Deteccion de hemoglobina S poblacion neoespartana autoctona mediante HPLC - aporte africano .3
Respecto a la población africana traída al nuevo mundo, principal fuente de variantes hemoglobínicas, se sabe que fueron muchas las etnias africanas que llegaron a Margarita, para ayudar o sustituir a los indios en el buceo de las pesca de perlas. Después de ser abandonada Cubagua, los negros fueron trasladados a Macanao donde se establecieron nuevas rancherías de la pesca de perlas. En 1603, los negros de las rancherías de Macanao se alzaron, eligieron a una hechicera como su reina y huyeron hacia costa Firme donde fueron perseguidos y exterminados. Antes y después de acabarse la explotación pesquera en Margarita, muchos negros fueron llevados a las plantaciones de los valles insulares, muy particularmente al de la Asunción. (Gómez, 2004; p. 19). Posteriormente en 1885, a raíz de un alzamiento en la isla de Margarita, ésta fue invadida por tropas de tierra firme, en la que dominaban los reclutas “negros” (Cunill Grau, 1987; p. 3: 1774).
Para estimar la proporción del aporte africano presente en la población neoespartana autóctona actual, se empleó, como se detalló anteriormente, la frecuencia de HbS encontrada en esta investigación, en el método de identidad génica de Chakraborty (1985). El aporte africano así calculado resultó ser de 14%.
El aporte étnico de la población de Nueva Esparta, ha sido estimado por otros autores mediante distintos sistema genéticos. Layrisse en su trabajo de 1958 en la población Francisco Fajardo, estimó un aporte amerindio de 40% en base al factor Diego Dia, un aporte europeo de 45% en base al cromosoma r (cde) del sistema Rh y el gen A del sistema ABO y un aporte africano de 12%, empleando para esta estimación el cromosoma Ro cDe del sistema Rh. Este último valor es ligeramente inferior al encontrado en esta investigación.
Por su parte, Rodríguez –Larralde y col. (2001), en un estudio de grupos sanguíneos ABO y Rh, reportan un componente africano, para la “población general” venezolana de 12,6%. Y aportes africano 24,7/%; español 42,3% y amerindio de 33,0% para la región oriental (estados Anzoátegui, Bolívar, Monagas, Sucre y Nueva Esparta). Sin embargo no discriminan entre un Estado y otro. El valor encontrado en la presente investigación se asemeja al correspondiente a la población general venezolana y es marcadamente inferior al reportado para los estados orientales. Esto es atribuible a una mayor presencia de esclavos africanos y en consecuencia de aporte africano, en los otros estados orientales mencionados, en comparación con Nueva Esparta (Humbolt, 1814).
Adicionalmente, Vívenes de Lugo y col. (2004) estudian en una muestra de 75 individuos procedentes de la región oriental venezolana, específicamente de los Estados Sucre y Nueva Esparta, 3 marcadores STR y los grupos sanguíneos ABO y Rh. En base a sus resultados estiman las siguientes proporciones étnicas: 17% amerindio, 65% europeo y 18% africano. Este valor del aporte africano es superior al encontrado en este estudio y al reportado por Layrisse (1958). Esto puede ser atribuido a que estudian una muestra que incluye población del Estado Sucre, que tuvo, en la época colonial, mayor presencia de población negra esclava (Humbolt, 1814; Curnill Grau, 1987, 1:56).
A modo de referencia adicional, se calcularon las proporciones de los aportes étnicos presentes en la población colonial de la Isla de Margarita, principal del Estado Nueva Esparta en la época colonial, en base al Censo del año 1757 ordenado por el gobernador de la época, Alonso del Río y Castro (Gómez, 2004). En dicho censo se registran los pobladores señalando su etnicidad. Se consideró para el cálculo a la población adulta puesto que la información de jóvenes y niños no está completa (no se reportan los hijos de esclavos). Los cálculos que se obtienen deben ser considerados sólo como una aproximación ya que fue necesario asumir una serie de consideraciones dada la falta de claridad de los datos. Por ejemplo, según el registro aproximadamente el 62% de los cabezas de familia eran casados, se consideró que su cónyuge era de su misma clase étnica, lo cual podría no ser necesariamente cierto en todos los casos. En las clases producto del mestizaje, se consideró mitad de aporte para cada uno de las dos clases contribuyentes; ejemplo: mulatos (50% negros, 50% blancos), mestizos (50% indios, 50% blancos). Así, calculando el aporte étnico para la población adulta de Margarita de 1757, resulta un 38,4% europeo, 44,7% amerindio y 16,9% africano.
Esta estimación de aporte africano de 16,9%, es superior a la encontrada en el presente estudio (14%) y en el de Layrisse (12%) (1958). Las diferencias encontradas pueden explicarse por el hecho de que en la segunda mitad del siglo 19, hubo una significativa inmigración europea a la isla (Cunill Grau, 1987; 3:1830). Estos nuevos inmigrantes incorporaron sus genes a la población produciendo una “dilución” relativa de los genes amerindios y negros. De hecho el aporte amerindio, mayoritario en el censo de 1757, es superado por el europeo (45%), en la población contemporánea (Layrisse, 1958).
Conclusiones:
La frecuencia de heterocigotos AS presente en la población neoespartana autóctona actual es de 2,0% y la del alelo HbS de 1,0%.
El aporte africano estimado para la población neoespartana autóctona actual, en base a la frecuencia de hemoglobina S (HbS), es de 14%.
Agradecimientos:
Agradecemos a las autoridades del Hospital Luis Ortega de Porlamar por el uso de equipos de laboratorio de esa institución, en el desarrollo de esta investigación.
Agradecemos también a todo el personal del Departamento de Hematología y Banco de Sangre del Hospital Luis Ortega de Porlamar, por su invaluable colaboración en la toma de las muestras empleadas en este estudio.
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