Hallazgos neurobiologicos asociados a la sintomatologia psicotica en pacientes con HIV/SIDA. Articulo de revision
Autor: Dra. Teraiza E. Mesa Rodríguez | Publicado:  30/08/2010 | Enfermedades Infecciosas , Psiquiatria , Neurologia | |
Hallazgos neurobiologicos sintomatologia psicotica pacientes HIV/SIDA. Articulo de revision .2

La American Academy of Neurology AIDS Task Force ha desarrollado una serie de criterios clínicos que intentan abarcar todo el espectro de trastornos neuropsiquiátricos que se observan en la infección por el VHI. Estos criterios proponen dividir el síndrome en dos grupos, que son:

1. Demencia asociada al VHI (D-VHI) o Complejo demencial (CDH): Este es un síndrome más severo con un importante deterioro en las actividades de la vida diaria.

2. Deterioro cognoscitivo mínimo (DCMH) o trastorno cognoscitivo/motor mínimo asociado a HIV (TCMH): Es un síndrome menos severo, identificado a través de exámenes neuropsicológicos y tiene un menor efecto en el deterioro de las actividades de la vida diaria (56, 57, 58, 59, 60, 61, 62, 63).

Los criterios diagnósticos según la American Academy of Neurology reconocer los cambios cognitivos sutiles tempranos y los diferencian de las demencias, estos se describen a continuación:

Trastorno cognoscitivo/motor mínimo asociado al HIV

1. Anomalías cognitivas/motoras/comportamentales

a. Al menos dos de las siguientes, presentes por al menos durante un mes

(1) Afectación de la atención o la concentración
(2) Bradipsiquia
(3) Afectación de la memoria
(4) Enlentecimiento motor
(5) Alteraciones en la coordinación
(6) Cambio en la personalidad, irritabilidad o labilidad emocional

b. Anomalía cognitiva/motora adquirida verificada por el examen clínico neurológico o por las pruebas neuropsicológicas (por ejemplo, velocidad motora fina, destreza manual, habilidades perceptivo-motoras, atención/concentración, velocidad de procesamiento de la información, abstracción/razonamiento, habilidades visuo-espaciales, memoria/aprendizaje, o velocidad del lenguaje).

2. Los disturbios del N° 1 causa leve afectación del trabajo o de las actividades del diario vivir.

3. No se satisfacen los criterios para complejo demencial asociado al HIV-1 o para mielopatía asociada al HIV-1.

4. No hay evidencia de otra etiología, incluyendo: infección oportunista activa o neoplasia maligna del sistema nervioso central (SNC), enfermedad sistémica severa, uso activo de alcohol o sustancias, abstinencia aguda o crónica de sustancias, trastorno adaptativo u otros trastornos psiquiátricos.

5. Seropositividad para HIV (test de ELISA confirmado por Western blot, reacción de cadena de polimerasa, o cultivo) (64).

Criterios para el diagnóstico clínico de trastorno cognitivo motor menor asociado al HIV-1

Se requiere el criterio A o B para el diagnóstico:

A. Complejo demencial asociado al HIV-1

Cada uno de los siguientes:

1. Anomalía adquirida en al menos dos de las siguientes habilidades cognitivas, por al menos un mes: atención/concentración, velocidad de procesamiento de la información, abstracción/razonamiento, habilidades visuo-espaciales, memoria/aprendizaje, y velocidad del lenguaje.
La disfunción cognitiva que causa afectación del trabajo o de las actividades del diario vivir, no debería ser atribuible solamente a enfermedad sistémica severa.

2. Al menos una de las siguientes:

(a) Anomalía adquirida en la función o desempeño motor verificada por el examen clínico, las pruebas neuropsicológicas, o ambos.
(b) Declinación en la motivación o el control emocional, o cambio en el comportamiento social.

3. Ausencia de alteración de conciencia durante un período lo suficientemente largo para establecer la presencia de N° 1.

4. No hay evidencia de otra etiología, incluyendo: infección oportunista activa o neoplasia maligna del sistema nervioso central (SNC), otros trastornos psiquiátricos (por ejemplo, depresión), uso activo de alcohol o sustancias, o abstinencia aguda o crónica de sustancias.

5. Seropositividad para HIV (test de ELISA confirmado por Western blot, reacción de cadena de polimerasa, o cultivo).

B. Mielopatía asociada al HIV-1

Cada uno de los siguientes:

1. Anomalía adquirida en la función neurológica de las extremidades inferiores desproporcionada a la anomalía de las extremidades superiores, verificada por historia clínica confiable y examen neurológico.

2. El disturbio mielopático es lo suficientemente severo para requerir apoyo unilateral constante para caminar.

3. No se satisfacen los criterios para complejo demencial asociado al HIV-1.

4. No hay evidencia de otra etiología, incluyendo: neoplasma, lesión compresiva o esclerosis múltiple.

5. Seropositividad para HIV (test de ELISA confirmado por Western blot, reacción de cadena de polimerasa, o cultivo) (64).

Los olvidos, la desatención, las dificultades de concentración, el enlentecimiento mental, la pérdida de interés, la depresión y la anhedonia deberían ser siempre evaluados, en cualquier estadio de la enfermedad por HIV, despistando posibles trastornos cognitivos enmascarados, como por ejemplo los trastornos afectivos. Varios autores sugieren mantener un alto índice de sospecha, aun ante los síntomas cognitivo-motores más sutiles en una persona previamente asintomática, en estos casos se debe realizar una investigación neurodiagnóstica completa. Como mínimo, ésta incluye: valoración metabólica, ya sea tomografía computada (TAC) o resonancia magnética nuclear cerebral (RMN), electroencefalograma (EEG), punción lumbar, y una evaluación toxicológica (65,66).

Neuroimagen:

Uno de los hallazgos más frecuentes en la TAC es la atrofia cerebral con dilatación del III ventrículo. Esto se relaciona con el avance de la enfermedad, y por lo regular, ocurre después de 4 años de evolución o cuando hay síntomas neurológicos que sugieren el deterioro del sistema nervioso central (67). En los estadios tempranos de la infección se hallan datos que sugieren atrofia infratentorial. Al avanzar la enfermedad, los daños al cerebro son más difusos y la pérdida de volumen cerebral se extiende a las regiones frontales y temporales. La atrofia puede ser central (dilatación ventricular), periférica (dilatación de los surcos) o mixta. La atrofia central, involucra estructuras subcorticales (68). Cuando se hace TAC en forma continua se demuestra la evolución progresiva de la enfermedad (Chrysikopoulus, 1990) (67). La segunda manifestación más frecuente encontrada con la TAC son las lesiones del parénquima con baja atenuación localizada en las regiones periventriculares y en el centro semioval (67,68,69).

En los pacientes pediátricos seropositivos, se describe atrofia central seguida de la atrofia cortical, lesiones en la materia blanca y calcificación difusa en los ganglios basales (67).


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