Conducta del adulto mayor hacia las actividades basicas e instrumentales de la vida diaria y su estilo de vida saludable
Autor: Lic. Omaira Ramírez | Publicado:  25/11/2010 | Geriatria y Gerontologia | |
Conducta adulto mayoractividades basicas e instrumentales vida diaria y estilo vida saludable .3

Aun cuando no corresponden al estudio las Actividades Avanzadas de la Vida Diaria (AAVD), señala el mismo autor que éstas son marcadores de actos más complejos, como por ejemplo, tareas en el tiempo libre, contactos sociales, ejercicio, etc; en el mismo se incluyen la variable estilo de vida saludable del adulto mayor y los hábitos sociales como indicador de la misma.

Por consiguiente, a medida que se envejece, también se modifican las necesidades de nutrición al igual que las funciones de ingestión/ excreción. En tal sentido, es necesario recomendarle al anciano que practique hábitos higiénicos óptimos, aun cuando el baño diario no es necesario para su bienestar, pero si, para promover el mantenimiento de su salud física y para su convivencia social. De la misma forma la realización de las actividades instrumentales de la vida diaria (AIVD) que en el presente estudio están referidas a las respuestas manifestadas por el adulto mayor en relación a su capacidad para ejecutar las actividades instrumentales inherentes a la movilización en su entorno, definido operacionalmente como el conjunto de elementos constitutivos del medio ambiente que entran en interacción con el adulto mayor y su participación con las actividades del hogar.

A tal respecto, la probabilidad de que una persona sea razonablemente saludable y acepte los cambios inherentes al envejecimiento, teniendo en cuenta el aumento cada vez más creciente de esta población en nuestro país, dependen del estilo de vida que haya mantenido el adulto mayor.

De igual manera, pasando por los conceptos de salud, comenta lo expresado por la misma organización internacional en 1950, al referir que la salud es “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no simplemente la ausencia de enfermedad (14), y en este sentido, se ha pasado a considerar la salud como un recurso para vivir, también se relaciona como la capacidad de adaptación del sujeto, el medio con lo que la salud se entiende como una relación entre el sujeto y su entorno.

Para fundamentar adecuadamente las políticas de promoción y educación en temas de salud del adulto mayor, es necesario conceptualizar el estilo de vida, el cual resulta de la interacción de la personalidad con el ambiente en que se vive, incluyendo los aspectos físicos, biológicos, económicos, sociales, tecnológicos y culturales en general. Al respecto, el estilo de vida está formado por el agregado de decisiones que toman los individuos sobre los que tienen cierto control y que afectan su salud (15), además, el estilo de vida puede ser considerado también como el conjunto de hábitos que tiene una persona para llevar a cabo las actividades cotidianas de la vida, constituido por tres niveles, es decir, el material, el social y el ideológico. En relación al aspecto material se incluye la vivienda, la ropa, la alimentación y el desarrollo tecnológico; como ejemplo de lo social, refiere a la organización social, la estructura y dinámica de la familia, el ambiente político y la vida en la ciudad o campo, y finalmente, el componente ideológico en el que se contemplan los conceptos que el individuo tiene sobre la salud, la enfermedad, la curación y la muerte.

En el campo de la salud, la OPS/OMS refieren que el estilo de vida representa el conjunto de decisiones que toma el individuo con respecto a su salud y sobre las cuales ejerce cierto grado de control (16). Por tal motivo, desde el punto de vista de la salud, las malas decisiones y los hábitos personales perjudiciales conllevan riesgos que se originan en el propio individuo, cuando esos riesgos tienen como consecuencia la enfermedad o la muerte, se puede afirmar que el estilo de vida contribuyó a ellas.

A este respecto, la mayoría de las personas de 60 años y mas están en buenas condiciones físicas, y su salud es buena, pero al envejecer pierden la capacidad de recuperarse de las enfermedades en forma rápida o completa, y se vuelven más propensas a debilitarse y a necesitar ayuda para su cuidado personal. (1)

En este sentido, por cuanto la vejez no es una enfermedad, sino una etapa evolutiva de la vida, la vejez resulta de la interacción de factores genéticos influencia del medio ambiente y estilo de vida de una persona, es la suma de todos los cambios que normalmente ocurren con el paso del tiempo. (17) Señala además que:

De allí que, es importante iniciar una intensa campaña de divulgación sobre el proceso de envejecimiento, así como las posibles medidas que deben tomarse para favorecer el proceso de adaptación y la disminución de discapacidades y el desarrollo de una conciencia social responsable en el núcleo familiar, siendo que la familia mantiene la disposición de cumplir con lo que consideran un deber.

Cabe destacar además, los estudios realizados en diferentes grupos de las Américas al referir que los vecinos y los amigos forman parte de las redes de apoyo en los adultos mayores de 60 años (18).

Estos planteamientos producen gran satisfacción en el adulto mayor, por cuanto implica brindar compañía, compartir confidencias y proveer servicios de ayuda en actividades cotidianas, al mismo tiempo que le ayudan a mantener una autoestima positiva y en ocasiones le proveen un sentimiento de continuidad existencial.

Sobre este particular, a medida que la persona envejece, sus expectativas de salud parecen disminuir, independientemente de la condición de estar o no sano.

Por cuanto el aumento de la población de adultos mayores en este siglo es significativo, la mayor preocupación de la OMS/OPS se centra en una mayor calidad de vida para este grupo poblacional, con lo cual, se vislumbra la promoción de la salud y la participación activa, consciente y decidida del propio individuo en sus cuidados. (1996)

De tal manera que para promocionar la salud, es indispensable comprender la situación social, económica y de salud de la personas de edad avanzada, por lo que hablar de salud, engloba todo lo relacionado con la parte física, sicológica, social y económica del anciano, ya que de este contexto va a depender la salud del mismo.

En el mismo orden de ideas, se estudian los hábitos personales de salud del adulto mayor, definidos en este estudio como las costumbres que posee el adulto mayor para relacionarse con su entorno comunitario y adoptar medidas de promoción de la salud, las cuales son prioritarias para las personas de edad, puesto que el impacto que se busca es el mejoramiento de su calidad de vida para prolongar los años productivos y garantizar su participación en el proceso de desarrollo integral de la población.

En este sentido, la promoción de la salud se define como las actividades que tienden al desarrollo de recursos para conservar o mejorar el bienestar del individuo. Todo esto conlleva a referir que en la 1era Conferencia Internacional sobre Promoción de la Salud celebrada en Canadá 1986, la Carta de Ottawa establece que para alcanzar un estado adecuado de bienestar físico, mental y social, un individuo o grupo debe ser capaz de identificar y realizar sus aspiraciones de satisfacer sus capacidades y de cambiar y adaptarse al medio ambiente. La estrategia de promoción de la salud lleva a enfermería a proporcionar educación a los usuarios y al personal de salud respecto al auto cuidado y cuidado del medio ambiente como también el uso adecuado y oportuno de los servicio.

La educación para el autocuidado, otorgada por cualquier profesional de la salud, es un servicio de la comunidad, y al igual que otros servicios que se otorgan, este debe estar de acuerdo con las necesidades de las personas, debe permitirle al individuo definir su situación de salud, identificar los problemas a medida que estos surgen, encontrar soluciones ya sea cuidando de si mismo, teniendo atención adecuada o realizando acciones sociales dirigidas hacia el problema especifico, dado que la promoción de la salud del adulto mayor no solo se centra en la búsqueda de los problemas, también se debe educar sobre los cambios que sufre el organismo y sus consecuencias.

Por cuanto la mayoría de las personas mayores tienen la capacidad física y mental necesaria para realizar actividades de autocuidado a si mismas o a otras personas. Al respecto, en esta investigación se utilizó como marco conceptual la Teoría de la Enfermería para el Auto cuidado de Dorotea Orem, que en su aplicación al estilo de vida del adulto mayor, lo esencial de enfermería es asistir al usuario en sus conductas de auto cuidado, las cuales se consideran conductas apropiadas que implican auto responsabilidad. Las conductas de auto cuidado favorables se conciben como demandas terapéuticas, es decir como acciones que la persona requiere realizar para recobrar, mantener y promover su salud. Las enfermeras trabajan con sus clientes para enfatizar conductas de auto cuidado y así mejorar su salud y/o sus capacidades o habilidades funcionales (3).


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