Malformacion arteriovenosa causante de hemorragia intracerebral
Autor: Yenier Jiménez Hernández | Publicado:  10/05/2010 | Neurologia , Neurocirugia | |
Malformacion arteriovenosa causante de hemorragia intracerebral .5

La sangre, los productos sanguíneos, los líquidos intravenosos u otros medicamentos se consideran apropiados para contrarrestar el sangrado y la pérdida de volumen sanguíneo.

Síntomas

• Dolor de cabeza

o puede suceder cuando la persona está acostada
o puede despertar a la persona
o puede aumentar con el cambio de posición
o puede aumentar cuando el paciente se inclina, se tensiona y cuando tose

• Náuseas, vómitos
• Cambio en el estado de alerta (nivel de conciencia)

o indiferente, introvertido
o somnoliento, letárgico, adormilado, estuporoso
o inconsciente, comatoso

• Cambios en la visión

o cualquier cambio en la visión
o disminución de la visión, pérdida total o parcial de la visión
o pupilas de diferente tamaño
o movimientos incontrolables de los ojos
o párpado caído

• Cambios en las sensibilidad

o disminución de la sensibilidad
o entumecimiento u hormigueo
o sensaciones anormales
o parálisis facial

• Dificultad para hablar o entender el lenguaje
• Dificultad al deglutir
• Dificultad al escribir o leer
• Cambios en los movimientos

o debilidad en cualquier parte del cuerpo
o dificultad para mover cualquier parte del cuerpo
o pérdida de habilidades motoras finas
o temblor en las manos

• Pérdida de coordinación
• Pérdida del equilibrio
• Convulsiones
• Sentido del gusto anormal

Epidemiología

Prevalencia probablemente algo mayor del 0,14% y leve preponderancia masculina. El riesgo de sangrado de una malformación arteriovenosa (MAV) es aproximadamente de 2 a 4% anual. El 64% se diagnostican antes de los 40 años.

Las malformaciones arteriovenosas (MAV) pequeñas tienen mayor tendencia al sangrado (2, 10) debido a que puedan tener mayor presión. Pero las grandes son más epileptógenas por la mayor participación cortical.

Más de la mitad de los pacientes con malformaciones arteriovenosas (MAV) presentan una hemorragia de la malformación como primer síntoma.
Es más frecuente entre los 15- 20 años de edad con un 10% de mortalidad y un 30-50% de morbilidad.
El 82% es intraparenquimatoso seguido de la hemorragia subaracnoidea, intraventricular y subdural.
El riesgo anual de hemorragia cerebral se ha recogido en 3 estudios y depende fundamentalmente de la tamaño de la malformación arteriovenosa (MAV) y de la edad del paciente.

Clasificación

Las malformaciones arteriovenosas varían en tamaño y en ubicación dentro del cerebro.
Algunos clasifican las malformaciones arteriovenosas (MAV) en piales; subcorticales; paraventriculares; combinadas.

Etiología

Se desconoce la causa de la malformación arteriovenosa cerebral (MAV).
Las malformaciones arteriovenosas cerebrales se presentan aproximadamente en 3 de cada 10.000 personas. Aunque la lesión esté presente en el momento del nacimiento, los síntomas se pueden presentar en cualquier etapa de la vida. Las dos terceras partes de los casos presentan los síntomas antes de los 40 años.

Una vez establecido el diagnóstico se clasificarán según: Grado de Spetzler-Martin. Se sumarán los puntos

Este sistema se basa en tres componentes:

1. Tamaño de la lesión.
2. Ubicación en zona elocuente (área que tiene una función neurológica identificable y cuya lesión produce un déficit permanente incapacitante). Se considera como tal la sensorio-motora, del lenguaje, visual, ganglios basales, tálamo e hipotálamo, cápsula interna, tronco cerebral, pedúnculos cerebelosos y núcleos cerebelosos profundos.
3. Patrón de drenaje venoso. Superficial si es al sistema venoso cortical. Profundo: si parte o todo el drenaje se hace a venas cerebrales internas, de Galeno, basales o cerebelosa precentral.

Las malformaciones arteriovenosas (MAV) grado I son pequeñas, superficiales y ubicadas en zona no elocuente.

Las lesiones grado V son extensas, profundas y situadas en áreas neurológicamente críticas.

Las malformaciones arteriovenosas (MAV) mayores de 6 cm. se clasifican en gigantes y por tanto serán siempre de 3 o más puntos. (De forma más frecuente 4 y 5).

En las lesiones grado III, últimamente se ha propuesto una modificación por Oliveira considerando que éstas pueden ser divididas en lesiones grado IIIa y IIIb, siendo las primeras las ubicadas a nivel de lóbulos de los hemisferios cerebrales, y las IIIb las situadas en núcleos de sistema estriado, tálamo o tronco cerebral, y que a pesar de tener ambas el mismo puntaje las últimas conllevan un riesgo diferente desde el punto de vista quirúrgico.

La TAC intraarterial se ha descrito como un método práctico y útil para la planificación del tratamiento mediante radiocirugía. (7)


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