Consumo de alcohol, factores de riesgo e informacion sobre daños a la salud en estudiantes de pregrado
Autor: Lic. Neris Marina Ortega | Publicado:  27/03/2010 | Medicina Preventiva y Salud Publica , Medicina Familiar y Atencion Primaria | |
Consumo de alcohol, factores de riesgo e informacion sobre daños salud estudiantes pregrado .4

Trastornos sistémicos asociados al consumo de alcohol

Como ya se ha mencionado en otros capítulos, el alcohol es una sustancia que afecta a todo el organismo, no precisándose de un consumo crónico e intenso, es decir, de un estado de alcoholismo para producir daño orgánico. El interés de este apartado viene dado por la baja percepción de riesgo asociado al consumo de alcohol en la población, y por el consumo generalizado de dicha sustancia; un 64,6% de la población española de entre 15 a 64 años, ha consumido alcohol en el mes anterior a ser entrevistado durante el año 2005. (10)

Las evidencias clínicas apuntan a la existencia de daños orgánicos asociados a los nuevos patrones de consumo que predominan en los jóvenes de muchos países de nuestro entorno, es decir consumos intensos e intermitentes de alcohol.

Trastornos cardiovasculares

· Hipertensión arterial. Existe un incremento progresivo de las resistencias periféricas con el aumento del consumo de alcohol, sobre todo con consumos superiores a 100 gr de alcohol día. El consumo abusivo de alcohol se suma al del tabaco como factor de riesgo cardiovascular. (11)

· Miocardiopatía dilatada. El consumo de alcohol en la génesis de la miocardiopatía dilatada sigue siendo controvertido y probablemente existen otros factores genéticos, infecciosos y ambientales que influyen, siendo el alcohol un estimulante de estos otros factores para su producción. Recientemente se ha relacionado el consumo de alcohol con un polimorfismo del gen de la enzima de conversión de la angiotensina que favorecería la aparición de miocardiopatía dilatada (12).

· Alteraciones del ritmo cardiaco. El abuso de alcohol puede provocar fibrilación ventricular y muerte súbita, por lo que es recomendable el estudio del consumo de drogas como el alcohol y la cocaína en aquellos casos de extrasístole ventricular frecuente, una vez descartadas las alteraciones estructurales. Por otra parte, el alcohol es uno de los factores de riesgo más importantes a valorar en los casos de fibrilación auricular en los que se descarta la existencia de cardiopatía estructural y alteraciones de la función tiroidea.(13)

· Cardiopatía isquémica. El posible efecto beneficioso de la ingesta moderada de alcohol en relación con la patología cardiaca es muy popular, pero también muy discutido. En la actualidad se desconoce la dimensión exacta de la reducción del riesgo y el nivel de consumo alcohólico en el que aparece la máxima reducción. Estudios más rigurosos, que contemplan otros factores, encuentran una menor reducción de este riesgo que además sobreviene a un nivel de consumo inferior al supuesto. La mayor parte de la reducción del riesgo de cardiopatía isquémica puede conseguirse con un consumo medio de 10 g de alcohol (una bebida estándar; p. ej., un vaso de vino) cada dos días. Por encima de los 20 g de alcohol (dos consumiciones) al día aumenta el riesgo de enfermedad coronaria, y a edades muy avanzadas, la reducción del riesgo desaparece. La reducción del riesgo coronario parece atribuirse principalmente al propio alcohol más que a un tipo específico de bebida. (14)

· Accidentes cerebrovasculares. El consumo de más de 60 gramos de alcohol al día multiplica por dos el riesgo de ACVA (Accidente Cerebrovascular Agudo) isquémico y el consumo de alcohol cualquiera que sea la cantidad multiplica por 2-4 el riesgo de accidente hemorrágico. Es más, se puede afirmar que el consumo excesivo de alcohol es un factor de riesgo objetivo en los casos de muerte súbita, tanto de origen cardiovascular, como del resto de patologías ligadas a la muerte súbita. Un estudio reciente ha demostrado que en personas de edad avanzada que presentan el genotipo apoE4-positivo, incluso consumos moderados de bebidas alcohólicas se asocian con un riesgo elevado de sufrir un ACVA (15).

Trastornos digestivos

Las alteraciones del aparato digestivo son con mucha frecuencia, el motivo por el que el paciente alcohólico crónico contacta con el sistema sanitario, por lo que es importante tener este grupo de trastornos muy presentes para poder hacer un diagnóstico precoz de problemas relacionados con el consumo de alcohol, pudiendo aparecer trastornos a nivel de: (16)

· Esófago. El abuso de alcohol favorece el reflujo gastroesofágico con aparición de esofagitis pépticas por disminución de la presión del esfínter esofágico inferior, y en el caso de hernia hiatal agrava los síntomas de ésta. En el caso de las varices esofágicas generalmente secundarias a hipertensión portal pueden sangrar y ocasionar hemorragia digestiva alta (hematemesis) o baja (melenas). EL Síndrome de Mallory-Weiss o desgarro en la mucosa de la unión gastroesofágica puede producir hemorragia digestiva alta e incluso rotura de esófago. Por último el cáncer de esófago también se encuentra en el abuso de alcohol.

· Estómago. Gastritis alcohólica aguda o crónica, que se potencia con el consumo de antiinflamatorios no esteroideos, úlcera de estómago, y cáncer de estómago.

· Páncreas. La causa más frecuente de pancreatitis aguda junto con la colelitiasis es el alcohol, siendo el origen de la misma la precipitación de las proteínas de las enzimas pancreáticas en los conductillos pancreáticos. Cursa con edema, necrosis y hemorragia pancreática. Clínicamente se caracteriza por dolor abdominal intenso en cinturón, que precisa sedación potente y que puede complicarse con hipotensión, fiebre y shock. Puede tener una alta mortalidad y requerir el ingreso del paciente en unidad de críticos. La aparición de pseudoquistes y la aparición de diabetes secundaria son complicaciones relativamente frecuente de esta entidad. Por otra parte, el alcohol es la causa de la pancreatitis crónica en el 75% de los casos.

· Hígado. El hígado metaboliza aproximadamente el 90% del alcohol ingerido, por lo que puede producir alteraciones múltiples. Existe una buena correlación entre la cantidad de alcohol ingerido, la duración del consumo y el desarrollo de las alteraciones hepáticas (hepatopatía), si bien existe una gran variabilidad interindividual. Sólo el 10-15% de los alcohólicos desarrollan hepatopatía alcohólica, con una clara susceptibilidad en el caso de las mujeres, probablemente en relación con la menor presencia del enzima alcohol deshidrogenasa en la mucosa gástrica. El alcohol induce daño en las células hepáticas pudiendo ocasionar diferentes tipos de lesiones que van desde lo que se conoce como hígado graso o esteatosis hepática que aparece en etapas iniciales, la hepatitis alcohólica en la que se produce necrosis e inflamación de las células hepáticas, hasta la cirrosis alcohólica que constituye la alteración más grave y en la que se pueden ver afectadas de modo llamativo las funciones del órgano. (17)

· Intestino Delgado. Es frecuente observar malabsorción intestinal, que origina déficit de vitaminas, grasas, proteínas, y episodios diarreicos que además contribuyen a aumentar la malnutrición de los pacientes alcohólicos

Teorías que fundamentan el Consumo de Alcohol.

Teoría Biológica:

Se refiere a la Predisposición genética que asociada a las dificultades del desarrollo individual provocan una susceptibilidad a la dependencia. Se realizo estudios de adopción de hijos de alcohólicos, separados de sus padres biológicos después del nacimiento, parecen demostrar que estos niños presentan tasas más altas de alcoholismo (hasta tres o cuatro veces superior) cuando son adultos que los niños adoptados cuyos padres naturales no fueron alcohólicos. Es decir, los hijos de alcohólicos que son adoptados tienen una mayor probabilidad de convertirse en alcohólicos, lo cual sugiere la presencia de un factor genético o hereditario. Asimismo, el metabolismo del alcohol (concentración en sangre y tasa de eliminación) parece estar influenciado también por factores genéticos. (18)

Teoría Psicológica

Se fundamenta en el aprendizaje, cuando el individuo experimenta una mejora en su funcionamiento social, Ya en las décadas de los años cuarenta y cincuenta aparecieron algunas referencias al concepto de personalidad alcohólica sobre todo provenientes de interpretaciones psicoanalíticas. De acuerdo con este punto de vista, determinados conflictos inconscientes originados durante la infancia desempeñan un papel fundamental en la etiología del alcoholismo. A pesar de que han tenido gran difusión entre los clínicos, este tipo de interpretaciones ha adolecido de una falta de fundamentación empírica que las avale. El consumo abusivo del alcohol no parece ser la expresión de un síntoma de la estructura profunda de la personalidad. Estos estudios han encontrado que factores como la baja tolerancia a la tensión, la impulsividad e hiperactividad, la depresión y/o baja autoestima modulan el abuso del consumo de alcohol. Quizá, los resultados más consistentes son los que correlacionan el alcoholismo y la conducta antisocial. Sin embargo, otros autores critican la metodología de estos estudios y llegan a la conclusión de que el alcoholismo no es el resultado, sino la causa de los problemas de personalidad de los bebedores. (19)


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