Caracterizacion de la Cardiopatia Isquemica en mujeres
Autor: MSc. Dr. Nolvis Argota Matos | Publicado:  26/04/2010 | Cardiologia | |
Caracterizacion de la Cardiopatia Isquemica en mujeres .2

Usualmente los varones son más propensos a experimentar las manifestaciones clínicas de la arteriopatía coronaria que las mujeres antes de la menopausia, puesto que ellas reciben el posible efecto protector de los estrógenos y presentan, entre otros elementos favorecedores: diferencia de los lípidos en la sangre, menor frecuencia del hábito de fumar y estilo de vida más adecuado; ventajas que disminuyen después de ese período. 7 No obstante la enfermedades cardiovasculares (ECV) son la causa más frecuente de muerte en las mujeres en la mayoría de los países, sobre todo en los países desarrollados, la mortalidad por enfermedad cardiovascular en la mujer supera ya a la producida por las siete siguientes causas de muerte de forma conjunta, esta ha presentado disminución en los hombres, pero no en las mujeres. Es un hecho que las mujeres con síndrome coronario agudo (SCA) tardan más en ponerse en contacto con el sistema sanitario, a ello contribuye el desconocimiento de la importancia de la enfermedad cardiovascular (ECV) en mujeres. 9

Con respecto a la mujer se informa que si bien dicho trastorno constituye en España la segunda causa mortal después de las afecciones cerebrovasculares, 4 en Estados Unidos de Norteamérica representa la principal causa de muerte, dado que provoca más de 250 000 fallecimientos anuales; es decir, un tercio de la mortalidad en féminas, puesto que en ellas depende mucho más de la edad: antes de los 60 años, 1 de cada 5 hombres estadounidenses ha sufrido un evento coronario y solo 1 de cada 17 mujeres. Aproximadamente una cuarta parte de las defunciones que ocurren en ese país, son atribuibles a la enfermedad coronaria, pero hay un porcentaje sustancialmente mayor de varones fallecidos por ese proceso que de mujeres hasta que se llega a la octava década de la vida. 5

Las mujeres con infarto agudo de miocardio tiene distinto perfil que los hombres: son más mayores (6-8 años) que los hombres, el número se incrementa a partir de la menopausia, tardan más en contactar con el sistema sanitario, tardan más en ser diagnosticadas correctamente, tardan más en ser tratadas, reciben menos tratamientos invasivos, por lo que tienen peor pronóstico después de un ataque cardiaco (mortalidad: 68% vs. 33% en varones). 10

Existen diferencias en la percepción, expresión y recepción de los síntomas debido a: distinta percepción del dolor, diferencias de género en el lenguaje, diferencias en la actitud de quien recibe la información. 11

La expectativa de vida de la mujer cubana es de aproximadamente 75 años, lo cual significa que casi la tercera parte de su existencia transcurre con posterioridad al cese definitivo de la función ovárica, es decir, después de la menopausia; 5 etapa en la que aumenta la morbilidad por afección cardiovascular y osteoporosis, lo que no solo limita su calidad de vida, sino que constituye, en el caso de la primera, la principal causa de muerte en esta época. Ambas entidades se consideran expresión de un déficit estrogénico, por lo cual su reposición podría, entre otros aspectos, mejorar y prolongar la vida de las féminas, aunque no todas se preparan para enfrentar estos cambios. 8

Hacia los 40 años de edad empieza a deteriorarse progresivamente la función ovárica, que repercute en las esferas psíquica, física y sexual de la mujer: el denominado climaterio, cuyo inicio se enmarca entre los 4 ó 5 años antes de la menopausia; 9 sin embargo, para algunos autores se produce a partir de los 65 años, que es la fecha aceptada como inicio de la vejez, dado que presumiblemente ascenderán de forma significativa los valores medios de presión arterial, índice de masa corporal, glucemia basal y lípidos aterogénicos, con aumento de la prevalencia de hipertensión arterial, hipercolesterolemia, obesidad y diabetes mellitus. Estos cambios tensionales que ocurren después de la menopausia, se deben al incremento de la rigidez de las grandes arterias, la calcificación de las paredes y la ganancia ponderal, de modo tal que podrían conducir a hiperinsulinismo, disfunción endotelial y activación de la proliferación de las células del músculo liso. Además de ello, la redistribución del sodio corporal y el cese de la menstruación contribuyen a elevar las cifras de hemoglobina y el hematocrito, lo cual implica un aumento de la viscosidad sanguínea y, por ende, de la presión arterial. 10

La menopausia genera cambios en la concentración de lípidos plasmáticos, disminución de la C – HDL e incremento de la C- LDL y del colesterol total. Su capacidad para liberar sustancias vasodilatadoras, tales como prostaglandina, oxido nítrico y endotelina, pudiera dar lugar a una vasoconstricción mantenida, con acrecentamiento de la resistencia vascular. 11, 12

Los estrógenos estabilizan los monocitos y reducen la oxidación de las LDL, de forma que pueden aminorar la lesión de la pared arterial y la progresión de los cambios ateroscleróticos, pero también estimular la formación de colágeno y proteger la elastina, lo cual mantiene el proceso de reparación de las arterias y disminuye su rigidez. La supresión de la secreción hormonal en el período posmenopáusico haría fracasar estos mecanismos protectores. 13, 14

La mujer “castrada” precozmente tiene mayores probabilidades de padecer un Infarto agudo del miocardio que la de igual edad con actividad ovárica. Según algunos autores, el inicio de la terapia hormonal sustitutiva (THS) con estrógenos, asociados o no a la progesterona, ha disminuido el riesgo cardiovascular en 50% o más. Las féminas más beneficiadas al respecto son las que ya presentan episodios de cardiopatía isquémica y las que experimentan un adelanto de la menopausia, habitualmente por razones quirúrgicas. La duración del tratamiento influye directamente en la disminución del riesgo relativo para la enfermedad. 10-14

Los factores de riesgo coronario tienen una prevalencia elevada en mujeres de todos los grupos étnicos y raciales. Según información del National Center For Health Statistics, que incluye a féminas de 20 a 74 años, más de un tercio presentaban hipertensión arterial, más de una cuarta parte padecían hipercolesterolemia, fumaban cigarrillos y tenían sobrepeso y 6 de cada 10 de ellas llevaban un estilo de vida sedentario. 15, 16

La diabetes mellitus es un factor de riesgo coronario más potente en las mujeres que en los hombres y anula prácticamente el efecto protector del sexo femenino, incluso en las premenopáusicas. Aunque dicha afección deviene una condición de riesgo menos frecuente en féminas que muchos otros factores de riesgo mayores de enfermedad coronaria, en las que han cumplido más de 45 años se duplican las probabilidades de padecer enfermedad coronaria. 17,18

Ahondando más en los factores de riesgos, estudios recientes demuestran que la conducta ta báquica de las mujeres ha cambiado y se caracteriza ahora por un inicio más precoz e intenso del tabaquismo; sin embargo, el consumo de cigarrillos triplica el riesgo de infarto del miocardio, incluso en féminas premenopáusicas y contribuye de manera importante a producir la muerte súbita cardíaca en adultas jóvenes. El riesgo cardiovascular se acentúa en las mujeres que ingieren anticonceptivos orales y fuman, además de que ese nocivo hábito reduce la edad de la menopausia en 1,5 a 2 años como promedio y la mayor duración del estado menopáusico puede hacer aumentar el riesgo coronario. 19, 20

La inactividad física, que constituye un factor de riesgo independiente para la enfermedad coronaria en mujeres, es el factor de riesgo de mayor prevalencia. La buena forma física, medida de manera objetiva, se asocia a un perfil de riesgo coronario más favorable en el sexo femenino que en el masculino; asociaciones que resultan especialmente importantes para los valores más altos de colesterol HDL, las cifras más bajas de triglicéridos y la mejoría en el uso de la insulina. 21, 22

En el Framingham Heart Study se plantea que el fibrinógeno produce de manera independiente la enfermedad coronaria como tal, el infarto del miocardio y la muerte súbita en los pacientes con angina. 4

Todos estos hechos contribuyen a predisponer en mayor medida al padecimiento de un trastorno cardiovascular; de ahí la importancia de conocer cada cambio que ocurre en la mujer durante el período posmenopáusico, como consecuencia de un aumento de los factores de riesgo coronarios que aparecen con la vejez y propenden a la aparición de las citadas afecciones cardiovasculares a partir de los 65 años.

En los últimos 10 años se ha incrementado el número de mujeres con el diagnóstico de cardiopatía isquémica en todo el país por lo que acuden con gran frecuencia a las cuerpos de Guardias de los CDI por descompensación, que luego tributan hacia la Atención Primaria para su seguimiento por el médico general integral, razón que justifica el habernos propuesto esencialmente identificar y describir algunas características clínicas de esta entidad teniendo en cuenta que existen escasas investigaciones sobre este tema en la parroquia Petare y en especial a escala primaria. En dicha parroquia por presentar una alta densidad demográfica, el número de casos resulta ser considerado y merece ser estudiado para poder adoptar medidas al respecto.


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