Pautas terapeuticas para el sindrome premenstrual
Autor: Myriam Martín Castillo | Publicado:  19/05/2011 | Ginecologia y Obstetricia , Articulos | |
Pautas terapeuticas para el sindrome premenstrual .1

Pautas terapéuticas para el síndrome premenstrual.

Myriam Martín Castillo. Enfermera especialista en Obstetricia y Ginecología (Matrona). Colaboradora docente de la Universidad San Jorge de Zaragoza.
Enrique Ramón Arbués. Enfermero especialista en Obstetricia y Ginecología (Matrona). Profesor titular de la Universidad San Jorge de Zaragoza.

RESUMEN

El Síndrome Premenstrual (SPM) incluye un conjunto de alteraciones físicas y/o emocionales, de aparición única en la fase lútea de los ciclos ovulatorios, de intensidad o gravedad variable pero en muchas ocasiones suficiente para alterar la actividad diaria y el estilo de vida de la mujer. Su etiología aún no es conocida por completo, pero parece clara su relación con diferentes factores psicosociales y biológicos.

El Síndrome Premenstrual (SPM) afecta a un 30-40% de las mujeres en edad reproductiva, apuntando una mayor incidencia entre la tercera-cuarta década de la vida. El Trastorno Disfórico Premenstrual (TDP) es un cuadro relacionado con el Síndrome Premenstrual (SPM), que se caracteriza clínicamente por severas alteraciones del estado de ánimo, depresión, irritabilidad, angustia y marcada labilidad emocional. El Trastorno Disfórico Premenstrual (TDP) afecta entre un 8% y un 10% de las mujeres, y supone una alteración notoria e invalidante en su vida social, laboral y familiar.

Su abordaje terapéutico dependerá de la severidad de los síntomas. Las medidas higiénico dietéticas, psicoterapia y suplementos vitamínicos suelen ser eficaces en la mejora del cuadro, si bien podemos recurrir en caso de no serlo, al tratamiento farmacológico con antidepresivos, ansiolíticos o anticoncepción hormonal oral (AHO) entre otros.

La presente revisión pretende proporcionar conocimientos actualizados sobre la terapéutica del Síndrome Premenstrual (SPM) al profesional de la salud sexual y reproductiva de la mujer.

PALABRAS CLAVE: Síndrome premenstrual, Trastorno Disfórico Premenstrual, Epidemiología, Terapia.

ABSTRACT

Premenstrual Syndrome (PMS) includes a set of physical alterations and / or emotional, only appearance in the luteal phase of ovulatory cycles, intensity or severity variable but often enough to disrupt daily activities and lifestyle women. Its etiology is not yet fully known, but it seems clear his relationship with various psychosocial and biological factors.

PMS affects 30-40% of women of reproductive age, pointing to a higher incidence between the third to fourth decade of life. Prementrual Dysphoric Disorder (PMDD) is a picture related to the SPM that is clinically characterized by severe mood disorders, depression, irritability, anxiety and marked emotional lability. The TDP affects between 8% and 10% of women, and is a notorious and disabling disorder in social life, work and family. His therapeutic approach depends on the severity of symptoms. The lifestyle diet, psychotherapy and vitamin supplements are usually effective in improving the picture, while we turn if not, the pharmacological treatment with antidepressants, anxiolytics or oral hormonal contraception (AHO) among others.

This review aims to provide updated knowledge about the treatment of PMS to professional sexual and reproductive health of women.

DESCRIPTORS: Premenstrual Syndrome, Premenstrual dysphoric disorder, Epidemiology, Therapy.

INTRODUCCIÓN

Se entiende por Síndrome Premenstrual (SPM) al conjunto de síntomas y signos físicos, psicoemocionales y cognitivo conductuales que alteran la actividad cotidiana y las relaciones interpersonales de la mujer, los cuales aparecen o se exacerban cíclicamente en la fase lútea del ciclo menstrual, presentando alivio o desaparición durante o tras la menstruación (1).

Los síntomas característicos del Síndrome Premenstrual (SPM) pueden ser leves y simplemente molestos, o lo suficientemente graves como para interferir en la calidad de vida de la mujer y en el desempeño de sus funciones social, familiar y laboral. Así pues, la diferencia básica entre el Síndrome Premenstrual (SPM) propiamente dicho y los síntomas premenstruales aislados experimentados por la mayoría de las mujeres radica en la vivencia subjetiva de deterioro en la calidad de vida por parte de las primeras respecto a las segundas (2,3).

Se estima que el 80% de las mujeres con ovulación, experimentan entre tres y cuatro síntomas físico-psíquicos leves durante un periodo breve de tiempo sin gran repercusión sobre su vida diaria; estos síntomas frecuentes y no problemáticos típicos de fase lútea tardía se denominan molimina, que engloba la irritabilidad, inestabilidad anímica, sensibilidad mamaria, apatía, algias inespecíficas, trastornos del sueño, cefalea, fatiga e hinchazón (4).

De forma general, el Síndrome Premenstrual (SPM) es una entidad frecuente y de difusión mundial, si bien su prevalencia exacta, dadas las características subjetivas del proceso, es difícil de establecer. Las cifras de prevalencia recogidas en la literatura actual, muestran valores en torno al 30-40% de las mujeres en edad reproductiva.

El subgrupo de trastornos premenstruales donde predomina la sintomatología afectiva y se presenta con suficiente gravedad como para interferir en el desempeño de las funciones social, familiar y laboral queda definido en el DSM-IV como Trastorno Disfórico Premenstrual o de fase lútea tardía (TDP) y afecta a un 8-10% de las mujeres (4,5).

Pocos datos y contradictorios existen respecto al papel de la edad, si bien en la práctica clínica la mayor parte de las mujeres que demandan atención médica se encuentran entre la tercera y cuarta década de la vida (5).

El Síndrome Premenstrual (SPM) puede ser considerado como un serio problema de salud pública que determina una significativa reducción de la calidad de vida, un aumento de la tasa de absentismo laboral y una reducción de la productividad con el consiguiente impacto económico asociado. En el ámbito sanitario, el Síndrome Premenstrual (SPM) induce aumento de la utilización de recursos, y en el sociofamiliar una disminución de la interacción social y de la comunicación familiar (6,7).

Por todo lo anteriormente expuesto, es importante que los profesionales de la salud tomen un rol activo en las estrategias de tratamiento de este proceso (4,7,8,9).

METODOLOGÍA

Se realizó una búsqueda en diferentes bases de datos como Pubmed, Cochrane, Science Direct, Scirus,... También se exploraron los posicionamientos y documentos de consenso de la SEGO (Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia) y la National Guidelines of the Clearing House para la localización de Revisiones Sistemáticas y Guías de Práctica Clínica.

En la búsqueda se utilizaron descriptores como: “trastornos de la menstruación”, “menstruación”, “síndrome premenstrual”, “tensión premenstrual” y “trastorno disfórico premenstrual”, entre otros.

Se incluyeron en esta revisión todos los artículos encontrados sobre el tema que contaban con características metodológicos adecuadas, se enfatizó en las guías de práctica clínica, revisiones bibliográficas y ensayos clínicos aleatorizados más actuales. El cribado cualitativo de los estudios localizados se realizó mediante las herramientas de lectura crítica CASPe
RESULTADOS

Los síntomas clave involucrados en el diagnóstico de Síndrome Premenstrual (SPM) son (4,6)
• Síntomas concordantes con el síndrome premenstrual. Ver Tabla 1.
• Aparición de los mismos durante la fase lútea (últimas dos semanas del ciclo).
• Alivio de la sintomatología durante la fase folicular del ciclo.
• Interferencia con las actividades de la vida diaria y el estilo de vida de la mujer.

Tabla 1. Síntomas habituales en el Síndrome premenstrual.

SÍNTOMAS SOMÁTICOS

Dolor: cefalea, mastodinia, artralgias…
Síntomas neurovegetativos: insomnio, hipersomnia, anorexia, fatiga, letargia, alteraciones de la libido…
Alteración sistema nervioso autónomo (SNA): nauseas, meteorismo, diarreas, palpitaciones…
Alteración sistema nervioso central (SNC): mareos, vértigos, parestesias, temblores…
Trastornos hidroelectrolíticos: distensión abdominal, oliguria, edemas, aumento de peso…
Trastornos dermatológicos: acné, hirsutismo, cabello graso…

SÍNTOMAS PSICOLÓGICOS

Cognitivo-conductuales:

Trastornos del sueño
Cambios en el apetito
Disminución de la concentración
Anhedonia
Retraimiento social


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