Integracion regional, cooperacion internacional y politicas de salud en Venezuela (1999-2009)
Autor: Gustavo Alcántara Moreno | Publicado:  14/01/2011 | Medicina Preventiva y Salud Publica , Gestion Sanitaria | |
Integracion regional, cooperacion internacional y politicas de salud en Venezuela (1999-2009) .3

• La Misión Barrio Adentro (MBA)
• Programa Nacional de Salud Sexual y Reproductiva
• Plan Nacional para la Prevención y Control de la Mortalidad Materno Infantil
• Promoción de Atención en Salud Sexual y Reproductiva
• Proyecto de Desarrollo de Autonomía en Salud Sexual y Reproductiva
• Capacitación Nacional en Salud Sexual y Reproductiva

Dichas políticas orientan sus acciones hacia el logro de objetivos tales como: mejorar la cobertura y calidad de la consulta prenatal; mejorar la calidad de la atención al parto; implantar la atención integral en los ambulatorios; aumentar la capacidad resolutiva en los ambulatorios; fortalecer los servicios de planificación familiar; aplicar normas de buenas prácticas y supervisión en los servicios.

Adicionalmente, el Proyecto Vida, enmarcado en la Misión Barrio Adentro (MBA), se plantea concentrarse en la vigilancia y reducción de la mortalidad materna en los Comités de Salud fortalecidos a través de la capacitación comunitaria y la capacitación en derechos sexuales y reproductivos (República Bolivariana de Venezuela-Gabinete Social, 2004).

De cualquier modo, “la mortalidad materna permanece como un problema de salud evitable. En las Américas, la razón de mortalidad materna es de 63,7 por 100.000 nacidos vivos” (Roses, 2010). En tal sentido, en Venezuela según el informe Cumpliendo las Metas del Mileno 2010, el Instituto Nacional de Estadística destaca que la promesa de reducir en tres cuartas partes la mortalidad materna no ha sido posible por los momentos y, de hecho, está en niveles elevados. En 1990 la tasa se situaba en 58,9% y en 2007 (último dato disponible) apenas había bajado a 56,8%.

En lo que respecta a las políticas para combatir el VIH-SIDA, destacan como esfuerzos relevantes (República Bolivariana de Venezuela-Gabinete Social, 2004):

• El programa de Prevención de la Transmisión madre–hijo
• Garantía de acceso a la terapia anti-retroviral gratuita y universal desde 1998, seguimiento clínico y acceso a pruebas de seguimiento inmunológico, virológico y resistencia
• Programa de profilaxis post exposición ocupacional, así como para las exposiciones no ocupacionales, tales como: violaciones y riesgos de infección en parejas serodiscordantes.
• Proyecto con ONG para la prevención y atención del VIH/SIDA en grupos vulnerables. La inversión total para los años 2007, 2008 y 2009 fue de BsF 9 millones (US$ 4.186.046).
• Distribución gratuita de condones masculinos y femeninos.

Así mismo, es de destacar el Informe Anual 2009, Fortaleciendo la Respuesta Nacional y Conjunta al VIH y sida, en el que se da a conocer entorno, gestión, avances y desafíos de la cooperación técnica que brinda el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) en la República Bolivariana de Venezuela.

En lo relativo a haber detenido y comenzado a reducir la incidencia del dengue para 2015, las actividades de control y prevención del dengue están coordinadas en la Comisión Nacional de Lucha contra el Dengue, proponiendo entre sus principales objetivos el de mantener la tasa de incidencia nacional por debajo de 50,0 casos por 100.000 habitantes un período de cinco años.

Sin embargo, la cantidad de casos de dengue ha aumentado dramáticamente. En 1990 se registraron 10.962 casos, mientras que al cierre del año 2009 se contaron por 65.869 los casos de esta enfermedad (República Bolivariana de Venezuela, 2010). Actualmente, la epidemia de dengue parece descontrolada. En 2010, y hasta el 5 de junio, se han reportado 41.573 casos de dengue en Venezuela, más del doble que en 2009 (Chiappe, 2010).

Según Díaz Polanco (2010), los resultados negativos en materia de salud se deben a que “Las misiones gubernamentales no son políticas de Estado, son operativos improvisados y dirigidos a los más pobres como dádivas del Gobierno central. Una política social debe estar dirigida a todos los ciudadanos y ser interpretada como un derecho”.

De hecho, MBA fue concebido en un clima previo al referéndum revocatorio de agosto de 2004, situación que conllevó una deformación en la aplicación de tan fundamental programa. Hay que advertir que es lógico que cualquier Gobierno legitime su gestión mediante políticas sociales, eso es lo que espera el pueblo de él. Entonces, “MBA es una política social con un trasfondo clientelar, pues no se trata de una verdadera política de Estado, con visión a largo plazo, sino que a lo sumo es una política de desgobierno (en virtud de su clara manipulación a los desposeídos)” (Alcántara Moreno, 2006).

3.1. Legislación global en materia de salud.

La OMS y la OPS están llamadas a asumir un rol de importancia en la definición de pautas tanto hacia lo normativo como en cuanto a la definición de políticas para la supranacionalidad. Se vive ante un nuevo paradigma del proceso salud-enfermedad, al cual se puede denominar como global. Se hace indispensable entonces la adaptabilidad institucional e incluso filosófica de todos los actores de salud con competencia y trascendencia global.

La OMS y la OPS son organismos internacionales y no supranacionales. Esto lleva a que muchas de sus decisiones no sean automáticamente obligatorias para los países miembros que conservan autonomía a este respecto, teniendo que ratificar las decisiones, tratados, convenios, acuerdos o reglamentos para que pasen a formar parte del derecho positivo. Sin embargo su legitimidad y su capacidad para lograr consensos las convierte en actores de peso en la nueva dinámica.

Con la incesante expansión de la interdependencia y la integración multilaterales, muchas cuestiones normativas antes consideradas asuntos públicos estrictamente nacionales han trascendido ya las fronteras de los países, debido a la imposibilidad de abordarlos exclusivamente mediante acciones internas.

La globalización ha propiciado que el complicado proceso de formulación y promulgación de ciertas y determinadas leyes nacionales, que son el resultado de diversos conflictos, contradicciones y luchas sociales, se haya tornado mucho más dificultoso. Es por ello que se afirma que estamos experimentando “la nacionalización de las leyes internacionales para resolver algunas de las consecuencias de la globalización” (Slaughter, 1997, p. 191-192, citado en Kirby, 1999, p. 51).

Recientemente se ha dado la tendencia hacia el impulso de la legislación sanitaria internacional, la cual se relaciona y está imbricada con múltiples aspectos cada vez más complejos tales como: la reproducción humana y la clonación humana, el trasplante de órganos humanos, las enfermedades infecciosas emergentes, el comercio internacional de alimentos, el control de la seguridad de los productos farmacéuticos, y la fiscalización de sustancias adictivas tales como los estupefacientes. Como resultado de la globalización, se admite también que la legislación sanitaria internacional está inextricablemente ligada a otros sectores relacionados con el derecho ambiental internacional y el control de los contaminantes tóxicos, la legislación laboral internacional y la salud y la seguridad ocupacionales, el control de los armamentos y la prohibición de las armas de destrucción masiva, la seguridad nuclear y la protección radiológica, y la fecundidad y el crecimiento demográfico (Taylor y Bettcher, 2001, pp. 28-29).

Entre este tipo de leyes internacionales destaca el Convenio Marco de la Organización Mundial de la Salud para el control del Tabaco (COMSCT), que fue sido firmado por 161 países, siendo Venezuela el país número 57 que lo ratificó en 2005, convirtiéndose en Ley Aprobatoria del Convenio Marco de la Organización Mundial de la Salud para el Control del Tabaco. El Convenio Marco de la Organización Mundial de la Salud para el control del Tabaco (COMSCT) representa un verdadero modelo en el desarrollo de estrategias de regulación con respecto a las sustancias adictivas, siendo el primer tratado mundial de salud pública. Fue creado como respuesta a la globalización de la epidemia del tabaquismo, acrecentada por una serie de factores de alcance global tales como la liberalización del comercio, el mercadeo global, los anuncios publicitarios transnacionales, la promoción y el patrocinio de diversos espectáculos (como la fórmula 1) y el contrabando internacional de cigarrillos (Centro de prensa OMS, 2005).

El Convenio Marco de la Organización Mundial de la Salud para el control del Tabaco (COMSCT) representa para Venezuela una valiosa herramienta que permite continuar el desarrollo del marco jurídico legal existente para lograr una regulación y control sistemático, incidiendo en cada una de las áreas afectadas por el tabaquismo, además de sentar las bases para iniciar un proceso continuo de cooperación internacional que permita proporcionar soluciones ante la problemática del consumo de tabaco y sus productos derivados.

Por otra parte, en el año 2005, fue aprobado el Reglamento Sanitario Internacional, el cual fue ratificado por Venezuela, procediendo a designar el Centro Nacional de Enlace del Reglamento Sanitario Internacional (RSI) con la oficina regional, ubicada en la OPS. La finalidad y alcance del Reglamento Sanitario Internacional (RSI) es “prevenir la propagación internacional de enfermedades, proteger contra esa propagación, controlarla y darle una respuesta de salud pública proporcionada y restringida a los riesgos para la salud pública y evitando al mismo tiempo las interferencias innecesarias con el tráfico y el comercio internacionales” (OMS, 2005).


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