Reflexiones: Una Perspectiva Antropologica, Personalista, Los Principios Introducidos por Jesus de Nazaret en la Medicina (El Amor, la ley Moral Nueva). Examinemos su Validez en la Practica Medica Moderna, Tecnologica y de la Postmodernidad. Primera parte
Autor: Dr. Juan Herrera Salazar | Publicado:  9/04/2010 | Etica, Bioetica. Etica medica. Etica en Enfermeria | |
Perspectiva Antropologica, Personalista. Principios Introducidos por Jesus de Nazaret Medicina .5

Jesús, “El Médico”, nos da orientaciones concretas que le dan un nuevo vigor y perfeccionan la ética médica de la antigüedad:

I. Una guía teológico-moral: nos enseña cómo comportarnos con las personas.

II. Una fundamentación a la ética, nos da la motivación por la cual debemos comportarnos y conformarnos a Cristo.

III. Directivas (Normativas de conducta médica, justicia, acción social)

IV. Guía deliberativa de la conciencia médica: llamada a mediar entre la norma objetiva, general y las concretas, particulares, de nuestra acción médica.

Jesús nos deja muy claro que el encuentro médico paciente, es cierto que es un encuentro que tiene como pretexto la corporeidad, pero sobretodo es un encuentro de dos conciencias, el proceso deliberativo nos deja libres como médicos, de satisfacer o no los deseos morales ilícitos de nuestros pacientes, que frecuentemente nos solicitan, en nuestra sociedad postmoderna.

Todo médico de buena voluntad, utilizando la vía cognoscitiva de la razón, puede acoger las enseñanzas de Jesús y hacerlas parte de su ética médica, con un horizonte de sentido, puede ahondar en su quehacer científico, investigar en las ciencias de la vida, y seguir un modelo bioético que respete la verdad integral de la persona humana y su dignidad.

La fe y la razón constituyen las vías cognoscitivas del médico cristiano, para comprender las enseñanzas de Jesús y las referidas a nuestra medicina. La Revelación y la naturaleza humana (rationalis naturae). El médico católico hace suyas las reflexiones del magisterio de la iglesia, y se coloca con un horizonte epistemológico y filosófico definido desde su visión de la vida.

El conocimiento de la fe, comprende y dirige la vivencia, lo vivido del hombre a luz del misterio histórico-salvífico, de la revelación y del don de Dios en Cristo por nosotros.

Esta inteligencia de la fe incluye la razón, mediante la cual, la fe, explica y comprende en la medida de lo posible la verdad revelada y la integra con la verdad de la naturaleza humana, de manera que comprendamos, quienes somos, por qué somos médicos vinculados al proyecto de la Creación, a la verdad integral de la persona, en cuanto ser espiritual y corpóreo, en relación con Dios, con el prójimo, las demás criaturas y el jardín que nos fue confiado.

Figura 2.

perspectiva_antropologica_jesus/amor_bien_comun

Jesúsy laÉticaMédica, Principios Validospara la MedicinaTecnológicade la Postmodernidad. Bioética, Seminarios. Febrero 2010, Dr. JuanHerreraSalazar, Managua, Nicaragua.

Es claro que hemos tratado con nuestro escrito de responder a la pregunta quienes somos los médicos, pregunta que colocada en el horizonte, responde a ¿quién es el hombre?, ¿Cuál es el sentido de nuestra existencia?, por eso hemos buscado las respuestas, desde abajo, hemos partido de la reflexión helénica y romana.

Luego insertamos al Jesús histórico, para hacer una reflexión antropológica, comprensible al científico y al filósofo, partiendo de la experiencia vivida, con el ánimo de promover un diálogo sereno con los médicos y los científicos de las ciencias de la vida aún cuando excluyan, o desconfíen de un diálogo que incluye la verticalidad.

Nuestra última gráfica, deja ver muy claro, que se puede escribir una II parte, de este artículo, como una reflexión antropológico - teológica, que no puedo ahondar por mi propia insuficiencia cultural, pero con que el auxilio de un experto, médico, filósofo o mejor experto del magisterio de la Iglesia católica, podremos abrir esa reflexión, en un espacio que se coloque en el horizonte de la verticalidad, para llevar al lector, al médico postmoderno, a nuestros estudiantes de medicina, a los estudiosos de las ciencias de la vida a reflexionar sobre el hombre: que en su horizontalidad intrínsecamente se abre a la trascendencia.

Para ejercer nuestra profesión hoy debemos tener en cuenta este misterio y drama del hombre.

Estamos, aquí ejerciendo la medicina en el horizonte de este mundo, plasmado de materia y temporalidad. La persona, el médico de hoy vive, siente, piensa e comprende, ama, experimenta el dolor y la felicidad, su profesión lo coloca en una situación de horizontalidad.

En contacto con la corporeidad descubre, quién es la persona, que tiene en frente, “ese ser espiritual”, radicado en el mundo sensible.

La ética médica de la antigüedad, (Ética de la Virtud), había recogido, mejor dicho destacado, el principio de la beneficencia y la virtud de la benevolencia, como un vigor, que lanza al médico, desde las situaciones concretas y tangibles a actuar como un buen médico.

Con la llegada de Jesús, “El Médico”, nos queda claro que también podemos hablar de un horizonte vertical, para hacernos mejores médicos y cooperar para construir la nueva medicina del Siglo XXI, una medicina que haga suya la “Cultura de la Vida”, “La Medicina del Amor ”.


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