Incidencia del maltrato en el adulto mayor
Autor: Yenier Jiménez Hernández | Publicado:  10/05/2010 | Medicina Forense y Legal , Geriatria y Gerontologia | |
Incidencia del maltrato en el adulto mayor .3

Analizando el tema desde la función que le corresponde realizar al Instituto de Normalización Previsional, y que está relacionado con el pago de pensiones, otorgamiento de poderes y, prestaciones de servicios sociales, nos parece importante centrarnos, por ahora, en los abusos económicos y en la negligencia y/o abandono. (2)

La experiencia de las profesionales asistentes sociales que se desempeñan en nuestras sucursales, nos ha permitido detectar, fundamentalmente, la existencia de abuso económico o explotación y de abandono o negligencia. También se ha podido constatar un nivel de maltrato psicológico o emocional.

Cuando hablamos de abuso patrimonial o maltrato económico nos referimos al “mal uso o explotación de dinero o de las posesiones del anciano, así como el bloqueo de acceso a éste de dichos bienes” (Ruipérez y Llorente, 1996), lo que implica “daño, pérdida, transformación, sustracción, destrucción, retención o falsificación de objetos, instrumentos de trabajo, documentos personales, bienes, valores, derechos o recursos económicos destinados a satisfacer las necesidades de las personas mayores” (Jiménez y Román, 1996).

En este sentido, se ha constatado que muchas veces es el propio entorno familiar más cercano el que provoca este tipo de abusos, dejando al adulto mayor sin posibilidad de decidir en que gastar su dinero. Esto incide directamente en la pérdida de autonomía del Adulto Mayor. Muchos de estos adultos mayores no satisfacen sus necesidades básicas de alimentación y salud, porque han sido despojados de sus ingresos.

Nuestras profesionales, tal como se ha mencionado anteriormente, sólo pueden intervenir reteniendo el pago, por unos días, mientras se intenta esclarecer los acontecimientos. Esta situación nos permite observar que, en general, los pensionados no conocen sus derechos, por ejemplo, el derecho a decidir a quién dar o no un poder para cobrar su pensión; la creencia más internalizada en ellos es la de pensar que necesitan de un intermediario para realizar ciertos trámites. En este sentido, al analfabetismo es un gran obstaculizador a la autonomía del adulto mayor. (2)

El adulto mayor, muchas veces, tiene resentida su autoestima, producto de la dificultad para enfrentar algunos cambios que se presentan en esta etapa. Por otro lado, la soledad y el aislamiento son unos de los mayores miedos de esta población etárea, lo que la lleva a aceptar condiciones absolutamente injustas e indignas para ella. Por último, algunos estudios indican que personas que han tenido historias previas de violencia intrafamiliar suelen repetir este patrón, y presentan, por lo tanto, mayor dificultad para darse cuenta que ese tipo de relación no es normal.

El segundo tipo de maltrato al que nos gustaría referirnos en esta ocasión, es la negligencia o abandono, que se ha definido como “la no administración de los cuidados o supervisión necesarios respecto a alimentación, vestido, higiene, cobijo y cuidados médicos apropiados” (Ruipérez y Llorente, 1996). En este sentido, es posible distinguir una negligencia o abandono pasivo y uno activo, dependiendo de si ésta es producto del desconocimiento o incapacidad del cuidador, o cuando el acto se realiza intencionalmente. (2)

Existe consenso respecto a que este tipo de maltrato atenta directamente contra el normal desarrollo de las actividades de la vida diaria del adulto mayor y va generando un deterioro en su calidad de vida.

El estilo de vida actual recarga enormemente a cada uno de los miembros de la familia. La hija, quien generalmente era la que cuidaba a sus padres, ahora trabaja y además debe preocuparse de sus hijos. Muchos autores concuerdan en que el ritmo de vida actual fomenta una forma violenta de interrelacionarse en la sociedad, y las familias como cualquier otro grupo social, no está exenta.
Cada día que pasa se hace más difícil para algunas familias lidiar con el cuidado de la persona de edad mayor.

En este sentido, quisiera compartir una experiencia piloto impulsada desde de la Subsecretaría de Previsión Social, con la participación de la Subsecretaría del Trabajo, INP, Sence, Pro-empleo, Comité Nacional del Adulto Mayor y Subsecretaría de Salud, cuya primera etapa consiste en capacitar a 90 mujeres jefas de hogar, como Cuidadoras de Atención Domiciliaria para el Adulto Mayor. (2)

“Uno de cada tres adultos mayores es víctima de maltrato en Chile”... frases como ésta salen a la luz pública cuando nos enteramos, mediante los medios de comunicación, que un anciano ha sido maltratado gravemente o se encuentra en franco estado de abandono. Sin embargo, cabe preguntarnos: ¿Cuánto realmente sabemos sobre el maltrato hacia el adulto mayor?, y más aún ¿Se está tomando verdadera conciencia de la latencia de este problema en busca de una real solución?

El 15 de junio, a lo largo de todo el país, se conmemoró el “Día Internacional de la Toma de Conciencia Sobre el Abuso y Maltrato a los Adultos Mayores” (instaurado por la ONU), actividad organizada por el Servicio Nacional del Adulto Mayor (Senama) con el propósito de dar a conocer la situación de violencia a la que se enfrentan los adultos mayores en Chile. Luego de meses de trabajo por una comisión de expertos convocada por Senama, el pasado lunes 1° de octubre, fecha en que se conmemora el día Internacional del Adulto Mayor, la Presidenta Bachelet firmó el proyecto de ley que incorpora, en específico, el maltrato al adulto mayor en la legislación nacional, el que será enviado próximamente al Congreso para iniciar su tramitación legislativa. Este proyecto de ley que tipifica este delito y establece sanciones para la familia y el entorno que rodea al agredido. Sin embargo, es de vital importancia para lograr que proyectos como éste se conviertan en ley, poder sensibilizar a la población y especialmente a las autoridades de esta situación que hoy afecta a quienes con su esfuerzo forjaron los cimientos de nuestra actual sociedad.

De acuerdo a las estadísticas, el 11,36% de la población chilena es mayor de 60 años, lo que confirma la tendencia acelerada de transición demográfica que vive nuestro país (INE, Censo 2002). Según un estudio realizado por la CEPAL, Chile se encuentra dentro de los países con un envejecimiento moderado avanzado, por lo que la población adulta mayor aumentará del porcentaje anteriormente citado, hasta las cifras de 25% a 30% en el 2050. Verdaderamente alarmante si tenemos en cuenta que como país no estamos preparados para enfrentar una realidad de esta magnitud, que afectará en lo económico, político y social. Se trata de una transformación con consecuencias de todo tipo, entre ellas, el replanteamiento nuestra actual forma de organización social, construida en torno a una población joven.

En la carta aprobada el 16 de diciembre de 1991, por la Asamblea General de las Naciones Unidas, se garantizan una serie de derechos a las personas mayores, que van desde los más básicos, como el acceso a la alimentación, agua, vivienda, vestimenta y atención de salud adecuada, hasta los más trascendentales, como el acceso a servicios sociales y jurídicos que les aseguren mayores niveles de autonomía, protección y cuidado, vivir con dignidad y seguridad, verse libre de explotaciones y malos tratos físicos o mentales, poder participar en la determinación de cuándo y en qué medida dejarán de desempeñar actividades laborales y, finalmente, recibir un trato digno por parte de quienes los rodean. Es en estos últimos puntos donde percibimos que es necesario una intervención a fondo por parte de la sociedad y el Estado, pues es imposible hacer valer estos derechos sin el respaldo constitucional que requieren. Es aquí cuando surge la necesidad del estudio del maltrato que hoy sufren nuestros adultos mayores, los cuales se tipifican en: maltrato físico, psicológico, abuso sexual, abuso patrimonial (apropiación fraudulenta de sus bienes y el abuso económico por parte de algunas empresas o servicios), negligencia y abandono y el maltrato estructural o societario. Hay que tener en cuenta que en Chile no hay estadísticas sobre la materia a nivel nacional, solo se cuenta con tres estudios, los que fueron efectuados en Renca, Valdivia y Concepción-Temuco, los cuales arrojan que más del 30% de los adultos mayores encuestados había sufrido algún tipo de maltrato.

De todos los tipos de maltrato citados, es el maltrato estructural y societario el que necesariamente debe ser reconocido y visibilizado por quienes formamos parte de ésta sociedad. Este ocurre desde y en las estructuras de la sociedad mediante normas legales, sociales, culturales y económicas que actúan como trasfondo de todos los aspectos denunciados del maltrato hacia los adultos mayores.


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