La consideracion de los Derechos Humanos en los tratamientos a pacientes psiquiatricos
Autor: Marina Baena Domingo | Publicado:  28/10/2011 | Etica, Bioetica. Etica medica. Etica en Enfermeria , Medicina Forense y Legal , Otras Especialidades , Psiquiatria , Articulos | |
La consideracion de los Derechos Humanos en los tratamientos a pacientes psiquiatricos .3

- A un recurso eficaz ante un tribunal y mediante un procedimiento simple y expedito fijado por la ley para reclamar toda acción u omisión que desconozca o lesione sus derechos.

Pero a pesar de toda esta retahíla de buenas intenciones, el hecho es que a lo largo del tiempo, los Derechos Humanos de los pacientes mentales han sido vulnerados más frecuentemente que los de los demás enfermos, tanto en el mal uso de los diagnósticos, como en la utilización de tratamientos involuntarios, como en las violaciones de la confidencialidad y en los abusos físicos y sexuales (J. Guimón, 2003). (12)

Este trabajo pretende, como Objetivo General, mostrar la relación existente entre los Derechos Humanos y el Tratamiento Psiquiátrico, basándose en el análisis de los distintos textos publicados a lo largo del tiempo sobre la materia en cuestión.

Objetivos Específicos: Para ello, será necesario realizar una búsqueda exhaustiva previa sobre los textos disponibles en relación a esta materia que nos disponemos a tratar, con el propósito de obtener una información lo más verídica posible sobre el estado actual en el que se encuentran estas personas, en relación al tratamiento que reciben en los centros psiquiátricos y en la sociedad actual. Finalmente, realizaré una valoración crítica sobre los documentos de interés.


1. DERECHOS HUMANOS Y TRATAMIENTOS PSIQUIÁTRICOS:

A partir de los años sesenta, se hizo algún progreso en la desinstitucionalización y en la prevención de las violaciones de los Derechos Humanos de los pacientes psiquiátricos. Sin embargo, parece que la discriminación contra los enfermos mentales, que ha sido una constante en todas las Sociedades, ha aumentado en estos últimos años (Documento publicado en marzo de 2004), incluso aunque el tratamiento actual sea más eficaz y las leyes ofrezcan una protección más adecuada para estos pacientes. (12)

Como dirían (Thornicroft & Goldberg, 1998): “En una sociedad como la nuestra, que cada vez acepta menos el riesgo, estamos entrando en una época en la que puede ser culturalmente más fácil excluir que incluir a las personas que portan un estigma asociado con algún tipo de riesgo” (13)

Palabras clave: Discriminación, Estigma, Derechos Humanos, Pacientes Psiquiátricos, Tratamiento Psiquiátrico, Enfermo mental.

Key words: Discrimination, Stigma, Human Rights, Psychiatric Patients, Psychiatric Treatment, Mental patient.

Entre las distintas conclusiones obtenidas tras el análisis de los diferentes estudios y textos encontrados, podemos destacar las siguientes:

- En muchos países, como México, aún en el siglo XX, no hay reglamentos ni leyes que protejan los Derechos Humanos de personas que, involuntariamente, son internadas y a las que se les aplica tratamientos inhumanos como la terapia electroconvulsiva. (2)

- Aún persiste, por parte de la sociedad (que carece de la formación específica necesaria sobre esta problemática), esa conducta negativa que lleva a la discriminación social y laboral, al rechazo, y a la estigmatización del paciente psiquiátrico, e incluso de su familia. (2)

- Las políticas asistenciales pueden estar más preocupadas por calmar la alarma social y proteger a la población, que por procurar una asistencia correcta, normalizada y acorde con los derechos de estas personas. (13)

El establecimiento de instalaciones psiquiátricas desde los años 1600, ahora llamados hospitales psiquiátricos, ha sido, en muchas ocasiones, una solución para mantener alejadas a las personas que supuestamente tienen una enfermedad mental, ocultando en realidad, otros intereses de tipo económico, político, etc. y, algunas veces, para deshacerse de alguien que estorba o que es considerado “peligroso”. (2)

- Los medios de comunicación son un elemento importante en la difusión de esta alarma, y la desinformación y el uso inadecuado de términos, contribuye a perpetuar mitos y mantener la ignorancia. (13)

- Lamentablemente, el sistema sanitario tampoco está libre de esos prejuicios y discrimina a los enfermos mentales. El porcentaje del presupuesto de la Salud dedicado en todos los países a los enfermos mentales (y España no es una excepción – J. Guimón, 2004) es desproporcionadamente menor que el dedicado al resto de los pacientes, y los servicios de Salud dedicados a los enfermos mentales reúnen condiciones físicas y de personal inferiores que los del resto. (12)

- Un fenómeno común en nuestra sociedad es el de la Banalización de la Enfermedad Mental, en virtud del cual, se identifica cualquier conducta indeseable como enfermedad. (13)

- Por otro lado, la psiquiatría se nutre de grandes cantidades de recursos económicos de varias fuentes, entre ellos intereses creados (industria farmacéutica), aprovechándose de la ignorancia social para promover la panacea mágica de la Salud Mental de parte de algunos terapeutas, asegurándose así, un buen número de pacientes incautos que se volverán pacientes cautivos. (2)

- Nunca se impone que el internamiento de un enfermo mental que haya cometido un delito, deba llevarse a cabo en un Psiquiátrico Penitenciario sino que, el internamiento tendrá lugar “en establecimiento adecuado al tipo de anomalía o alteración psíquica que se aprecie”; pero tristemente la elección actual del Centro no responde a una decisión meditada de los órganos judiciales sobre el grado de peligrosidad del sujeto, sino que se fundamenta únicamente en la ausencia de otro recurso disponible.
Así, muchos de los enfermos salen por cumplimiento de la pena o medida, pero necesitarían una institución civil en régimen de internamiento para la adecuada continuidad de su tratamiento; no existiendo apenas dicho tipo de Centros, son abandonados a su suerte, y sólo en el mejor de los casos, en aquellos supuestos de clara conciencia de enfermedad, adherencia al tratamiento, apoyo familiar y social y ausencia de consumo de tóxicos, puede preverse una adecuada reinserción social, estando abocados en otros caso a la reincidencia y reingreso en un Establecimiento Penitenciario. (21)

- Los enfermos mentales que residen en los psiquiátricos penitenciarios, deberían vivir conforme al régimen de vida previsto en los artículos 183 y SS del Reglamento Penitenciario, teóricamente por ello, con un tratamiento mucho más terapéutico, aunque la realidad que conocemos sobre la situación actual de los dos únicos Psiquiátricos Penitenciarios que permanecen abiertos en España, es un grave hacinamiento de los pacientes, con un número de internos muy por encima de su capacidad y un insuficiente número de especialistas para llevar a cabo el adecuado seguimiento de los enfermos. (19)

- La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, elaboró en el 2007 el Programa Marco para la Atención Integral a los Enfermos Mentales en los Centros Penitenciarios, conocido como PAIEM, con la finalidad de desarrollar objetivos terapéuticos y de reinserción de los enfermos mentales ingresados en los Centros Penitenciarios.

Este Programa, sin embargo y tristemente, más de dos años después de su elaboración no ha tenido plasmación alguna en la mayoría de los Centros Penitenciarios, siendo incluso desconocida su existencia en muchos de ellos. (19)

- La presente Declaración Universal de los Derechos Humanos de la Salud Mental, (proclamada en 1948 por el Consejo de Administración de la Federación Mundial de la Salud Mental (FMSM)), atiende una serie de consideraciones, alguna de las cuales pasaré a relatar a continuación, (que se adjuntarán en el anexo nº 5), que hoy por hoy aún no se han tenido en consideración y que cabría esperar que en un futuro no muy lejano, se fueran implantando: (11,15)

• Será prioritaria la investigación sobre la prevención de las afecciones mentales, de las enfermedades y de la mala salud mental.

• La prevención de la enfermedad y del trastorno mental o emocional, y el tratamiento de aquellos que lo sufren, exige la cooperación entre sistemas gubernamentales y no gubernamentales, así como de las instituciones de enseñanza. Una cooperación semejante comprende la participación de la comunidad y la intervención de las asociaciones de atención mental, profesionales y voluntarias, y también de los grupos de consumidores y de ayuda mutua.

• Los Derechos fundamentales de los pacientes psiquiátricos han de ser idénticos a los derechos del resto de los ciudadanos.

• El tratamiento se realizará dentro de un cuadro conocido y aceptado por la comunidad, de la manera menos molesta y menos restrictiva posible. En este sentido, será positivo que se aplique lo mejor en interés del paciente y no en interés de la familia, la comunidad, los profesionales o el Estado.

• El tratamiento de las personas cuyas posibilidades de gestión personal se hayan visto mermadas por la enfermedad, incluirá una rehabilitación psicosocial dirigida al restablecimiento de las aptitudes vitales y se hará cargo de sus necesidades de alojamiento, empleo, transporte, ingresos económicos, información y seguimiento después de su salida del hospital.


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