Medicina alternativa-complementaria en enfermedades prostáticas. Cap. 2 – Terapia biologica en cancer prostatico y crecimiento prostatico benigno sintomatico
Autor: Dr. Julio C. Potenziani Bigelli | Publicado:  24/06/2010 | Medicina alternativa, complementaria en ... | |
Estadisticas importancia enfermedades prostaticas no convencionales - terapia biologica .2

Se le debe dar a la comunidad oncológica una mayor y mejor información acerca de esta modalidad de medicina complementaria/alternativa, así como iniciar la investigación para determinar posibles interacciones fármacos-fitoterapia.

Nuevamente Richardson (2002) realiza un trabajo donde se investiga la utilización de la Medicina Complementaria/Alternativa en pacientes con cáncer. La utilización de estas terapias en pacientes con cáncer es amplia y muy difundida.

La NCCAM (National Center for Complementary and Alternative Medicine) lleva a cabo una labor de información e investigación en aspectos de prevención, paliación y terapéutica.

En estos momentos se están llevando a cabo estudios sobre Prevención del Cáncer de próstata por la National Cáncer Institute (NCI) que son:

1) Calcitriol, forma activa de la vitamina D. Para prevenir cáncer de próstata en pacientes con neoplasia intraepitelial prostática (PIN). Estudio en Fase II. Protocolo ID: CINJ-080404
2) Lycopene en participantes masculinos saludables. Antioxidante que podría prevenir algunos tipos de cáncer. Estudio en Fase I. Protocolo ID:UIC-2006-0853
3) Aceite de Pecado en la prevención del Cáncer de Próstata en pacientes con Neoplasia Intraepitelial prostática (PIN). Estudio en fase no especificada. Protocolo ID: OHSU-CPC-04131-LX
4) Efectos de la Aspirina sobre el tejido prostático. Estudio en fase no especificada. Protocolo ID: 05-7956-01. La aspirina afecta procesos fisiológicos a través de su acción antiinflamatoria. Varios tipos de cáncer incluyendo el cáncer de próstata parecen utilizar las vías de señalización inflamatoria para facilitar su crecimiento y progresión. Podría la aspirina actuar directamente sobre las células epiteliales prostáticas para alterar el metabolismo COX-2 e inhibir el crecimiento de la célula prostática.
5) Lycopene en prevenir el Cáncer de Próstata en participante sanos. Estudio en fase no especificada. Protocolo ID: UIC-2004-0217 O´Leary (2001) analizó la estrecha relación existente entre calidad de vida, disfunción sexual y síntomas urinarios bajos, al punto que hoy en día es unánime en el mundo entero el hecho de que la mejoría de los síntomas urinarios es “per sé”, el ‘factor’ que más mejora de manera significativa la calidad de vida del hombre por arriba de los 60 años, considerando cualquier tratamiento y cualquier patología, al tener implicaciones en la esfera urinaria, sexual y existencial (Peters 2001).

Más que nunca la sintomatología urinaria es la que determinará la modalidad, duración e intensidad del tratamiento que se aplique. Nunca como hoy en día, se tienen a disposición tantos argumentos farmacológicos para aliviar y mejorar sustancialmente la vida de hombres con problemas de vaciamiento o llenado vesical.

Welch (2002) en un estudio efectuado sobre 8.406 hombres destacó que hombres con sintomatología moderada-severa tienen un status de salud más deteriorado que aquellos pacientes afectados de gota, hipertensión arterial, angina pectoris o diabetes mellitus, por lo tanto el tratamiento de éstos pacientes mejorará sustancialmente su calidad de vida y con ello todos los parametros que conforman la definición de la misma.

En la Estandarización de la Terminología del Sistema Urinario Inferior reportado por el Subcomité de Estandarización de la Sociedad Internacional de Continencia (ISC) Abrams (2002) definieron los síntomas, signos, observaciones urodinámicas y condiciones asociadas con la disfunción del sistema urinario inferior. Los dividieron en tres grupos, a saber:

I. Síntomas de almacenamiento urinario
II. Síntomas de vaciamiento urinario o miccionales
III. Síntomas postmiccionales

I. Los síntomas urinarios de almacenamiento experimentados durante la fase de almacenamiento vesical incluye: frecuencia diurna (frecuencia aumentada, considerada por el (la) paciente) y nicturia (tener que despertarse en la noche una o más veces a orinar), urgencia (súbito deseo imperioso de orinar, difícil de diferir), incontinencia urinaria (queja de cualquier cantidad de fuga urinaria).

II. Los síntomas urinarios de vaciamiento se experimentan durante la fase miccional urinaria y son los siguiente: lentitud en el chorro urinario, chorro urinario doble o difuminado, chorro urinario intermitente (para y vuelve a comenzar), retardo miccional inicial (dificultad en iniciar la micción), pujo miccional (esfuerzo para iniciar la micción, y para mantener la micción), goteo Terminal (prolongación de la parte final de la micción, por enlentecimiento del flujo o por goteo urinario terminal).

III. Los síntomas urinarios postmiccionales los experimenta el paciente inmediatamente después de haber terminado de orinar y consisten en: sensación de vaciamiento urinario incompleto y goteo urinario postmiccional (perdida de orina después de haber terminado de orinar, usualmente cuando se está alejando del baño en el caso de los hombre y cuando se levanta de la toilette en el caso de la mujer).

EL CÁNCER PROSTÁTICO SE HA CONVERTIDO EN PAÍSES INDUSTRIALIZADOS Y DESARROLLADOS UN PROBLEMA DE SALUD PÚBLICA Y EN EL MUNDO ENTERO ES JUNTO AL CÁNCER DE PULMÓN, LA PRIMERA CAUSA DE MUERTE POR CÁNCER. UNO DE CADA 6 A 11 HOMBRES PODRÍAN TENER UN CÁNCER DE PRÓSTATA EN SU VIDA ADULTA, POR LO CUAL TODOS LOS ARGUMENTOS TERAPÉUTICOS Y CONDUCTUALES, QUE LOGREN DISMINUIR DICHO RIESGO, DEBEREMOS IMPLEMENTARLOS EN NUESTRO EJERCICIOS MÉDICO DIARIO, PARA LOGRAR CON EL ENFOQUE QUIMIOPREVENTIVO, DISMINUIR LA INCIDENCIA DEL CÁNCER PROSTÁTICO O ENLENTECER EL DESARROLLO DEL MISMO Y CON ELLO AUMENTAR EL TIEMPO DE SOBREVIDA, CON UNA CALIDAD DE VIDA ACORDE CON LAS EXPECTATIVAS DE CADA SER HUMANO (Potenziani 2001)

Esto reforzado por numerosos trabajos científicos entre los que resaltan los de Giovanucci (1993) y recientemente los de Colli (2006), quien aplicó un modelo de una simple regresión lineal a porcentajes de mortalidad de cáncer de próstata ajustados a la edad y al porcentaje de consumo ‘per cápita’ de 18 alimentos en un espacio de 71 años desde 1930 hasta el año 2000. Sus conclusiones fueron una significativa correlación entre mortalidad por cáncer de próstata y el consumo de carnes rojas, aditivos de grasa, y aceites, helados, merengadas malteadas, salsas para ensaladas, margarina, y deficiencia de vegetales.

Tubaro (2006) refirió en su editorial sobre ‘Micronutrientes e Hiperplasia Prostática benigna’ (HPB), que la incidencia y prevalencia de las enfermedades prostáticas varían notablemente en diferentes áreas del mundo debido a factores nutricionales, genéticos, conductuales, ocupaciones y medioambientales. La importancia de las frutas y vegetales en los efectos quimiopreventivos sobre la próstata en dosis de 400 a 600 g/dia ha sido confirmada.

Los factores dietéticos considerando los macronutrientes (carbohidratos, proteínas y grasas) y micronutrientes (vitaminas y minerales) han sido relacionados en numerosos trabajos de investigación con la prevención de enfermedades prostáticas.

Dedhia (2006) demostró que pacientes con síntomas urinarios bajos, producidos por un aumento de volumen de la glándula prostática, que habían utilizado productos de Fitoterapia tenían un puntaje significativamente mejor en los scores de síntomas prostáticos (AUA Symptom Score).

Tavani (2006) refirió que el riesgo de cirugía para hiperplasia prostática benigna (HPB), disminuirá significativamente con el incremento en la ingestión de carotenos. El Instituto Nacional de Cáncer de los Estados Unidos de Norteamérica (NCI) en su estudio investigativo PCPT (Prostate Cáncer Prevention Trial) encontró que el Finasteride reduce el riesgo de cáncer prostático en un 25% (http://www.nci.nih.gov/pcpt) (Thompson 2003). Se estudiaron 18.882 pacientes de 55 años para arriba con tacto prostático normal y PSA total de 3.0 ng/ml o más bajo. Se le dio tratamiento con Finasteride 5 mg/dia o placebo por 7 años. Fue detectado cáncer prostático en 803 de 4.368 hombres en el grupo que tomaron Finasteride (18.4%) y en 1.147 de 4.692 hombres que pertenecían al grupo placebo (24.4%), para una reducción del 24.8 % en la prevalencia sobre éste periodo de 7 años. Igualmente los tumores prostáticos Score de Gleason 7,8,9 y 10 fueron más comunes en el grupo que tomó Finasteride (37%) (280 de 757 tumores) o 6.4% del total de hombres incluidos en el análisis final (4.368). La conclusión final fue que el Finasteride retarda o previene la aparición del cáncer de próstata pero su posible beneficio y un reducido riesgo de problemas urinarios deberá ser contrapesado con los efectos colaterales en el área sexual y el riesgo aumentado de cáncer prostático de alto grado.

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