Estilos de vida del personal adscrito al primer nivel de atencion
Autor: Francisco Javier Luján-Méndez | Publicado:  8/04/2010 | Medicina Laboral , Medicina Preventiva y Salud Publica , Medicina Familiar y Atencion Primaria | |
Estilos de vida del personal adscrito al primer nivel de atencion .4

La tensión arterial por su parte, proyectó a un total de 68 sujetos con registros sistólico, diastólico o ambos, elevados. 27 de los cuales cursaban con diagnostico establecido de hipertensión arterial (HTA), de tal suerte que 41 presentaron cifras sugerentes de prehipertensión. (29)

Discusión

La década de los noventas marco el inicio de la investigación en hábitos y estilos de vida entre profesionales de la salud en América Latina. (6-9,12,13,16,18,19) La difusión de sus resultados brindó elementos que con el paso de los años, han conformado un panorama situacional bien definido y en términos de salud sumamente incongruente.

El estilo de vida entre los trabajadores del Instituto de Salud del Estado de Aguascalientes, ISEA es consistente a ese paradigma, máxime en lo concerniente a prácticas alimentarias y actividad física, fenómeno que ha determinado la gran incidencia de trastornos de la composición corporal (característicos de los estados de sobre nutrición) presentada en éste estudio, mas notoriamente en el grupo masculino. Tendencia también referida por Palacios y colaboradores, que en su estudio mostraron una prevalencia de sobrepeso y obesidad del 54% en varones adscritos a una Unidad de Medicina Familiar del IMSS contra un 42% de las mujeres. (16) No obstante nuestra población femenina cuenta también con una representación importante en éste sentido, el 58.23%; cifra que si bien es menor a la descrita en trabajos similares (70.8%, en mujeres trabajadoras del IMSS en la ciudad de México) (18) sigue inscribiendo un perfil evidentemente contradictorio para el personal sanitario.

En línea de actividad física se muestra un índice de hipo-actividad generalizado (principalmente en la mujer), encontrándose que solo 1 de cada 10 profesionales de la salud realizan actividad física de moderada a intensa, cifra en armonía con lo descrito, ya que el trabajo del profesional de la salud implica en su mayoría un gasto energético diario bajo. Cabe señalar al respecto que, según evidencia científica (30) aquellos sujetos con actividades ocupacionales con demanda energética menor a 3000 Kcal, necesitan incrementar los niveles de actividad física extra-ocupacional para obtener los beneficios cardio-metabólicos que el ejercicio puede ofrecer.

El análisis de la modesta representación de los individuos en normalidad nutricia, no arrojó ningún denominador común estadísticamente significante que pudiera ser propuesto como factor de protección contra sobrepeso y obesidad. O por el contrario como factor de riesgo, en el caso de los sujetos con curso de patología por sobre nutrición, dado que individuos portadores tuvieron presencia significativa en todos los escenarios socioeconómicos y conductuales analizados. Los registros en tensión arterial y alteración de la glucosa en ayuno presentaron cifras a considerar sobre el hábito del autocuidado, en los propios profesionales de la salud. En éste sentido, es interesante que en investigaciones subsecuentes se haga estudio de la influencia ejercida por el estilo y las condiciones de vida del profesional sanitario sobre la salud de su paciente.

Por otra parte, el 22.2% de los varones adscritos al ISEA es portador del hábito tabáquico, en mujeres ésta conducta prevalece en el 21.51%, frecuencias que en contexto con los reportes de tabaquismo activo de ENSANUT 2006, revelan una menor prevalencia en hombres (34.1%) y mayor en mujeres (13%) con respecto a la población corriente de 20 años o más, en Aguascalientes. (20) De tal suerte que los resultados en ISEA no son consistentes con la tendencia sugerida por algunos estudios que han reportado entre médicos y profesionales de la salud una menor predisposición al hábito de fumar tabaco, en comparación a la población general. (21) Quedando manifiesta así, la necesidad de continuar con programas de prevención para desalentar el consumo de tabaco entre profesionales de la salud y personal adjunto. Así como emponderarlos acerca de la influencia positiva que pueden y deben ejercer en la sociedad en todos los aspectos de salud.

En relación del consumo de alcohol, fueron encontradas diferencias importantes entre géneros, definiéndose como abstemias el 40.5% de las mujeres en ISEA, proporción que en hombres fue apenas fue del 24.44%. Ambas frecuencias, significativamente menores a las reportadas en adultos aguascalentenses en 2006 (86.5% en mujeres y 54.6% en hombres), (20) denotando un etilismo más frecuente, incluso que en la población general. No obstante, este juicio considera la periodicidad del evento, pero no la dimensión de la ingesta alcohólica, de modo que no es posible categorizar íntegramente a los bebedores habituales como trasgresores en términos de salud.

Cabe señalar por otro lado, que la población de estudio no constituye una muestra representativa de todo el personal del sector salud, consecuentemente la caracterización no puede ser extrapolada al resto de las instancias sanitarias, sino únicamente a la plantilla laboral en centros de salud y oficinas centrales del Instituto de Salud del Estado de Aguascalientes, ISEA.

El estilo de vida entre los profesionales de la salud y personal adjunto en el primer nivel de atención del Instituto de Salud del Estado de Aguascalientes, ISEA se constituye concordante a las tendencias ampliamente publicadas sobre éste género poblacional: el pobre dominio de su conducta alimentaria y la exigua práctica de actividad física han determinado un balance bioenergético positivo (23) de una cronicidad evidente por la tan importante prevalencia de sobrepeso y obesidad encontrada. Por otra parte se aprecian frecuencias en los consumos de tabaco y alcohol pobremente diferenciadas de las de la población general.

El análisis de co-variables no proyectó ningún factor inductor o limitante de buenas prácticas de vida, dado que los sujetos portadores de conductas adversas tuvieron presencia significativa en todos los escenarios socioeconómicos y conductuales considerados para el análisis independientemente de en qué contexto se desenvuelvan. Manifestándose así que el solo conocimiento sobre los procesos de salud-enfermedad no es suficiente para producir cambios conductuales coadyuvantes en la prevención de la patología. (13) Las frecuencias en los diversos tópicos de malas prácticas de vida y las prevalencias referentes al estado nutricio entre el personal de primer nivel de atención del Instituto de Salud del Estado de Aguascalientes, ISEA, representan en su conjunto una transgresión potencial a la salud pública por una proyección modélica inadmisible.

Recientemente Smith, Frank y colaboradores han propuesto elementos empíricos que sugieren que aquellos profesionales sanitarios que cuidan su salud practicando estilos de vida saludables poseen mayores probabilidades de éxito en la inducción y seguimiento de conductas saludables en sus pacientes. (24, 25) En éste sentido, la premisa es concientizar al personal a dicho cargo a asumir el rol que a él corresponde, a nivel personal y después con progresión a su praxis. Obrando en consecuencia una medicina mas preventiva que curativa, (26) tal como por definición compete al primer nivel de atención.

Finalmente una invitación de los autores a todo el personal sanitario, para la reflexión en su rol modélico; al discernimiento de la proyección particular que se ostenta ante una población que necesita auténticos guías para la salud. (27)

Agradecimientos

Se agradece a las nutriólogas Alejandra Rodríguez Martínez y Xóchitl Tovar Meneses, sin cuya valiosa colaboración en el trabajo de campo no hubiera sido posible la realización de ésta investigación.


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