna anomalía, una vez determinada la tolerancia de la persona mayor para sufrir una sobrecarga física, se debe establecer que formas de esfuerzo son las más adecuadas.

 

 Hay que tener presente que, en general, siempre existe alguna actividad física o deportiva recomendable, cualquiera que sea el estado de salud de una persona, por ello es muy importante la adecuada determinación de la capacidad física para poder establecer correctamente el tipo e intensidad del ejercicio a realizar, si ello no es posible o existen limitaciones serias, caminar o nadar son siempre buenas elecciones.

 

Analizando el papel de la educación y los ejercicios físicos se plantea que uno de los objetivos de la didáctica del movimiento es precisamente demostrarlo, que si bien las formas han sufrido las más diversas transformaciones, las leyes y principios fundamentales de los movimientos humanos, en tanto que requiere la participación de todo el hombre, y su origen está en las relaciones activas del mismo con su mundo, siguen siendo los mismos, tanto para la dinámica del trabajo corporal como para la dinámica deportiva.

 

Los movimientos del trabajo físico y los movimientos del deporte están profundamente emparentados; no puede ser de otra manera, se trata del mismo proceso de relación activa del hombre con su circunstancia, sólo que los objetivos son en cada caso diferentes”.


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