Aspectos bioeticos de la seguridad alimentaria
Autor: Iraima M. Acuña G. | Publicado:  11/11/2010 | Etica, Bioetica. Etica medica. Etica en Enfermeria , Endocrinologia y Nutricion | |
Aspectos bioeticos de la seguridad alimentaria .2

La conexión entre Bioética Puente y Bioética Global (1988) es efectuada por Potter introduciendo las cuestiones medioambientales en el discurso inicial: la fusión de la ética médica y de la ética macroambiental en una escala a nivel mundial para preservar la supervivencia humana. Sin embargo, los dilemas ético-morales planteados en los años 90 y su prolongación en la actualidad, lo que obligaron a Potter a profundizar y extender su teoría general hacia la llamada Bioética Profunda, concepto que pide la reflexión sobre los temas de la supervivencia humana a largo plazo en los términos de la naturaleza de la existencia humana, extendiéndose más allá del conocimiento empírico. (3)

Así entendida, la Bioética Profunda sería un estadio superior de la Bioética Global, que permitiría agregar determinados temas al código de reflexión bioético. El origen de epidemias, enfermedades y sobrepoblación se encuentra íntimamente ligado a factores reales y fácilmente perceptibles, es decir, pobreza, exclusión social, marginalidad, desigualdad, etc. “En la actualidad, los eticistas médicos deberían ir más allá del monitoreo de los avances tecnológicos para los más privilegiados: debería colaborar con los eticistas sociales y demandar medidas sanitarias para los no privilegiados en el propio país y en el mundo en vías de desarrollo, donde la pobreza se combina con el sida, la malaria, el parasitismo y la tuberculosis”.(3)

La Bioética Global así entendida, lleva a lo que el propio Potter califica como “ética de preocupación”. La demanda por una salud humana a nivel mundial para todos los habitantes del globo, y no solo para los escogidos, con tasas de mortalidad infantil reducidas y reproducción humana controladas a su voluntad, forma parte de la Bioética Global. Es por ello que la Ética Social debe ser vinculada con todas las otras especialidades éticas para tratar su conflicto básico”. El reto fundamental para este nuevo siglo consiste en no redeclarar lo ya afirmado, sino en proteger y garantizar que la dignidad no muestre su cara más amarga: la de la propia indignidad de las acciones humanas, las cuales obligan al ser humano a humillarse y a aceptar su dignidad como residuo de sí mismo, fruto de la barbarie y de la falta de conciencia de la especie. (3)

La Bioética justa desde una perspectiva macro debe cumplir el criterio de cubrir las necesidades humanas entendidas como “bienestar material básico, seguridad frente a la violencia, autonomía e identidad”. Esta definición bien puede valer para una parte del mundo occidental, pero es inviable allí donde además de estas carencias hay otras que sí compartimos y nos afecta por igual a todos, la SALUD y no solo la salud física y mental del ser humano, sino también la salud política, natural y biotécnica del planeta. Este fue el desafío lanzado por Potter. (3)

La Salud desde la Bioética Profunda Potteriana:

1.- Salud física y mental:

Según el Fondo de Población de las Naciones Unidas (FNUAP), (4) en el año 1804, la población de la Tierra aumentó a un millardo de habitantes, cifra que se duplicó en 1927, se triplicó 33 años después, se cuadriplicó en 1974, se quintuplicó 14 años más tarde y llegó a 6 millardos de habitantes el 12 de Octubre de 1999. Este aumento demográfico acarrea la necesidad de aumentar la producción de alimentos, lo que además lleva consigo diversos problemas relacionados con el uso de prácticas agrícolas deficientes, excesiva erosión del suelo, uso continuo e intenso de fertilizantes, contaminación de fuentes de agua y exposición directa de los trabajadores agrícolas a productos químicos peligrosos.(5)

Para 1999 de acuerdo al programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), 13% de la población mundial no ingería suficientes calorías, concentrándose la mayoría de los afectados en países pobres de Asia, África y América Latina. (6) Por otra parte, 20% de los habitantes del planeta viven en países donde se concentra 81% del PIB mundial y consume 16 veces más alimentos y con más nutrientes que el resto de la población, que apenas consume el 14% del PIB mundial. (7,8) Asociado estrechamente con el problema de la pobreza extrema- que afecta a cerca de la mitad de la población mundial- se encuentra el problema del hambre: en el bienio 1969-1971 la FAO estimaba que el número de personas desnutridas o con inseguridad alimentaria crónica era, aproximadamente de 920 millones. La estimación en el bienio 1996-1998 era de 826 millones (792 en los países en desarrollo, 30 en los países en transición excomunistas y 8 en los países desarrollados). Es decir que en 27 años se observa una disminución de unos 100 millones de desnutridos, o lo que es lo mismo una media de unos 3,7 millones por año. (8,9) Sin embargo, a finales de la década de los años 90, más de 849 millones de personas estaban desnutridas; diariamente morían 40.000 niños por desnutrición y enfermedades prevenibles y cada año morían 5 millones de niños y otros tantos quedaban impedidos a causa de enfermedades que podrían evitarse con inmunizaciones. (10,11) Suponiendo un crecimiento neto de población semejante al actual, se necesitaría más de un siglo para erradicar totalmente el hambre. (9)

El abismo entre países ricos y países pobres lejos de reducirse se ha agrandado cada vez más. (12) En los países pobres las cuartas y quintas partes de sus ingresos se gastan en alimentos y existe uno de cada dos individuos con signos de grave desnutrición, el abastecimiento de agua no es seguro ni higiénico, la esperanza de vida continúa por debajo de los 50 años, el índice de alfabetización es 60% menos que los países industrializados y la mortalidad infantil, ocho veces mayor que en esos países, sobrepasa las 150 defunciones por cada mil nacidos vivos. (8)

La alimentación, junto con otros factores sociales y culturales determina en gran parte las diferencias físicas y la capacidad intelectual de las personas. (13,14) La ingestión alimentaria inadecuada y las enfermedades infecciosas tienen tres causas subyacentes: el acceso insuficiente a los alimentos en los hogares, la escasez de servicios sanitarios y un medio ambiente insalubre y una atención inadecuada de mujeres y niños. (2) Las enfermedades suelen ser consecuencia de la desnutrición y ésta es, con frecuencia, resultado de las enfermedades. (3)

Los niños desnutridos, a diferencia de los que reciben buena alimentación, no sólo padecen incapacidades de por vida y el debilitamiento de sus sistemas inmunológicos, sino que no tienen la misma capacidad de aprendizaje que los niños que disfrutan de una nutrición adecuada. En los niños de corta edad, la desnutrición disminuye la motivación y la curiosidad, y reduce el nivel de juego y de actividades de exploración e investigación. Estos efectos, por su parte, limitan el desarrollo mental y cognoscitivo al disminuir las relaciones de los niños con el medio que los rodea y con las personas que los cuidan.(2)

En el caso de las mujeres embarazadas, la desnutrición y especialmente la carencia de yodo, puede producir en los hijos diversos grados de retraso mental En la primera infancia, la anemia por carencia de hierro puede retardar el desarrollo psicomotor y afectar el desarrollo cognoscitivo mediante la reducción del cociente intelectual en unos 9 puntos. Se ha descubierto además que los niños de edad preescolar que sufren anemia tienen dificultades para mantener la atención y para distinguir entre diversos estímulos visuales. También se ha establecido que existen relaciones entre la carencia de hierro y el desempeño escolar deficiente de los niños escolares y adolescentes. (2)

Los bebés con bajo peso al nacer tienen, como promedio, cocientes intelectuales 5 puntos menores que los niños sanos; los niños que no son amamantados, conscientes menores en unos 8 puntos de los que sí lo son. La privación de inteligencia humana en tal escala y por razones susceptibles de prevención, representa un despilfarro de proporciones casi criminales. Privados de su potencial intelectual y físico, los niños desnutridos que superan la infancia enfrentan un futuro de carencias: serán adultos con limitadas capacidades físicas e intelectuales, con niveles reducidos de productividad y tasas elevadas de enfermedades crónicas y discapacidades y en su mayoría vivirán en sociedades que no contarán con los recursos económicos necesarios ni siquiera para brindar los más elementales servicios terapéuticos y de rehabilitación (2). Es por ello que los efectos de la desnutrición pueden ser desastrosos para los países afectados por ella, que dependerán en el futuro de una generación de relevo con deficiencias cerebrales ocasionadas por la desnutrición. La desnutrición, por tanto, es una prioridad ética y la vida en riesgo es una situación de injusticia. (14)

2.- Salud Política:

Muchos gobiernos únicamente aceptan que la obligación de asistencia alimentaría directa sólo debe considerarse en situaciones de urgencia, de catástrofes naturales o de guerras. Esta última es también la opinión defendida por la FAO que habla de derecho a los alimentos, no a los alimentos gratuitos, matizando que cuando un país no pueda hacer frente a una situación de necesidad con sus propios recursos deberá solicitar ayuda internacional.


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