Virus del papiloma humano, riesgo del sexo en la adolescencia
Autor: Vilma Borrego de Chacón | Publicado:  13/09/2010 | Microbiologia y Parasitologia , Enfermedades Infecciosas , Medicina Preventiva y Salud Publica | |
Virus del papiloma humano, riesgo del sexo en la adolescencia .3

Así como existen factores de riesgo, también rodean a los/las adolescentes y jóvenes situaciones que los protegen:

1. Una relación familiar armónica, donde existan la expresión del afecto y se dispense la atención necesaria a cada uno de los miembros, a través de una comprensión y comunicación efectiva.
2. La existencia de oportunidades donde los jóvenes puedan llevar a cabo experiencias exitosas y excitantes, tanto a nivel estudiantil como laboral.
3. Estilo de vida armónico, donde exista una escala de valores, entretenimientos compartidos con la familia y los amigos, descanso suficiente, práctica de actividades físicas, y una actividad participativa en la comunidad.
4. Estructuras escolares y laborales continentes que despierten inquietudes y desarrollen las habilidades que los jóvenes poseen.
5. Buena nutrición, conocimiento acerca de las enfermedades de trasmisión sexual y uso de los métodos anticonceptivos.

Asimismo hay que considerar que la maternidad y paternidad temprana también tienen consecuencias negativas para los adolescentes, los jóvenes pueden verse atrapados en una vida de pobreza con una familia disfuncional, provocando que los nuevos roles de padres puedan implicar el abandono de la escolaridad y el estrés los conlleve al uso de las drogas y el alcohol como medio de escape.

La sexualidad en el adolescente

La actividad hormonal produce ciertas manifestaciones en la pubertad. Lo característico de éste período es el desarrollo de los órganos reproductores y los genitales externos. Este cambio hormonal también afecta el funcionamiento del sistema nervioso central, afectando factores como el humor y el comportamiento.

Las hormonas cumplen un papel importante en la adolescencia pues ellas son las causantes de las nuevas sensaciones que experimentan los jóvenes en su cuerpo. Básicamente, estas son las que despiertan un apetito sexual que va aumentando a medida que transcurren los años, aunque es importante saber que el deseo sexual no surge específicamente por la acción de algunas hormonas fuera de control.

Los cambios psíquicos en la adolescencia incluyen una atracción mayor por las personas del sexo opuesto, lo cual a su vez genera cambios en el comportamiento. Por esta razón los hombres tienden a buscar la compañía de mujeres y estas a la de los hombres. Los juegos de la infancia donde los niños jugaban entre ellos y las niñas no permitían que ellos se acercaran empiezan a ser parte del su pasado, ahora es importante mezclarse entre sí, conocerse mutuamente, interactuar y hasta formar relaciones afectivas como noviazgos.

Aspectos psicosexuales de la adolescencia (Fantasías sexuales).

Al iniciarse la pubertad aumenta la preocupación por la sexualidad. En la primera etapa de la adolescencia es frecuente la masturbación y las fantasías sexuales, en ocasiones con compañeros del mismo sexo, motivando dudas sobre la orientación sexual, con ansiedad y sentimientos de culpa. La masturbación es más frecuente en los chicos que en las chicas. Generalmente está motivada por la curiosidad y el deseo de disfrutar un placer intenso. Más adelante puede ser vivida como una descarga de ansiedad o de tensiones.

En América Latina los adolescentes bajo la presión de la sociedad, ellos se sienten conocedores y experimentados en temas de sexualidad, por lo que sienten reprimidos en buscar información sobre la misma, para no sentirse ignorante ante sus compañeros

Generalmente las hembras inician la pubertad dos años antes que los varones, pueden empezar a salir con amigos, pretendientes y mantener relaciones sexuales a una edad más temprana, entre los 12 y 15 años de edad. Los varones suelen sufrir erecciones frecuentemente debido a diferentes estímulos, y por lo general inician su actividad sexual con mujeres mayores o con prostitutas, lo que ponen en riesgo la posibilidad de contraer enfermedades de trasmisión sexual, siendo el virus del papiloma humano (VPH) una de las enfermedades con más incidencia.

Los sueños y las fantasías sexuales se tornan más frecuentes y explícitos en la adolescencia, muchas veces como elemento auxiliar de la masturbación. Parece ser que la fantasía, en el marco de la adolescencia, cumple varios cometidos: realza por lo general el placer de la actividad sexual; puede sustituir a una experiencia real (pero inasequible); origina excitación o provoca el orgasmo; constituye una especie de plataforma de ensayo mental sexuales (aumentando la tranquilidad y anticipándose a posibles problemas, igual que ocurre con el ensayo de cualquier otra actividad) y supone un medio de experimentación sexual sin riesgos, controlable y nada conmocionarte. La experiencia del adolescente, en cuanto a la exploración del alcance y aplicabilidad de las fantasías, repercute decididamente en su actividad sexual y en la propia seguridad a la hora de desempeñarse sexualmente en fases posteriores.

La masturbación es necesaria como conocimiento de nuestro propio cuerpo, algo realmente útil en la adolescencia. Con esta técnica tratamos que nuestro cuerpo responda a los estímulos erógenos que le enviamos, nos satisfacemos y a la vez nos conocemos. Este es el primer paso para una sexualidad positiva en la etapa adulta. Bajo una forma más compleja, la masturbación en el adolescente puede indicar una tensión psíquica al margen completamente de la sexualidad, representando para muchos una manera de consolarse frente a un entorno nocivo. Aquí la masturbación actúa de alivio corporal ante una tensión emotiva, en otras palabras, de relax.

La menstruación en la mujer y la primera eyaculación en el hombre son acontecimientos que indican que se ha alcanzado el desarrollo sexual, mas no la madurez completa. El desarrollo fisiológico de sus órganos sexuales, desde el punto de vista biológico ya se ha completado, pero cuando hablamos de madurez completa nos referimos a un desarrollo armónico e integral de su personalidad.

Velázquez (2008) refiere que la sexualidad forma parte del desarrollo normal del niño y el adolescente. Desde la primera infancia el niño experimenta sensaciones placenteras al tocarse, al ser acariciado y besado, y observa las expresiones de afecto y las actitudes sexuales de los adultos que le rodean, que en ocasiones trata de imitar. Durante el periodo prepuberal se establece la identidad sexual y el niño continúa recogiendo información sobre la sexualidad a partir de los amigos, los maestros y la familia. En esta etapa el niño puede desarrollar una actitud negativa hacia la sexualidad si descubre que los adultos evitan hablar de las partes de su cuerpo relacionadas con la sexualidad, las describen con eufemismos o rechazan cualquier tipo de conducta relacionada con el sexo, incluidas las que el niño puede manifestar espontáneamente, como la erección.

Al iniciarse la pubertad aumenta la preocupación por la sexualidad. En la primera etapa de la adolescencia es frecuente la masturbación y las fantasías sexuales, en ocasiones con compañeros del mismo sexo, motivando dudas sobre la orientación sexual, con ansiedad y sentimientos de culpa. La masturbación es más frecuente en los chicos que en las chicas. Generalmente está motivada por la curiosidad y el deseo de disfrutar un placer intenso. Más adelante puede ser vivida como una descarga de ansiedad o de tensiones.

En América Latina los adolescentes bajo la presión de la sociedad, ellos se sienten conocedores y experimentados en temas de sexualidad, por lo que sienten reprimidos en buscar información sobre la misma, para no sentirse ignorante ante sus compañeros

Generalmente las hembras inician la pubertad dos años antes que los varones, pueden empezar a salir con amigos, pretendientes y mantener relaciones sexuales a una edad más temprana, entre los 12 y 15 años de edad. Los varones suelen sufrir erecciones frecuentemente debido a diferentes estímulos, y por lo general inician su actividad sexual con mujeres mayores o con prostitutas, lo que ponen en riesgo la posibilidad de contraer enfermedades de trasmisión sexual, siendo el virus del papiloma humano (VPH) una de las enfermedades con más incidencia.

Mosby (2000) la define como “enfermedad vírica de la piel caracterizada por el crecimiento de verrugas o Condilomas indoloros, carnosos, blandos que tienen aspecto de coliflor” (p.253).

Según Espasa (2001) el virus del papiloma humano (VPH) “es una enfermedad vírica de la piel por el crecimiento de verrugas o condilomas indoloros, carnosos, blandos, húmedos y ásperos que tienen aspectos de coliflor, apareciendo solos o en racimos” (p.253).


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